sábado, 7 de marzo de 2009

Charles Baudelaire - Las ventanas

XXXV
LAS VENTANAS
Quien mira a través de una ventana abierta, jamás
ve tantas cosas como el que mira una ventana
cerrada. No hay objeto más profundo, misterioso,
fecundo, tenebroso, y radiante que una ventana iluminada
por una vela. Lo que puede verse al sol
siempre es menos interesante que lo que pasa detrás
de un vidrio. En ese agujero negro o luminoso vive
la vida, sueña la vida, sufre la vida.
Por sobre la marea de techos veo a una mujer
madura, ya arrugada, pobre, siempre inclinada sobre
alguna cosa, y que no sale nunca. Con el rostro, el
vestido, el gesto, con casi nada, rehice la historia de
esta mujer, o más bien su leyenda, y ciertas veces me
la cuento a mí mismo y lloro.
Si se hubiera tratado de un pobre anciano, la hubiera
reconstruido con la misma facilidad.
Me acuesto, orgulloso de haber vivido y sufrido
otras vidas que no son la mía.
Podrán decirme "¿Estás seguro de que es la verdadera
historia?" ¿Qué importa lo que pueda ser la
realidad fuera de mí, si me ha ayudado a vivir y a
sentir qué soy y cómo soy?

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