viernes, 5 de septiembre de 2008

Claudia Amengual - Matar una cucaracha

Matar una cucaracha



Yo decidí no matarla. Sé que fue un acto consciente como buscar un poema en un libro cualquiera o elegir las mejores manzanas en la feria. Me detuve a pensar unos segundos y decidí que no. Y hasta creo que sentí un leve orgullo al vencer el reflejo natural de aplastarla. Un tipo racional, un tipo con dominio de sus reacciones, mi cerebro domesticando los instintos. Todo eso pasó por mi mente con la velocidad necesaria para que el orgullo naciera inesperado y me hiciera sentir mejor persona. "Mañana es lunes" pensé y ni siquiera la perspectiva de volver a mi oficina parda, sin ventanas ni sombras; ni siquiera el presente asfixiante de la tarde de domingo, nada pudo con aquella sensación fresca de sentirme un hombre capaz de tomar decisiones.

Estaba picando las cebollas cuando la vi deslizarse desde la puerta del baño y entrar a la cocina pegadita a la pared, donde ella sabía que era más difícil plantarle encima el zapato. Lo sabía porque las cucarachas tienen una memoria que les viene desde la eternidad; por eso resisten tanto, porque aprenden de las otras y saben que no hay que exponerse en lugares demasiado abiertos donde un pisotón es el fin. Y se quedó quietita mientras yo machacaba las cebollas hasta deshacerlas en una pasta blancuzca, bastante asquerosa. La hubiera matado, pero tenía los ojos cargados de lágrimas y un ardor que no me dejaba ver más allá de la tabla de picar. Y fue ese tiempo mínimo, mientras el llanto sin tristeza me lavaba los jugos de la cebolla, fue ese tiempo que me permitió pensar si tenía sentido matarla.

Era mi primera vez y estrenaba sensaciones cruzadas de piedad y de omnipotencia. La cucaracha se quedó esperando y yo puse la cebolla en una sartén.. Prendí el extractor de aire, pero lo apagué. El ruido se interponía en esa curiosa paz que había alcanzado. A nadie iba a molestarle el olor a cebollas y yo podía estar a gusto con el crepitar del aceite hirviendo y mi nueva condición de buena persona. Me puse a pelar las papas con un ojo puesto en la cucaracha que apenas movía las antenas y esperaba. "Si se mueve... si se mueve", pensaba, "si viene hacia mí, la mato". Pero no se movía, seguía junto a la pared, muy cerca de la puerta y yo pelaba las papas con un arte que aprendí Allá y que da envidia porque la cáscara sale finita, como un papel transparente.

Si habré aplastado cucarachas en estos cincuenta y tres años. Y siempre para sofocar el grito de alguna mujer. Primero era mi madre, después Gloria, después mis dos hijas. Solo la nieta no grita. Le gustan las cucarachas y a veces juega con ellas. Se las mete en la boca, como si fueran dátiles y todos corren desesperados y la obligan a escupir, pero yo creo que una cucaracha es menos peligrosa que un dátil, porque las cucarachas no tienen carozo. Los dátiles, sí. Mi nieta come cucarachas. Mi nieta... Si casi no me dejan verla. Gloria me la trae a veces, a escondidas. Me la trae para que nos vayamos conociendo. Debe de andar por el año, un poco menos quizá, ya perdí la cuenta. Aquí se pierden todas las cuentas y todos los partidos, todo se pierde aquí adentro. Mi casa ya no es mi casa, es una cocina en la que preparo una tortilla. Y una cucaracha que me mira. Me mira y espera.

Corto las papas en dados perfectamente iguales y se van a freír al aceite con las cebollas. Bajo la intensidad de la llama. Siempre es mejor cocinar a fuego lento. La cucaracha se ha movido unos centímetros, pero su mirada sigue clavada en mí. Empiezo a inquietarme. Junto las cáscaras y tiro todo a la basura. Guardo un trozo de pan en la alacena. Apenas me descuide, va a trepar a la mesada para andar entre la comida. Pienso si no será mejor matarla de una buena vez. Si cayera en la tortilla y alguien la encontrara, no me dejarían cocinar nunca más. Como tampoco me dejan estar con mi nieta. Todo porque come cucarachas y ellos creen que yo se las doy, pero no es cierto, ella las busca y se las lleva a la boca. Yo nada más la miro. Y ella me mira.

La cucaracha se mueve hacia mí. Me pongo en guardia. Se detiene y yo pienso que está presionándome demasiado, que pone a prueba mis nervios. No voy a descontrolarme esta vez. Mañana es lunes y vuelvo a la oficina, y hoy es domingo de tarde, la peor hora de cualquier vida, hoy es domingo y todos duermen la siesta. Y yo aquí, batiendo cinco huevos hasta que logro una espuma amarillenta y la largo encima de lo otro, revuelvo un poco, bajo todavía más el fuego. Me quedo un rato mirando cómo va coagulándose el líquido alrededor de las papas y las cebollas.

