La narración
Constantemente contamos o nos cuentan historias, episodios o sucesos reales, pues necesitamos enterarnos de lo que ocurre a nuestro alrededor o lo que sucede en el mundo; pero también nos encanta escuchar o leer historias inventadas: cuentos, leyendas, novelas... Para todo ello utilizamos la narración.
¿QUÉ ES UNA NARRACIÓN?
Una narración es un relato de algo real o ficticio, contado de forma que resulte creíble.
Se pueden narrar historias o sucesos utilizando medios muy distintos: de forma oral o escrita, mediante gestos, a partir de dibujos, con fotografías, fotogramas de películas...
¿CUÁNDO UTILIZAMOS LAS NARRACIONES?
Utilizamos la narración cuando:
• Contamos a alguien lo que pensamos, hacemos, sentimos o hemos presenciado.
• Referimos los sucesos históricos de un país o de una época.
• Damos noticia de lo que sucede o ha sucedido en el mundo, a través de los medios de comunicación.
• Contamos un cuento, una fábula, una novela, una película, un chiste, etc.
CARACTERÍSTICAS DE LAS NARRACIONES
Toda narración cuenta una historia, estructurada en tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.
En el planteamiento se expone:
• quién o quiénes son los personajes que intervienen en la historia o suceso;
• dónde se desarrolla;
• cuándo ha ocurrido;
• qué ha pasado.
En el nudo o desarrollo se explica más extensamente la trama de lo ocurrido, es decir, cómo y por qué ha sucedido.
El desenlace muestra el final de la historia o la conclusión.
En las narraciones siempre hay un narrador, que es el encargado de:
• Contar los hechos, en primera, segunda o tercera persona verbal, pues el narrador puede ser un personaje de la historia o un testigo de esta.
• Decidir el orden del relato: desde el principio hasta el final, empezando por la mitad de lo narrado o comenzando por el final, como en las novelas policíacas.
• Definir a los personajes por su aspecto físico, carácter, actuación o las relaciones que entabla con los demás.
• Decidir el ritmo, rápido o lento, de la narración.
• Precisar el lugar y el tiempo de la historia.
Contamos un cuento, una fábula, una novela, una película, un chiste, etc., y también... una leyenda. El siguiente fragmento pertenece a El monte de las ánimas, una de las famosas leyendas del escritor español del siglo XIX Gustavo Adolfo Bécquer. Quizá, después de leerlo, sientas curiosidad por saber qué es lo que en ella se narra:
Así pasó una hora, dos, la noche, un siglo, porque la noche aquella pareció eterna a Beatriz. Al fin despuntó la aurora; vuelta de su temor, entreabrió los ojos a los primeros rayos de la luz. Después de una noche de insomnio y de terrores, ¡es tan hermosa la luz clara y blanca del día! Separó las cortinas de seda del lecho, ya se disponía a reírse de sus temores pasados, cuando de repente un sudor frío cubrió su cuerpo, sus ojos se desencajaron y una palidez mortal descoloró sus mejillas; sobre un reclinatorio había visto, sangrienta y desgarrada, la banda azul que perdiera en el monte, la banda azul que fue a buscar Alonso.
TIPOS DE NARRACIONES
Las narraciones pueden ser:
• Literarias: novela, cuento, leyenda, fábula, poema épico, romance, etc.
• No literarias: basadas en sucesos reales, noticias periodísticas, crónicas de reinados, informes, anécdotas, etc.
• Gráficas: cómic, tebeo, chiste...
RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LAS NARRACIONES
En la narración se utilizan mucho los verbos que indican acción o proceso, generalmente, en tercera persona del pretérito indefinido (vivió, corrió, se apresuró...) o del presente (habla, posee, trabaja...).
Apenas existen adjetivos calificativos porque retardan la acción.
Abundan las indicaciones temporales y locales: en aquel tiempo, muy cerca de allí...
El narrador intenta captar y mantener la atención del oyente o lector con fórmulas lingüísticas, apelaciones, interrogaciones, etc.: pero... ¿qué sería de ellos?; se preguntará el lector...
En una misma narración se pueden utilizar uno o varios puntos de vista desde los que se narren los hechos.
Es muy habitual intentar embellecer el relato con figuras retóricas y literarias.
