sábado, 7 de marzo de 2009

Charles Baudelaire - El perro y el frasco

VIII

EL PERRO Y EL FRASCO

"Mi lindo perro, mi buen perro, mi querido pichicho,
acércate y huele el excelente perfume comprado
al mejor perfumista de la ciudad".
Y el perro, meneando la cola, que es, para estos
pobres seres, el signo de la risa o la sonrisa, se acerca
y pone curioso su nariz húmeda sobre el frasco
abierto; luego, retrocediendo de repente con temor,
me ladra como reprochándomelo.
-"¡Ah! perro miserable, si te hubiera ofrecido un
montón de excrementos lo hubieras husmeado con
delicia y hasta lo hubieras comido. Tú también, indigno
compañero de mi triste vida, te pareces al público,
al que jamás hay que ofrecerle perfumes delicados
que lo exasperen, sino basura cuidadosamente
seleccionada."

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