¡Olvidé la sal! ¡La sal! Todos van a darse cuenta en la cena. Olvidé la sal y ahora ya es tarde para agregarla. Y volverán a decirme que no sirvo para nada, que ni una mísera tortilla soy capaz de hacer. Volverán, como todos los días, como cada día desde hace un tiempo, me dirán que soy un inútil, y alguien sugerirá que debo volver Allá, que nunca debieron traerme. Y Gloria dirá que aquí estoy mejor, que cualquiera olvida un puñado de sal, que no es para tanto. Pero los demás insistirán hasta que Gloria se tape los oídos como la última vez y grite que la dejen en paz, que ella me cuida, que mi lugar es junto a ella. Y yo trataré de abrazarla, pero mis manos estarán duras, paralizadas por el miedo y me quedaré quieto mirando mientras los otros gritan, mis hijas, mis yernos, y Gloria llora y dice que la dejen en paz, que nos dejen en paz, que se vayan a vivir a otro lado, que ella me cuida. Y yo quiero decirle que no se preocupe porque yo cuido de ella.

Pero no puedo, estoy muerto de miedo parado junto a la pared con los músculos inertes. Sé que es ahora cuando debo dar vuelta la tortilla. Sé que un minuto más y empezará a quemarse y se pegará al fondo y se habrá estropeado la cena. Y dirán que no es solo la sal, que tampoco sirvo para dar vuelta una maldita tortilla, que para nada sirvo, que tendría que volver Allá. Pero yo no quiero. Yo quiero que sea domingo y que mañana sea lunes y yo vuelva a mi oficina parda sin ventanas ni sombras, la misma oficina de los últimos treinta años. Y que Gloria cebe mate para los dos y comamos galletas con queso. Que busquemos un tango en la radio y yo la invite a bailar, la tome por la cintura y ella se deje llevar. Que se ponga colorada si las nenas entran y yo le diga que no importa, que ya están grandecitas, que entienden, que pronto buscarán novio y se irán a otra parte. Y Gloria apretada contra mi pecho, me dirá cuánto me quiere y cerrará los ojos mientras bailamos.

La cucaracha siente mi miedo y avanza. Sabe que estoy paralizado y viene hacia mí. Parece levantar una pata y señalarme. Me ha visto. Ahora estoy seguro. Me ha visto y avanza. El olor a quemado es leve pero yo sé que es cuestión de segundos para que todo se eche a perder. Y todos me dirán inútil, se agarrarán la cabeza, me gritarán, le gritarán a la pobre Gloria. "¡Déjenla tranquila!" les digo, pero nadie me escucha. Solo me permiten este espacio blanco de la cocina. Y hoy ni siquiera eso. Quemé la comida. Tienen razón, no sirvo. Todo por esa cucaracha, esa maldita cucaracha, asquerosa cucaracha que me mira. Me mira y se acerca y juraría que algo dice, pero no, no estoy loco. Viene hacia mí; tendría que haberla matado apenas la vi asomar sus antenas repugnantes. Viene hacia mí, me huele y, ahora sí, ahora sí, estoy seguro, algo dice, son sonidos, algo dice... y avanza. Y la tortilla ya es un franco despojo de papas carbonizadas y el humo empieza a ganar mi aire. Y ellos no tardarán en venir y me dirán que soy el mismo inútil de siempre. Que no soy capaz de hacer una tortilla. Ni de matar una cucaracha.

Levanto mi pie y lo bajo con violencia. Le aplasto la cabeza contra el piso frío de la cocina. Grita. Chilla y se retuerce y yo vuelvo a descargar mi pie con furia. Una y otra vez. Agita las antenas, las patas, las inmundas patas, chilla demasiado. Muevo mi pie sobre su cabeza hasta que veo un líquido viscoso que me ensucia las suelas. El humo es negro y huele muy mal. Pronto vendrán todos, pero ya no me dirán que no puedo matar una cucaracha. Pronto vendrán todos al oír los gritos desesperados de esta cucaracha maldita que me ha hecho quemar la comida. Pronto vendrán todos a insultarme, a decirme que estoy loco, que nunca debí salir de Allá. Y verán a la cucaracha que se resiste a morir, que ahora es una masa viscosa de pelos y sangre, una mancha desfigurada sobre el suelo de la cocina, unas patas agitándose apenas, unas manitos, ¡Dios mío!, unas manitos...

Ya vienen, puedo oír sus pasos por el pasillo, vienen muy rápido, corren. Corren desesperados. Están locos. Todos van a gritar, todos van a gritar mucho. Y Gloria llorará por mí, por sus hijas, por su nieta...

domingo, 31 de agosto de 2008

Comentario del poema Millonarios - Juana de Ibarbourou

Guía para el análisis del poema Millonarios de Juana de Ibarbourou


Introducción:

Escribe una oración general sobre los jóvenes y relaciónala con el contenido de este poema. Conecta esta idea con el poema, menciona el autor, y el título.

Desarrollo.

En tu desarrollo explica los siguientes aspectos.

