martes, 24 de junio de 2008

Salmo VIII

Salmo VIII



Oh, Yahvé, Señor nuestro.
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

En lo alto de los cielos has puesto tu esplendor
Que alaban los pequeños y los niños de pecho.
Opones tu fortaleza al agresor
Para aplastar al enemigo y al rebelde.

Al ver tus cielos, obra de tus dedos
La luna y las estrellas, que tú formaste,
Pregunto: ¿qué es el hombre para que lo recuerdes?
¿Qué es el hijo de Adán para que de él te ocupes?

Pues lo hiciste poco menor que un Dios,
Lo coronaste de honra y de gloria,
Le diste dominio sobre la obra de tus manos
Todas las cosas pusiste a sus pies.

Las ovejas, los bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias salvajes,
Los pájaros del cielo, los peces del mar,
Todo cuanto recorre las sendas de los mares.

Oh, Yahvé, Señor nuestro,
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Comentario de Canto I de la Ilíada

LITERATURA GENERAL “I”

“La Ilíada”:

CANTO I.

Invocación: concepción de la poesía (relación con otros textos mómericos); aparición de los temas centrales de la obra; el anticipo y su función en el texto con relación a la expectativa, episodio de crises e intervención de Apolo. La querella y su explicación a través del concepto de “arete”. Estructura de los discursos; características y función del epíteto. Posibles interpretaciones de la intervención divina en el hacer heroico. La escena en el Olimpo y paralelismo con lo narrado en el plano de los humanos. Concepción religiosa de homero.

Esta obra comienza con la invocación famosa: “Canta, oh diosa la cólera del pelida Aquiles”… el poeta griego creía que el don de la poesía no era propiamente suyo, sino que le era dispensado por los dioses; de ahí que pide, el autor de “La Ilíada”, la inspiración; era el dios quien cantaba dentro del alma del poeta. Estos versos iniciales indican que estamos ante la exposición de un gran asunto:

a) La cólera de Aquiles provocada por los actos de Agamenón y;
b) Las consecuencias desastrosas que para los aqueos va a tener esta cólera.-

La acción del relato comienza “in media res” (a mitad de la acción), o sea en el décimo año de lucha de la guerra de Troya, como el autor avisa sobre lo que va a cantar utiliza el anticipo (adelanta hechos y acciones).

En los poemas Homéricos, así como en casi toda la literatura helénica se da reiteradamente la ausencia de expectación. Esto obedece a un factor primordial: los poetas trabajan sobre un material ampliamente conocido. De allí que el interés del público no se proyecte sobre la materia en sí, sino sobre el tratamiento poético del tema, por un caso; y, por el otro, por la creación de personajes, sin olvidar la interpretación personal del artista sobre los hechos.

“… Cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al orco muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves] (II [- cumplíase la voluntad de Zeus-] desde que se separaron disputando el atrída, res de hombres, y el divino Aquiles”.

(1)- Es una frase formularia que se refiere a los cadáveres insepultos, que son carroña para los perros y las aves marinas. El griego clásico concebía al más allá como el lugar donde iban todas las almas, la condición necesaria para esto es que se le haga una honra fúnebre al cadáver (quemar o sepultar), si se lo dejaba insepulto esto era considerado como el castigo o agravio más grande; también podía ser utilizado en vida como amenaza.

(2)- la autoridad de este, está siempre expuesta a la discusión con los demás dioses, en la mayoría de las veces discutida por su esposa Hera y su hija Palas Atenea. Esta voluntad no corresponde a un dios omnipotente, su voluntad se cumple a lo largo, pero no en lo inmediato.


Ofensa de Agamenón a Crises: (8 a 32)

La contienda entre Aquiles y Agamenón fue suscitada por Apolo (Hijo de Zeus y Hera). Habiendo sida saqueada la ciudad de Crisa, vecina de Troya, por los Aqueos, se habían repartido estos el botín. Y una muchacha llamada Criseida (hija de Crises) tocó en el reparto, a Agamenón, en calidad de esclava. El anciano padre de Crispida era sacerdote de Apolo y se presentó suplicante ante las naves Aqueas portando no sólo las ínfulas o insignias sacerdotales para inspirar el debido respeto, sino también un inmenso rescate.