¿CÓMO SE HACE UNA NARRACIÓN?
Para que una narración desempeñe bien su función, antes de escribirla, es imprescindible:
• Determinar lo que se quiere contar, seleccionando solo lo relevante para no hacer pesado el relato.
• Decidir entre la primera, la segunda o la tercera persona narrativa.
• Disponer el orden en que se va a escribir o contar la historia.
• Elegir los recursos lingüísticos o literarios, así como el tono que se va a utilizar para presentar los hechos, los personajes e incluso la misma historia.
domingo, 27 de abril de 2008
Idioma Español 1er año - La fábula y la leyenda
La fábula y la leyenda
¿Recuerdas la historia de la cigarra y la hormiga? Basándose en ella, Samaniego escribió una famosísima fábula de la que se puede extraer una constructiva moraleja. ¿Y qué sabes sobre la legendaria historia del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda? Forman parte de una de las leyendas más famosas de todos los tiempos. Pero... ¿sabes lo que son, exactamente, la fábula y la leyenda? Si no estás seguro, sigue leyendo, porque conocerás dos preciosas formas de contar historias.
LA FÁBULA
La fábula es una narración breve, escrita en verso o prosa, que tiene una finalidad didáctica; es decir que de ella se extrae una moraleja o enseñanza aplicable a nuestra vida. Suele tener su origen en historias populares que se han ido transmitiendo a lo largo de los siglos. La mayoría de sus personajes son animales, que representan los vicios o defectos humanos más llamativos, aunque, también, alguna que otra virtud. ¿Recuerdas qué recurso literario es el que consiste en atribuir características humanas a animales? Efectivamente, la personificación.
En una fábula se pueden distinguir dos partes: una es el relato propiamente dicho, y la otra, la moraleja. ¿Te atreves a decir cuál es la moraleja de esta fábula de Samaniego?:
Bebiendo un perro en el Nilo,
al mismo tiempo corría.
“Bebe quieto”, le decía un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente:
“Dañoso es beber y andar;
pero ¿es sano el aguardar
a que me claves el diente?”
¡Oh, qué docto perro viejo!
Yo venero su sentir
en esto de no seguir
del enemigo el consejo.
A lo largo de la historia de la literatura, han existido muchos fabulistas. Uno de los más antiguos es el escritor griego Esopo (620-560 a.C.), autor de fábulas tan conocidas como La zorra y las uvas. Posteriormente, los árabes trajeron a Europa muchas fábulas de procedencia oriental, que luego aprovecharían autores como el escritor francés del siglo XVII La Fontaine, y, ya en el XVIII, los españoles Tomás Iriarte (El burro flautista, La compra del asno...) y Félix María de Samaniego (La cigarra y la hormiga, La lechera, El leopardo y las monas...).
Como ya hemos mencionado, las fábulas suelen estar inspiradas en motivos o anécdotas de carácter popular que se han ido transmitiendo de forma oral y escrita a lo largo del tiempo. Un ejemplo es la fábula de Samaniego titulada El congreso de los ratones, que se basa en una historia ya recogida por Lope de Vega más de un siglo antes, en este poema:
Juntáronse los ratones
para librarse del gato
y, después de un largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que, andando el gato con él,
guardarse mejor podían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo;
y, encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
“¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?”
LA LEYENDA
La leyenda es un relato breve de carácter fabuloso (extraordinario, fantástico) aunque con apariencia histórica, en el que se narra un suceso como si realmente hubiera ocurrido en un lugar concreto. Tanto los personajes como los hechos que aparecen en estas narraciones suelen ser reales, pero, al añadirles elementos mágicos o sobrenaturales, se convierten en fabulosos. Cada país o región tiene sus propias leyendas, muy ligadas a la tradición local.
Los protagonistas de las leyendas suelen ser héroes extremadamente valientes, fuertes y hábiles, cuya vida se narra engrandeciendo sus hazañas. Suelen tener su origen en personajes históricos, como el rey Arturo, Guillermo Tell o Erik el rojo, pero también puede tratarse de seres imaginarios (dragones, elfos, duendes, sirenas...).