Lee el poema
Determina qué tipo de poema es
Escribe tu primera impresión sobre el poema que incluye tu comprensión y la generalización del tema.
Refiérete a la estructura del poema.
Cantidad de versos.
Rima.
Tipo de versos según el número de sílaba.
Explica en un párrafo la estructura y demuéstralo o sea haz las correspondientes citas
(escribe los versos )
¿Por qué podemos decir que este no es un soneto clásico italiano? Demuéstrelo.
¿Por qué crees tú que Ibarbourou decidió romper el esquema de un soneto clásico italiano? Demuéstrelo.
Analiza el primer cuarteto.
¿Qué dice en el primer verso? Coméntalo.
¿Cuántas partes tiene este verso? ¿Qué sugiere en cada una de ellas?
¿Cuál es la motivación de la voz poética?
¿Cómo quiere ella que sea el momento bajo la lluvia?
¿Por qué crees tú que ella escoge el momento bajo la lluvia?
Describe el escenario de los hechos.
¿Cómo describe ella a los enamorados?
Interprete descalzos y ligeros de ropa.
¿Por qué crees que la autora escogió este escenario?
¿Qué recurso poético utiliza la autora para describir el efecto de la lluvia sobre el cuerpo?
¿Por qué podemos decir que en la primera estrofa ya tenemos el escenario y la motivación?
¿Cuál es el tono que se percibe en este poema?
Interprete el primer verso del segundo cuarteto. ¿Cuántas partes tiene? ¿Qué dice en cada una?
Analice las razones que da la voz poética para justificar sus acciones
¿Cuál crees que sea la actitud de la poetisa Juana Ibarbourou hacia el amor de los jóvenes?
Interprete la comparación que hace la voz poética entre la naturaleza y el amor de los jóvenes.
Identifica el siguiente recurso poético que en la vía se arrulla.
Análisis de de los dos tercetos

¿Qué describe en el primer verso?
¿Cuál es la contradicción que se describe en este terceto?
¿Qué recurso poético emplea la autora para comunicarnos esta idea?
Interpreta la contradicción que se describe en este terceto entre la pobreza y la riqueza.
¿Cuál es el concepto que tiene la autora sobre la felicidad?
¿Qué recurso poético se aprecia en los versos 9, 10 y 11?
¿Quiénes son los millonarios?
¿Cómo ve el amor esta autora?
Conclusiones del ensayo-análisis.

En un párrafo:

Refiérete a tu comprensión del tema en una sola oración, demuestra que entendiste el poema profundamente.
Di cuanto te gustó o impresionó el poeta
Destaca los valores que encuentras en este poema.

Análisis del poema Millonarios de Juana de Ibarbourou
Los jóvenes muchas veces ignoran el qué dirán para unirse en la pasión y el goce del momento. El poema de Juana Ibarbourou Millonarios es un soneto que canta al amor en libertad.

La estructura de este soneto no sigue la forma de un soneto clásico estilo italiano como los de Garcilaso de la Vega, sino que hay algunos cambios

Tó ma me de la ma no Vá mo nos a la llu via 14 sílabas


des cal zos y li ge ros de ro pa, sin pa ra guas, 14 sílabas


con el ca be llo al vien to y el cuer po a la ca ri cia 14 sílabas


o bli cua, re fres can te y me nu da, del a gua. 14 sílabas

Los versos no son endecasílabos sino alejandrinos (14 sílabas). La rima predomina asonante y no consonante ABAB en el primer cuarteto rima libre en el segundo cuarteto todos los versos son sueltos ( no tienen rima) mientras que en los tercetos se vuelve a retomar la rima asonante en los versos 10, 11 y 12 CDD DED quedando sueltos los versos 9 y 13. De este modo estamos en presencia de un soneto contemporáneo que no sigue los preceptos de los sonetos clásicos.


¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes -
y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia, -
vamos a ser felices con el gozo sencillo -
de un casal de gorriones que en la vía se arrulla. -

Más allá están los campos y el camino de acacias C
y la quinta suntuosa de aquel pobre señor 10D
millonario y obeso, que con todos sus oros, 11D

no podría comprarnos ni un gramo del tesoro 12D
inefable y supremo que nos ha dado Dio
ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de amor.14D

Ibaurbourou creó su soneto fuera de toda norma. La forma del poema está en perfecta conjunción con la intención de la autora que sería demostrar como en la vida el amor de los jóvenes sobrepasa cualquier creencia tradicional de la concepción de la felicidad. La felicidad no se puede encerrar en lujos o palacios hermosos; va libre como en este soneto bajo la lluvia de la mano los dos amantes.

Esta idea no resiste esquemas clásicos o tradicionales, rompe cualquier barrera. Por eso, que mejor forma para expresar esta idea que romper el esquema del soneto clásico italiano.

En el primer cuarteto la voz poética establece su intención de vivir un momento de goce con su amor bajo el amparado natural de la lluvia. La lluvia sugiere, la persona enamorada invita.

