miércoles, 16 de abril de 2008

Literatura 5to año - Las parábolas

Las parábolas


Constituyen la forma literaria de mayor relieve en los Evangelios; valen como narraciones, como ejemplos, como imágenes y sobre todo, como testimonios de una insuperable maestría pedagógica. Son punto obligado de referencia cuando se busca condensar en pocas palabras, el contenido de la doctrina de Cristo. Abundan en los sinópticos, en tanto que, sumamente reducidas en número, alcanzan en el Evangelio de San Juan condición de verdaderas alegorías.

El vocablo parábola deriva del griego y significa, estrictamente, poner una cosa al lado de otra con la finalidad de establecer una comparación. La parábola como forma literaria es una narración breve que exige una interpretación y que procura transmitir una enseñanza. No es originaria del Nuevo Testamento, ni son los Evangelios los primeros libros que dan noticia de ella: ya en el A.T. aparecen parábolas, como una forma literaria asociada al temperamento semítico.

Asociadas invariablemente a Cristo, teniendo por tema (la mayoría de ellas) el reino de Dios, las parábolas conservan de la tradición el modo y uso rabínicos, el manejo de elementos concretos y cotidianos y la expresión dotada de una simplicidad más aparente que real. Porque tras su sencillez y transparencia, las parábolas albergan profundas y removedoras enseñanzas y proponen dos aspectos de difícil solución: ¿cómo se han de interpretar?, y ¿cuál es su finalidad?

El actual criterio de interpretación rechaza el pensamiento de muchos padres de la Iglesia, quienes escrudiñaban las parábolas en sentido alegórico creyendo que podían corresponder, punto a punto, con un contenido del cual ellas eran meras portadoras.

Pero al no tener presentes los límites entre parábola y alegoría, olvidaron que la primera, sea simple metáfora, sea semejanza más elaborada, sea historia con su pleno desarrollo, ofrece un solo punto de comparación y que los pormenores suelen no tener significado independiente. Estos sirven, por lo común, para la ambientación del cuadro principal, y no para llevar las analogías y correspondencias a un terreno extremado y artificioso. Fundamentalmente, las parábolas promueven entre los analistas la formulación de un juicio sobre el tema expuesto. De ese modo, el compromiso es ineludible y la enseñanza se vuelve activa porque obliga a una participación y a una respuesta.

"A vosotros os ha sido dado a conocer el misterio del reino de Dios, pero a los otros de fuera, todo se les dice en parábolas, para que:

Mirando, miren y no vean;
Oyendo, oigan y no entiendan,
No sea que se conviertan y sean perdonados"

San Marcos, 4, 11-12

Según este pasaje, las parábolas estarían dirigidas a quienes no son discípulos. Debemos considerar, en primer término si el método parabólico era para Cristo lo fundamental, o si lo era, con más propiedad, la salvación de los hombres y la actitud con que éstos se disponían a su mensaje salvífico de amor y perdón. Cristo sabía que en la Palestina de su tiempo habría quienes rechazarían su enseñanza; sabía incluso que el endurecimiento de muchos corazones (los fariseos sobre todo) desembocaría al fin en el martirio de la cruz. Era inútil hablar a esos corazones abiertamente. Sólo quedaba, como último recurso, proponerles parábolas, porque sólo ellas, encubiertas y enigmáticas, podrían prender en aquellos corazones endurecidos y obrar el milagro de abatir su hipocresía y su soberbia. Penetrando de modo oblicuo, la parábola inducía a un juicio desde la libertad del ser humano. Quien rechazase definitivamente estas palabras lo haría tras elegir a su albedrío el rechazo y la negación. Una enseñanza abierta hubiera significado un rechazo automático. La enseñanza parabólica podía dejar en suspenso tal actitud y postergar el rechazo, o alejarlo definitivamente. Las parábolas son una prueba más de la misericordia, concepto clave en el Nuevo Testamento. Prueba difícil de entender y que señala, en quien la pronunció, el origen de una crisis capital con la que han debido enfrentarse los hombres. Si admitimos que las parábolas enseñan, debemos completar la observación: enseñan a cada uno a conocer en hondura la propia intimidad.

2 comentarios :

Anónimo dijo...

Hola profee!!
tengo una duda cn respecto a lo del texto argumentativo, vio que dimos 2 tipos distintos de argumentacion y no se que, pero no hay mas tipos de argumentacion ??
besote

LUCIA HUERTAS .-


hhhhhh dijo...

Buenas Lucía, respecto a tu duda te digo que tenés razón, existen más tipos de texto argumentativo, lo que sucede es que en una sola clase no se llega a ver todo, además no puedo (ni quiero) agotar el tema antes de que ustedes entreguen el trabajo domiciliario. la idea es que ustedes demuestren un buen nivel con poca incidencia mía en el trabajo. Saludos