La respuesta de Agamenón es violenta. No tiene en cuenta el dolor del padre, el dolor de la hija, el respeto debido al dios Febo Apolo, al cual el sacerdote representaba. Una de las leyes básicas no escritas (nomas) Ej. El respeto al suplicante, este debía ser bien tratado aunque no se le concediera su suerte.

Se creía que detrás de la figura de un suplicante, podía estar la de un mismo dios. Crises se coloca fuera de la guerra, es un sacerdote de una ciudad saqueada de Troya, pero en su argumentación dice, que el resultado de la guerra o uniones posteriores no le interesan, solo quiere volver a estar con su hija.

Agamenón se excede ante Crises, cometiendo el pecado de Hybris (pecado de exceso que se comete por soberbia, por no controlar las pasiones), este traspasa todos los límites fijados por la moral, también comete un exceso de corte religioso “…Zeus está de mi parte”.

Homero utiliza un juego de contrastes entre las personalidades del anciano Crises y del rey Agamenón:

Crises: Suplica Agamenón: Amenaza
Habla con moderación y miedo Habla con ira


Intervención de Apolo: (33 a 52)

Crises se atemorizó a causa de las amenazas de Agamenón y se retiró silencioso. Aquí se da un juego entre el mundo externo (paisaje amplio, la orilla del estruendoso mar que lo hace recordar los gritos de Agamenón), y su mundo interno (el es un suplicante pero esta enojado, y su corazón está agitado como el mar).

Yendo por la orilla del mar rogó al dios que los Aqueos pagaran la ofensa hecha. “Si alguna vez adorne tu templo o queme en tu honor pingües muslos de toros o de cabras, cúmpleme este voto…” (No se enumera la acción completa, pero si su servicio como sacerdote, dice esta frase para “obligar” a Apolo a que lo ayude).

Según cuenta la leyenda del titán Prometeo, este había recubierto los huesos de una res muerta, de reluciente grasa, y habiendo separado la carne, preguntó a Zeus, engañado por la apariencia, eligió los huesos y la grasa. Crises, le pidió a Apolo que: “¡Paguen los Dánaos mis lágrimas con tus flechas!”

A igual cantidad de lágrimas, igual cantidad de flechas, igual cantidad de muertos. La descripción de la cólera de Apolo, esta llena de elementos visuales, auditivos y también de movimiento.

Homero, no describe detalladamente al Dios, pero nos da algunos elementos visuales: lleva su arco, que es de plata y su carcaj en los hombros, iba parecido a la noche.

Dentro de los elementos auditivos encontramos: las saetas resonaban en las espaldas del Dios, tiró una flecha y el arco de plata dio un terrible chasquido.

Dentro de los elementos de movimiento vemos: descendió de las cumbres del Olimpo, sentosé lejos de las naves.

En una comparación se dice que Apolo: “Iba parecido a la noche” sin embargo, en la mitología, Apolo tiene íntima relación con el Sol, por eso esta comparación Homérica pone de manifiesto lo siniestro de la actividad de Apolo. Para los antiguos la noche era algo terrible y sombrío, por eso no se combatía de noche, por eso, cuando en el canto X, Dolon acepta realizar un espionaje nocturno cerca de las naves Aqueas, sólo lo hace a cambio de un premio maravilloso: el carro y los corceles divinos de Aquiles.

Querella entre Aquiles y Agamenón: (53 a 187)

Provocada la peste al cabo de 10 días de arrojar incesantemente Apolo sus flechas sobre animales y luego sobre hombres, Aquiles convoca a la junta de jefes y al pueblo Aqueo en general a fin de averiguar, por medio del arte de los adivinos o intérpretes de sueños la razón de la cólera de Apolo, porque de otra manera tendrán que volver atrás.