En el primer verso podemos comprender la motivación de la voz poética: disfrutar bajo la lluvia" Tómame de la mano. Vámonos a la lluvia." El verso se divide en dos partes. La primera es una petición y casi una exigencia: "Tómame de la mano."En la segunda parte del verso la idea continua en el siguiente verso y hay un encabalgamiento que sigue hasta el final de la estrofa. La autora se vale de este recurso para insistir en la continuidad de los requisitos para esta aventura.

"descalzos y ligeros de ropa," y aclara "sin paraguas," Esta aclaración refuerza su deseo de estar al aire libre para disfrutar más.

Luego en el siguiente verso sigue describiendo su fantasía de cómo quiere que este momento de amor bajo la naturaleza se consuma. La voz poética nos resuelve "con el cabello al viento " y aún más el cuerpo estará en contacto con el agua fresca como elemento natural.

Para enfatizar esta imagen de los jóvenes enamorados bajo la lluvia utiliza la fuerza de ésta para incorporarla a su entorno, al ambiente perfecto de esta aventura. La lluvia acariciará sus cuerpos de forma "oblicua, refrescante y menuda "con la utilización de varios adjetivos para referirse al agua (adjetivación) logra una descripción muy sugerente de este momento de inocente placer.

En la primera estrofa ya tenemos el escenario con sus personajes y su motivación. El ambiente natural y la alegría de estos jóvenes se percibe inmediatamente.

En la segunda estrofa (segundo cuarteto) el primer verso también tiene dos partes. En la primera parte se vuelve a los demás, tal vez los espectadores o quizá los posibles espectadores ¡Que rían los vecinos! Lo hace con desenfreno, sin importarle. Hay una exaltación. Sube el nivel de entusiasmo y culmina la idea dando las razones por las cuales es importante que hagan esto. La voz narrativa se siente perdonada y justifica sus acciones con tres razones que van disminuyendo en importancia hasta disolverse en la simplicidad de la naturaleza a través de la lluvia dice "Puesto que somos jóvenes" Primera razón y la más importante en un segundo orden "los dos nos amamos" y finalmente la más simple y de valor circunstancial "nos gusta la lluvia," Y otra vez el recurso poético utilizado es el polisíndeton con la repetición de la conjunción y. Continúa el tercer verso del segundo cuarteto con una sentencia que reafirma la idea principal de la voz poética y su seguridad de que "vamos a ser felices".

Se puede apreciar el valor de la naturaleza en este soneto pues no solo la lluvia sino también la naturalidad de la conducta con los cuerpos bajo la lluvia con el pelo al viento. Este proceder de los enamorados se compara con la sencillez de lo natural; y lo dice directamente" con el gozo sencillo" igual que dos seres libres y espontáneos: dos gorriones que de manera casual se arrullan en la vía. Y llega elegancia y belleza con el hipérbaton que completa el cuarteto "que en la vía se arrulla".
En los dos tercetos se vuelve al mundo a su alrededor. Primero, también el mundo natural "los campos", "el camino de acacias. Ahora se centra en una persona que completa el cuadro con un acertado recurso poético paradoja y le llama pobre aunque es millonario. La contradicción de estas dos ideas pobreza frente a riqueza sitúa al lector ante la clave del concepto de la felicidad que posee la autora: el dinero y la riqueza per se no engendran felicidad. La autora continúa el desarrollo de esta idea con otro encabalgamiento que en este caso se prolonga desde el versos once hasta el verso trece pues plantea

"que con todos sus oros

no podría comprarnos ni un gramo del tesoro
inefable y supremo que nos ha dado Dios"

¿Quiénes son los millonarios? Es el señor en su quinta suntuosa o son los jóvenes?

La contraposición elegante y muy acertada nos expresa que la voz poética disfruta de un tesoro diferente, espiritual y duradero dado por Dios que es el amor.

Este amor es natural y libre por eso se asocia con los elementos de la naturaleza: lluvia, viento y gorriones en medio de los campos y los árboles (las acacias) mientras que el señor es un millonario obeso y tal vez viejo rodeado de oro, en su quinta suntuosa.

Y como ellos poseen cosas distintas en cuanto al valor; los jóvenes tienen un valor espiritual mientras que el señor millonario posee riqueza material; entonces la comparación refuerza el mensaje central que podría interpretarse como el amor es lo supremo en el ser humano, se materializa de modo natural en los jóvenes y se disfruta libremente. De este modo cierra el poema con el último verso ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de amor. Este tesoro más valioso que cualquier riqueza material se los ha dado Dios.

Este bello poema de Juana Ibarbourou encierra una imagen hermosa del amor de los jóvenes. Los millones que el amor representa no se pueden medir con gramos de oro porque este elemento espiritual es común, pero extraordinario, por eso va expuesto en un soneto con marcada originalidad creadora.

martes, 24 de junio de 2008

Salmo VIII

Salmo VIII



Oh, Yahvé, Señor nuestro.
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

En lo alto de los cielos has puesto tu esplendor
Que alaban los pequeños y los niños de pecho.
Opones tu fortaleza al agresor
Para aplastar al enemigo y al rebelde.