Existen también leyendas sobre lugares, creadas para explicar el origen o las características de ciertos parajes o accidente geográficos (rocas, lagos, montes...), que, por un motivo determinado, se consideran especiales. Es el caso de la historia que habla sobre el origen de los Pirineos, ¿la conoces?:
En un tiempo remoto, el rey de Iberia (península Ibérica) era el conocido Túbal. Tenía el monarca una hija de gran belleza, llamada Pirene, de la que Gerión, el monstruo de las tres cabezas, estaba enamorado. Pero la princesa se negaba a ser su esposa, y se escondió en un monte bajo y áspero. Desesperado, Gerión decidió prender fuego a aquel lugar.
Al pasar Hércules por Iberia, vio una gran humareda y oyó una voz de mujer que pedía socorro. Metió el héroe su fuerte brazo en la hoguera y sacó a Pirene. Pero la princesa murió, y Hércules, conmovido, la enterró en aquel montecillo. Sin embargo, le pareció poco aquella tumba para tan bella mujer, por lo que cogió con sus poderosas manos enormes rocas con las que formó un mausoleo gigantesco y maravilloso: una hermosísima cordillera que se llamó Pirineos, en recuerdo de la princesa.
Ciertas narraciones legendarias tienen gran importancia para un pueblo concreto, por lo que se han transmitido de forma oral de generación en generación, conservadas en las llamadas sagas, que son recopilaciones de leyendas protagonizadas por grupos familiares y los pueblos a los que pertenecen.
Durante siglos, las leyendas han servido de inspiración a los escritores y, muy especialmente, a los del siglo XIX, que recopilaron casi todas las narraciones tradicionales de este tipo que hoy conocemos. Algunos de ellos, como Gustavo Adolfo Bécquer, las elaboraron de manera personal, con lo que surgieron las conocidas como leyendas de autor.
¿Recuerdas la historia de la cigarra y la hormiga? Basándose en ella, Samaniego escribió una famosísima fábula de la que se puede extraer una constructiva moraleja. ¿Y qué sabes sobre la legendaria historia del rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda? Forman parte de una de las leyendas más famosas de todos los tiempos. Pero... ¿sabes lo que son, exactamente, la fábula y la leyenda? Si no estás seguro, sigue leyendo, porque conocerás dos preciosas formas de contar historias.
LA FÁBULA
La fábula es una narración breve, escrita en verso o prosa, que tiene una finalidad didáctica; es decir que de ella se extrae una moraleja o enseñanza aplicable a nuestra vida. Suele tener su origen en historias populares que se han ido transmitiendo a lo largo de los siglos. La mayoría de sus personajes son animales, que representan los vicios o defectos humanos más llamativos, aunque, también, alguna que otra virtud. ¿Recuerdas qué recurso literario es el que consiste en atribuir características humanas a animales? Efectivamente, la personificación.
En una fábula se pueden distinguir dos partes: una es el relato propiamente dicho, y la otra, la moraleja. ¿Te atreves a decir cuál es la moraleja de esta fábula de Samaniego?:
Bebiendo un perro en el Nilo,
al mismo tiempo corría.
“Bebe quieto”, le decía un taimado cocodrilo.
Díjole el perro prudente:
“Dañoso es beber y andar;
pero ¿es sano el aguardar
a que me claves el diente?”
¡Oh, qué docto perro viejo!
Yo venero su sentir
en esto de no seguir
del enemigo el consejo.
A lo largo de la historia de la literatura, han existido muchos fabulistas. Uno de los más antiguos es el escritor griego Esopo (620-560 a.C.), autor de fábulas tan conocidas como La zorra y las uvas. Posteriormente, los árabes trajeron a Europa muchas fábulas de procedencia oriental, que luego aprovecharían autores como el escritor francés del siglo XVII La Fontaine, y, ya en el XVIII, los españoles Tomás Iriarte (El burro flautista, La compra del asno...) y Félix María de Samaniego (La cigarra y la hormiga, La lechera, El leopardo y las monas...).