Hasta ahora el único Dios que ha tomado parte en el conflicto, ha sido Apolo, que provoca la peste sin resistencia por parte de los otros dioses. La intervención de los demás dioses va a producirse 10 días después de arrojada la primera flecha: Hera (esposa de Zeus), pone en el corazón del Pélida el deseo de convocar al Agóra (reunión de los Aristo), esto se vuelve una ofensa contra Agamenón, ya que sólo un rey puede convocar a la junta.

Nobleza y Areté: En los poemas Homéricos, todos los personajes que intervienen son hombres ilustrados, héroes y dioses. La diferencia entre los dioses y los hombres es mínima, ya que los hombres Homéricos aparecen divinizados, y los dioses humanizados. Estos poemas presentan solamente la vida de la aristocracia, constituida por los mejores en linaje y ascendencia.

El abolengo: Es uno de los elementos que determinan la superioridad de la nobleza sobre los demás mortales; por ejemplo Aquiles, Helena y Odiseo remontan su ascendencia hasta los mismos dioses. La palabra Areté expresa la idea de virtud, pero no en el sentido moral, sino en el sentido de capacidad, aptitud, destreza y valor. Se refiere a la fuerza física y a la destreza guerrera, pero también a las cualidades morales. En Areté hay dos aspectos:

1) Uno espiritual e intelectual (Ágora).
2) Y otro corporal y físico (Combate).

Aunque a veces es más importante el valor corporal y físico, que el espiritual e intelectual, esto queda demostrado cuando Agamenón le dice a Diómedes que es inferior al padre en el combate, aunque hablara mejor en el Ágora.

El hombre ordinario no tiene Areté, y si un noble es tomado como esclavo, Zeus le reduce su Areté a la mitad, y este deja de ser el que era antes.

Sigue Querella- Aquiles se vuelve hacía Agamenón y le propone que un adivino interprete la cólera de Apolo; este no se ha dirigido a Calcas ni a ningún otro augur en particular; sin embargo, Calcas se levanta y dice a Aquiles: “Mándasme explicar la cólera del flechador Apolo”. Y luego dice que no habla porque teme a un hombre que manda sobre los Aqueos y que es un rey. Por eso, le pide a Aquiles que lo proteja de la ira de ese rey (aludiendo a Agamenón).

Aquiles lo satisface, jurándole que lo protegerá contra la ira de cualquier Aqueo, aunque éste sea Agamenón. A continuación el Augur (o Vate) dice que la causa de la cólera de Apolo, fue el ultraje que Agamenón infirió al sacerdote, no devolviéndole la hija, ni admitiendo el rescate. Y aclara que, hasta que no sea devuelta la chica, y se haga un sacrificio en honor al Dios, en la ciudad de Crisa no habrá esperanza alguna en batalla. Cuando Agamenón oye la acusación de Calcas Testórida, se levanta enojado y le grita “¡Adivino de males! Jamás me has anunciado nada grato”. Aquí homero hace referencia a un hecho no narrado en la Ilíada, Calcas en la localidad de Aulide había profetizado que la flota Aquea no llegaría a Troya, a causa de los vientos contrarios, si Agamenón no sacrificaba en el altar de los dioses a Ifigenia, su propia hija.

En las palabras de Agamenón se ve un terrible resentimiento hacía Calcas por su anterior premonición, pero también denota pasión y deseo por la joven Criseida, a la cual prefiere antes que su legítima esposa, Clitemnestra. De un momento a otro pasa de ser iracundo y codicioso, a ser bueno y generoso. Cede en devolver a Criseida, pero aquí vuelve su codicia por causa del Areté, pide otra recompensa similar para salvar su nombre y poder, pasa de ser odiado a hacerse la víctima: “No sería decoroso que me quedara sin recompensa” por eso pide como recompensa equivalente a Criseída a la, esclava de Aquiles, Briseida.