Al ver tus cielos, obra de tus dedos
La luna y las estrellas, que tú formaste,
Pregunto: ¿qué es el hombre para que lo recuerdes?
¿Qué es el hijo de Adán para que de él te ocupes?

Pues lo hiciste poco menor que un Dios,
Lo coronaste de honra y de gloria,
Le diste dominio sobre la obra de tus manos
Todas las cosas pusiste a sus pies.

Las ovejas, los bueyes, todo ello,
Y asimismo las bestias salvajes,
Los pájaros del cielo, los peces del mar,
Todo cuanto recorre las sendas de los mares.

Oh, Yahvé, Señor nuestro,
¡Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!

Comentario de Canto I de la Ilíada

LITERATURA GENERAL “I”

“La Ilíada”:

CANTO I.

Invocación: concepción de la poesía (relación con otros textos mómericos); aparición de los temas centrales de la obra; el anticipo y su función en el texto con relación a la expectativa, episodio de crises e intervención de Apolo. La querella y su explicación a través del concepto de “arete”. Estructura de los discursos; características y función del epíteto. Posibles interpretaciones de la intervención divina en el hacer heroico. La escena en el Olimpo y paralelismo con lo narrado en el plano de los humanos. Concepción religiosa de homero.

Esta obra comienza con la invocación famosa: “Canta, oh diosa la cólera del pelida Aquiles”… el poeta griego creía que el don de la poesía no era propiamente suyo, sino que le era dispensado por los dioses; de ahí que pide, el autor de “La Ilíada”, la inspiración; era el dios quien cantaba dentro del alma del poeta. Estos versos iniciales indican que estamos ante la exposición de un gran asunto:

a) La cólera de Aquiles provocada por los actos de Agamenón y;
b) Las consecuencias desastrosas que para los aqueos va a tener esta cólera.-

La acción del relato comienza “in media res” (a mitad de la acción), o sea en el décimo año de lucha de la guerra de Troya, como el autor avisa sobre lo que va a cantar utiliza el anticipo (adelanta hechos y acciones).

En los poemas Homéricos, así como en casi toda la literatura helénica se da reiteradamente la ausencia de expectación. Esto obedece a un factor primordial: los poetas trabajan sobre un material ampliamente conocido. De allí que el interés del público no se proyecte sobre la materia en sí, sino sobre el tratamiento poético del tema, por un caso; y, por el otro, por la creación de personajes, sin olvidar la interpretación personal del artista sobre los hechos.

“… Cólera funesta que causó infinitos males a los aqueos y precipitó al orco muchas almas valerosas de héroes, a quienes hizo presa de perros y pasto de aves] (II [- cumplíase la voluntad de Zeus-] desde que se separaron disputando el atrída, res de hombres, y el divino Aquiles”.

(1)- Es una frase formularia que se refiere a los cadáveres insepultos, que son carroña para los perros y las aves marinas. El griego clásico concebía al más allá como el lugar donde iban todas las almas, la condición necesaria para esto es que se le haga una honra fúnebre al cadáver (quemar o sepultar), si se lo dejaba insepulto esto era considerado como el castigo o agravio más grande; también podía ser utilizado en vida como amenaza.

(2)- la autoridad de este, está siempre expuesta a la discusión con los demás dioses, en la mayoría de las veces discutida por su esposa Hera y su hija Palas Atenea. Esta voluntad no corresponde a un dios omnipotente, su voluntad se cumple a lo largo, pero no en lo inmediato.


Ofensa de Agamenón a Crises: (8 a 32)

La contienda entre Aquiles y Agamenón fue suscitada por Apolo (Hijo de Zeus y Hera). Habiendo sida saqueada la ciudad de Crisa, vecina de Troya, por los Aqueos, se habían repartido estos el botín. Y una muchacha llamada Criseida (hija de Crises) tocó en el reparto, a Agamenón, en calidad de esclava. El anciano padre de Crispida era sacerdote de Apolo y se presentó suplicante ante las naves Aqueas portando no sólo las ínfulas o insignias sacerdotales para inspirar el debido respeto, sino también un inmenso rescate.

La respuesta de Agamenón es violenta. No tiene en cuenta el dolor del padre, el dolor de la hija, el respeto debido al dios Febo Apolo, al cual el sacerdote representaba. Una de las leyes básicas no escritas (nomas) Ej. El respeto al suplicante, este debía ser bien tratado aunque no se le concediera su suerte.

Se creía que detrás de la figura de un suplicante, podía estar la de un mismo dios. Crises se coloca fuera de la guerra, es un sacerdote de una ciudad saqueada de Troya, pero en su argumentación dice, que el resultado de la guerra o uniones posteriores no le interesan, solo quiere volver a estar con su hija.