Intervención de Palas Atenea: (188 a 222)

Agamenón amenazó a Aquiles con ir a su tienda y quitarle a su esclava Briseida. A esto, Aquiles, responde con la intención de matar al Atrida, y cuando estaba desenvainando la espada, aparece la diosa Palas Atenea que le tira de la blonda cabellera, apareciendo sólo ante los ojos de Pélida. Ante esta aparición, el tiempo se detiene, Aquiles y Atenea parecen borrarse de la escena sin que los demás lo noten. Los dioses pueden visualizarse, ante cualquiera, cuando ellos lo deseen y bajo cualquier forma.

La diosa logra convencer al héroe de que no mate al Atrida, aquí se muestra un gran heroísmo, ya que logra contener su cólera y logra la sofrosyne (equilibrio), aunque luego insulta a Agamenón diciéndole: “¡Borracho, que tienes cara de perro y corazón de ciervo!”

Juramento de no combatir. Disolución de la junta: (223 a 317)

Aquiles renuncia a matar a Agamenón, pero no por eso deja de insultarlo de palabra. Entonces, se levanta Néstor, el más anciano de las tropas Aqueas, su vitalidad es elogiada por los demás, conoció a 2 generaciones de héroes y reina sobre la tercera. Su función no es pelear, sino hablar. En este caso le habla al consejo, exhortándoles al Pélida y al Atrida a cambiar de actitud. Siempre trata de instaurar el equilibrio, de imponer justicia, es la figura modelo del anciano sabio. Si Aquiles es el arquetipo del héroe joven; Néstor lo es de los ancianos.

La edad de Néstor tiene un significado, ya que los griegos insertaron entre la edad de plata y la edad del bronce, a la edad de los héroes. Néstor es el nexo entre una época en la cual los dioses y la justicia divina estaban más cerca de los hombres, y una época en la que se ve la paulatina decadencia del mundo. Trata de reconciliar al Atrida con Aquiles, diciendo que ambos han obrado mal, Aquiles injurió a Agamenón, ya que ofendió al rey más poderoso; y Agamenón desconoció y despreció las virtudes guerreras de Aquiles al querer arrebatarle su botín. Pero, la intervención de Néstor no logra cumplir su cometido, ya que Aquiles le responde al Atrida: “…Manda a otros, no me des ordenes, pues yo no pienso obedecerte.”

Arrebatamiento de Briseida: (318 a 348)

Agamenón ordena a dos de sus Heraldos, Taltibios y Euríbates que traigan a Briseida de la tienda de Aquiles, y que si éste no quiere cederla de buen grado irá el propio Agamenón, con sus servidores a arrancársela. Los Heraldos cumplen su misión de mala gana, por miedo a la reacción de Aquiles, pero este no los ataca, porque los Heraldos estaban bajo la protección de Zeus.

Suplica de Aquiles a Tetis: (349 a 429)

Idos los Heraldos, Aquiles rompe en llanto, esta imagen se contrapone a su ira anterior. Lleno de sufrimiento, invoca a su madre, Tetis, una de las divinidades marítimas (Nereidas). El mar lo había condenado al héroe a morir joven, ya que este eligió vivir poco pero con gloria, que morir viejo y sin gloria.

Por eso, ya que morirá joven, desea morir con gloria, y le ruega a Tetis que suplique a Zeus lo siguiente: que la victoria sea para los Troyanos y que los Aqueos sean muertos junto a las naves para que comprenda el poderoso Agamenón Atrida la falta que ha cometido no honrando al mejor de los Aqueos.

Tetis tiene motivos para que Zeus no desoirá su súplica, ya que cuando Poseidón, Hera y Palas Atenea confabularon contra él y lo maniataron, ella con la ayuda del gigante Briareo fue quién lo salvó.

Aquiles es hijo de un mortal (Peleo) y una diosa (Tetis), y como esta insistía en hacer inmortales a sus hijos, lo expuso al fuego y luego lo recubrió con ambrosía. Este se quema los talones, y esta parte del cuerpo le queda como punto débil. También existe otro mito que dice que la madre lo sumergió en la laguna Estigia, tomándolo de los talones.