Agamenón se excede ante Crises, cometiendo el pecado de Hybris (pecado de exceso que se comete por soberbia, por no controlar las pasiones), este traspasa todos los límites fijados por la moral, también comete un exceso de corte religioso “…Zeus está de mi parte”.

Homero utiliza un juego de contrastes entre las personalidades del anciano Crises y del rey Agamenón:

Crises: Suplica Agamenón: Amenaza
Habla con moderación y miedo Habla con ira


Intervención de Apolo: (33 a 52)

Crises se atemorizó a causa de las amenazas de Agamenón y se retiró silencioso. Aquí se da un juego entre el mundo externo (paisaje amplio, la orilla del estruendoso mar que lo hace recordar los gritos de Agamenón), y su mundo interno (el es un suplicante pero esta enojado, y su corazón está agitado como el mar).

Yendo por la orilla del mar rogó al dios que los Aqueos pagaran la ofensa hecha. “Si alguna vez adorne tu templo o queme en tu honor pingües muslos de toros o de cabras, cúmpleme este voto…” (No se enumera la acción completa, pero si su servicio como sacerdote, dice esta frase para “obligar” a Apolo a que lo ayude).

Según cuenta la leyenda del titán Prometeo, este había recubierto los huesos de una res muerta, de reluciente grasa, y habiendo separado la carne, preguntó a Zeus, engañado por la apariencia, eligió los huesos y la grasa. Crises, le pidió a Apolo que: “¡Paguen los Dánaos mis lágrimas con tus flechas!”

A igual cantidad de lágrimas, igual cantidad de flechas, igual cantidad de muertos. La descripción de la cólera de Apolo, esta llena de elementos visuales, auditivos y también de movimiento.

Homero, no describe detalladamente al Dios, pero nos da algunos elementos visuales: lleva su arco, que es de plata y su carcaj en los hombros, iba parecido a la noche.

Dentro de los elementos auditivos encontramos: las saetas resonaban en las espaldas del Dios, tiró una flecha y el arco de plata dio un terrible chasquido.

Dentro de los elementos de movimiento vemos: descendió de las cumbres del Olimpo, sentosé lejos de las naves.

En una comparación se dice que Apolo: “Iba parecido a la noche” sin embargo, en la mitología, Apolo tiene íntima relación con el Sol, por eso esta comparación Homérica pone de manifiesto lo siniestro de la actividad de Apolo. Para los antiguos la noche era algo terrible y sombrío, por eso no se combatía de noche, por eso, cuando en el canto X, Dolon acepta realizar un espionaje nocturno cerca de las naves Aqueas, sólo lo hace a cambio de un premio maravilloso: el carro y los corceles divinos de Aquiles.

Querella entre Aquiles y Agamenón: (53 a 187)

Provocada la peste al cabo de 10 días de arrojar incesantemente Apolo sus flechas sobre animales y luego sobre hombres, Aquiles convoca a la junta de jefes y al pueblo Aqueo en general a fin de averiguar, por medio del arte de los adivinos o intérpretes de sueños la razón de la cólera de Apolo, porque de otra manera tendrán que volver atrás.

Hasta ahora el único Dios que ha tomado parte en el conflicto, ha sido Apolo, que provoca la peste sin resistencia por parte de los otros dioses. La intervención de los demás dioses va a producirse 10 días después de arrojada la primera flecha: Hera (esposa de Zeus), pone en el corazón del Pélida el deseo de convocar al Agóra (reunión de los Aristo), esto se vuelve una ofensa contra Agamenón, ya que sólo un rey puede convocar a la junta.

Nobleza y Areté: En los poemas Homéricos, todos los personajes que intervienen son hombres ilustrados, héroes y dioses. La diferencia entre los dioses y los hombres es mínima, ya que los hombres Homéricos aparecen divinizados, y los dioses humanizados. Estos poemas presentan solamente la vida de la aristocracia, constituida por los mejores en linaje y ascendencia.

El abolengo: Es uno de los elementos que determinan la superioridad de la nobleza sobre los demás mortales; por ejemplo Aquiles, Helena y Odiseo remontan su ascendencia hasta los mismos dioses. La palabra Areté expresa la idea de virtud, pero no en el sentido moral, sino en el sentido de capacidad, aptitud, destreza y valor. Se refiere a la fuerza física y a la destreza guerrera, pero también a las cualidades morales. En Areté hay dos aspectos:

1) Uno espiritual e intelectual (Ágora).
2) Y otro corporal y físico (Combate).

Aunque a veces es más importante el valor corporal y físico, que el espiritual e intelectual, esto queda demostrado cuando Agamenón le dice a Diómedes que es inferior al padre en el combate, aunque hablara mejor en el Ágora.

El hombre ordinario no tiene Areté, y si un noble es tomado como esclavo, Zeus le reduce su Areté a la mitad, y este deja de ser el que era antes.