La Nereida dice que le hará el pedido a Zeus cuando éste vuelva de Etiopía (dentro de 12 días), pero recordemos que Brises le hace el pedido a Apolo sin subir al monte Olimpo, y este lo escucha.

Embajada a Crisa: (430 a 487)

La escena del sacrificio a Apolo plantea una interrogante, ¿no habían viajado los dioses a Etiopía? Entonces, cómo iba a escuchar Apolo las nuevas palabras del sacerdote Crises, y si se admite que los dioses pueden oír desde cualquier lugar, Porqué espera 12 días Tetis para hacer la súplica a Zeus (puede ser un paisaje interpolado).

Además el fragmento que describe el sacrificio de la res, es casi igual al sacrificio que describe Néstor hecho a Poseidón en la odisea.

Suplica de Tetis a Zeus: (488 a 530)

Tetis se arrodilla ante Zeus, le abraza las rodillas, le toca la barba (ritos de súplica).
Zeus no se anima a dar la victoria a los troyanos porque teme una reserta conyugal con Hera. Pero al fin accede ante los insistentes ruegos de Tetis y baja las negras cejas en señal de asentimiento.

Reserta conyugal: (531 y siguientes)

Esta última escena está repleta de elementos burlescos. Los dioses están despojados de toda divinidad y constituyen casi un matrimonio humano. Hera está celosa de que Tetis haya influido sobre Zeus para que éste otorgue la victoria a los Troyanos a fin de honrar a Aquiles. Primeramente Zeus quiere ocultar sus intenciones a su esposa a fin de no reñir, pero luego no tiene más remedio que confesarle.

Al fin, para hacer callar a su colérica esposa, Zeus le dice: “obedece mis palabras…si acercándome te pongo encima las invictas manos”. La crítica creía que Homero no era religioso y por lo tanto no creía en los dioses, y sólo los usaba como convención. Esto luego fue descartado ya que la Ilíada era utilizada como libro de estudio y a nadie le llamaba la atención las peleas entre los dioses.

-Robert dice que en realidad existían 2 tipos de religión: la de los Templos y la de los Olímpicos. Zeus era el rey de los dioses, por lo tanto el de mayor poder, y Hera la que tenía más templos y ciudades bajo su protección. Zeus lucha por la adoración y Hera por el poder.

-Sara Pomeroy parte de la base de que en Creta existía un Matriarcado, y que las diosas madres eran las principales del panteón.

Los Aqueos traen consigo el culto a Zeus, y una sociedad patriarcal. De la unión de los dioses machos y las diosas hembras nace un matrimonio forzado.

Esta escena puede ser vista como paralela a la querella. Zeus y Hera pueden ser considerados como los peleadores Aquiles y Agamenón. Hay un suplicante: Crises o Tetis. Hay un mediador: Néstor o Hefestos (el cojo de ambos pies). También hay amenazas que no se concretan: Aquiles quiere matar a Agamenón, Zeus le quiere pegar a Hera. La única diferencia está en el final, los hombres terminaron llorando y los dioses riendo, ya que los inmortales tienen el tiempo necesario como para dejar esa situación desagradable y postergarla para otro día.

Aspecto formal del discurso Homérico: posee tres partes centrales.

1- A quién se dirige
2- Fundamentación
3- Conclusión

Los personajes Homéricos no dialogan, intercambian discursos que siempre están introducidos, por el narrador.

“Se levantó Aquiles de los pies ligeros y dijo;…”
“…Así dijo y todos aprobaron en silencio.”

Epítetos:

Pueden ser clasificados en: 1) Tradicionales
2) Homéricos

Todos los epítetos que se agregan a un nombre propio, es decir, los de héroes, dioses, ciudades o regiones y animales, son generalmente tradicionales. Y los que se refieren a las cosas o animales no individualizados son Homéricos (Ej. “perros veloces”,”mar sonoro”, etc.). Los epítetos Homéricos no se aplican a un solo héroe, es decir, son comunes a varios nombres que tengan igual valor métrico.