Sigue Querella- Aquiles se vuelve hacía Agamenón y le propone que un adivino interprete la cólera de Apolo; este no se ha dirigido a Calcas ni a ningún otro augur en particular; sin embargo, Calcas se levanta y dice a Aquiles: “Mándasme explicar la cólera del flechador Apolo”. Y luego dice que no habla porque teme a un hombre que manda sobre los Aqueos y que es un rey. Por eso, le pide a Aquiles que lo proteja de la ira de ese rey (aludiendo a Agamenón).

Aquiles lo satisface, jurándole que lo protegerá contra la ira de cualquier Aqueo, aunque éste sea Agamenón. A continuación el Augur (o Vate) dice que la causa de la cólera de Apolo, fue el ultraje que Agamenón infirió al sacerdote, no devolviéndole la hija, ni admitiendo el rescate. Y aclara que, hasta que no sea devuelta la chica, y se haga un sacrificio en honor al Dios, en la ciudad de Crisa no habrá esperanza alguna en batalla. Cuando Agamenón oye la acusación de Calcas Testórida, se levanta enojado y le grita “¡Adivino de males! Jamás me has anunciado nada grato”. Aquí homero hace referencia a un hecho no narrado en la Ilíada, Calcas en la localidad de Aulide había profetizado que la flota Aquea no llegaría a Troya, a causa de los vientos contrarios, si Agamenón no sacrificaba en el altar de los dioses a Ifigenia, su propia hija.

En las palabras de Agamenón se ve un terrible resentimiento hacía Calcas por su anterior premonición, pero también denota pasión y deseo por la joven Criseida, a la cual prefiere antes que su legítima esposa, Clitemnestra. De un momento a otro pasa de ser iracundo y codicioso, a ser bueno y generoso. Cede en devolver a Criseida, pero aquí vuelve su codicia por causa del Areté, pide otra recompensa similar para salvar su nombre y poder, pasa de ser odiado a hacerse la víctima: “No sería decoroso que me quedara sin recompensa” por eso pide como recompensa equivalente a Criseída a la, esclava de Aquiles, Briseida.

Intervención de Palas Atenea: (188 a 222)

Agamenón amenazó a Aquiles con ir a su tienda y quitarle a su esclava Briseida. A esto, Aquiles, responde con la intención de matar al Atrida, y cuando estaba desenvainando la espada, aparece la diosa Palas Atenea que le tira de la blonda cabellera, apareciendo sólo ante los ojos de Pélida. Ante esta aparición, el tiempo se detiene, Aquiles y Atenea parecen borrarse de la escena sin que los demás lo noten. Los dioses pueden visualizarse, ante cualquiera, cuando ellos lo deseen y bajo cualquier forma.

La diosa logra convencer al héroe de que no mate al Atrida, aquí se muestra un gran heroísmo, ya que logra contener su cólera y logra la sofrosyne (equilibrio), aunque luego insulta a Agamenón diciéndole: “¡Borracho, que tienes cara de perro y corazón de ciervo!”

Juramento de no combatir. Disolución de la junta: (223 a 317)

Aquiles renuncia a matar a Agamenón, pero no por eso deja de insultarlo de palabra. Entonces, se levanta Néstor, el más anciano de las tropas Aqueas, su vitalidad es elogiada por los demás, conoció a 2 generaciones de héroes y reina sobre la tercera. Su función no es pelear, sino hablar. En este caso le habla al consejo, exhortándoles al Pélida y al Atrida a cambiar de actitud. Siempre trata de instaurar el equilibrio, de imponer justicia, es la figura modelo del anciano sabio. Si Aquiles es el arquetipo del héroe joven; Néstor lo es de los ancianos.

La edad de Néstor tiene un significado, ya que los griegos insertaron entre la edad de plata y la edad del bronce, a la edad de los héroes. Néstor es el nexo entre una época en la cual los dioses y la justicia divina estaban más cerca de los hombres, y una época en la que se ve la paulatina decadencia del mundo. Trata de reconciliar al Atrida con Aquiles, diciendo que ambos han obrado mal, Aquiles injurió a Agamenón, ya que ofendió al rey más poderoso; y Agamenón desconoció y despreció las virtudes guerreras de Aquiles al querer arrebatarle su botín. Pero, la intervención de Néstor no logra cumplir su cometido, ya que Aquiles le responde al Atrida: “…Manda a otros, no me des ordenes, pues yo no pienso obedecerte.”

Arrebatamiento de Briseida: (318 a 348)

Agamenón ordena a dos de sus Heraldos, Taltibios y Euríbates que traigan a Briseida de la tienda de Aquiles, y que si éste no quiere cederla de buen grado irá el propio Agamenón, con sus servidores a arrancársela. Los Heraldos cumplen su misión de mala gana, por miedo a la reacción de Aquiles, pero este no los ataca, porque los Heraldos estaban bajo la protección de Zeus.

Suplica de Aquiles a Tetis: (349 a 429)

Idos los Heraldos, Aquiles rompe en llanto, esta imagen se contrapone a su ira anterior. Lleno de sufrimiento, invoca a su madre, Tetis, una de las divinidades marítimas (Nereidas). El mar lo había condenado al héroe a morir joven, ya que este eligió vivir poco pero con gloria, que morir viejo y sin gloria.

Por eso, ya que morirá joven, desea morir con gloria, y le ruega a Tetis que suplique a Zeus lo siguiente: que la victoria sea para los Troyanos y que los Aqueos sean muertos junto a las naves para que comprenda el poderoso Agamenón Atrida la falta que ha cometido no honrando al mejor de los Aqueos.

Tetis tiene motivos para que Zeus no desoirá su súplica, ya que cuando Poseidón, Hera y Palas Atenea confabularon contra él y lo maniataron, ella con la ayuda del gigante Briareo fue quién lo salvó.

Aquiles es hijo de un mortal (Peleo) y una diosa (Tetis), y como esta insistía en hacer inmortales a sus hijos, lo expuso al fuego y luego lo recubrió con ambrosía. Este se quema los talones, y esta parte del cuerpo le queda como punto débil. También existe otro mito que dice que la madre lo sumergió en la laguna Estigia, tomándolo de los talones.

La Nereida dice que le hará el pedido a Zeus cuando éste vuelva de Etiopía (dentro de 12 días), pero recordemos que Brises le hace el pedido a Apolo sin subir al monte Olimpo, y este lo escucha.

Embajada a Crisa: (430 a 487)

La escena del sacrificio a Apolo plantea una interrogante, ¿no habían viajado los dioses a Etiopía? Entonces, cómo iba a escuchar Apolo las nuevas palabras del sacerdote Crises, y si se admite que los dioses pueden oír desde cualquier lugar, Porqué espera 12 días Tetis para hacer la súplica a Zeus (puede ser un paisaje interpolado).

Además el fragmento que describe el sacrificio de la res, es casi igual al sacrificio que describe Néstor hecho a Poseidón en la odisea.

Suplica de Tetis a Zeus: (488 a 530)

Tetis se arrodilla ante Zeus, le abraza las rodillas, le toca la barba (ritos de súplica).
Zeus no se anima a dar la victoria a los troyanos porque teme una reserta conyugal con Hera. Pero al fin accede ante los insistentes ruegos de Tetis y baja las negras cejas en señal de asentimiento.

Reserta conyugal: (531 y siguientes)

Esta última escena está repleta de elementos burlescos. Los dioses están despojados de toda divinidad y constituyen casi un matrimonio humano. Hera está celosa de que Tetis haya influido sobre Zeus para que éste otorgue la victoria a los Troyanos a fin de honrar a Aquiles. Primeramente Zeus quiere ocultar sus intenciones a su esposa a fin de no reñir, pero luego no tiene más remedio que confesarle.

Al fin, para hacer callar a su colérica esposa, Zeus le dice: “obedece mis palabras…si acercándome te pongo encima las invictas manos”. La crítica creía que Homero no era religioso y por lo tanto no creía en los dioses, y sólo los usaba como convención. Esto luego fue descartado ya que la Ilíada era utilizada como libro de estudio y a nadie le llamaba la atención las peleas entre los dioses.

-Robert dice que en realidad existían 2 tipos de religión: la de los Templos y la de los Olímpicos. Zeus era el rey de los dioses, por lo tanto el de mayor poder, y Hera la que tenía más templos y ciudades bajo su protección. Zeus lucha por la adoración y Hera por el poder.

-Sara Pomeroy parte de la base de que en Creta existía un Matriarcado, y que las diosas madres eran las principales del panteón.

Los Aqueos traen consigo el culto a Zeus, y una sociedad patriarcal. De la unión de los dioses machos y las diosas hembras nace un matrimonio forzado.

Esta escena puede ser vista como paralela a la querella. Zeus y Hera pueden ser considerados como los peleadores Aquiles y Agamenón. Hay un suplicante: Crises o Tetis. Hay un mediador: Néstor o Hefestos (el cojo de ambos pies). También hay amenazas que no se concretan: Aquiles quiere matar a Agamenón, Zeus le quiere pegar a Hera. La única diferencia está en el final, los hombres terminaron llorando y los dioses riendo, ya que los inmortales tienen el tiempo necesario como para dejar esa situación desagradable y postergarla para otro día.

Aspecto formal del discurso Homérico: posee tres partes centrales.

1- A quién se dirige
2- Fundamentación
3- Conclusión

Los personajes Homéricos no dialogan, intercambian discursos que siempre están introducidos, por el narrador.

“Se levantó Aquiles de los pies ligeros y dijo;…”
“…Así dijo y todos aprobaron en silencio.”

Epítetos:

Pueden ser clasificados en: 1) Tradicionales
2) Homéricos

Todos los epítetos que se agregan a un nombre propio, es decir, los de héroes, dioses, ciudades o regiones y animales, son generalmente tradicionales. Y los que se refieren a las cosas o animales no individualizados son Homéricos (Ej. “perros veloces”,”mar sonoro”, etc.). Los epítetos Homéricos no se aplican a un solo héroe, es decir, son comunes a varios nombres que tengan igual valor métrico.