Como ya hemos mencionado, las fábulas suelen estar inspiradas en motivos o anécdotas de carácter popular que se han ido transmitiendo de forma oral y escrita a lo largo del tiempo. Un ejemplo es la fábula de Samaniego titulada El congreso de los ratones, que se basa en una historia ya recogida por Lope de Vega más de un siglo antes, en este poema:
Juntáronse los ratones
para librarse del gato
y, después de un largo rato
de disputas y opiniones,
dijeron que acertarían
en ponerle un cascabel,
que, andando el gato con él,
guardarse mejor podían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo;
y, encrespando el grueso lomo,
dijo al senado romano,
después de hablar culto un rato:
“¿Quién de todos ha de ser
el que se atreva a poner
ese cascabel al gato?”
LA LEYENDA
La leyenda es un relato breve de carácter fabuloso (extraordinario, fantástico) aunque con apariencia histórica, en el que se narra un suceso como si realmente hubiera ocurrido en un lugar concreto. Tanto los personajes como los hechos que aparecen en estas narraciones suelen ser reales, pero, al añadirles elementos mágicos o sobrenaturales, se convierten en fabulosos. Cada país o región tiene sus propias leyendas, muy ligadas a la tradición local.
Los protagonistas de las leyendas suelen ser héroes extremadamente valientes, fuertes y hábiles, cuya vida se narra engrandeciendo sus hazañas. Suelen tener su origen en personajes históricos, como el rey Arturo, Guillermo Tell o Erik el rojo, pero también puede tratarse de seres imaginarios (dragones, elfos, duendes, sirenas...).
Existen también leyendas sobre lugares, creadas para explicar el origen o las características de ciertos parajes o accidente geográficos (rocas, lagos, montes...), que, por un motivo determinado, se consideran especiales. Es el caso de la historia que habla sobre el origen de los Pirineos, ¿la conoces?:
En un tiempo remoto, el rey de Iberia (península Ibérica) era el conocido Túbal. Tenía el monarca una hija de gran belleza, llamada Pirene, de la que Gerión, el monstruo de las tres cabezas, estaba enamorado. Pero la princesa se negaba a ser su esposa, y se escondió en un monte bajo y áspero. Desesperado, Gerión decidió prender fuego a aquel lugar.
Al pasar Hércules por Iberia, vio una gran humareda y oyó una voz de mujer que pedía socorro. Metió el héroe su fuerte brazo en la hoguera y sacó a Pirene. Pero la princesa murió, y Hércules, conmovido, la enterró en aquel montecillo. Sin embargo, le pareció poco aquella tumba para tan bella mujer, por lo que cogió con sus poderosas manos enormes rocas con las que formó un mausoleo gigantesco y maravilloso: una hermosísima cordillera que se llamó Pirineos, en recuerdo de la princesa.
Ciertas narraciones legendarias tienen gran importancia para un pueblo concreto, por lo que se han transmitido de forma oral de generación en generación, conservadas en las llamadas sagas, que son recopilaciones de leyendas protagonizadas por grupos familiares y los pueblos a los que pertenecen.
Durante siglos, las leyendas han servido de inspiración a los escritores y, muy especialmente, a los del siglo XIX, que recopilaron casi todas las narraciones tradicionales de este tipo que hoy conocemos. Algunos de ellos, como Gustavo Adolfo Bécquer, las elaboraron de manera personal, con lo que surgieron las conocidas como leyendas de autor.
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La fábula y la leyenda
Idioma Español - 1er año - La descripción
La descripción
Cuando describimos a alguien, explicamos cómo es físicamente, la ropa que lleva, los rasgos significativos de su personalidad, lo que le gusta o desagrada...; es decir, todo lo que forma parte de su forma de ser y su apariencia.
¿QUÉ ES UNA DESCRIPCIÓN?
Una descripción es el dibujo, hecho con palabras, de personas, animales, lugares u objetos, mediante la exposición de sus características, cualidades, usos, etc., a fin de que otros puedan crear una imagen mental de ellos. La descripción también es la explicación minuciosa de sentimientos y sensaciones, o de los procesos o procedimientos para hacer algo.
¿DÓNDE Y CUÁNDO UTILIZAMOS LAS DESCRIPCIONES?
En nuestra vida cotidiana, usamos constantemente las descripciones para explicar cómo es lo que nos rodea, nuestros sentimientos o ilusiones, los procesos para hacer algo, como llegar a un sitio, preparar una tarta...
Tambien se emplean muy habitualmente en distintos tipos de textos:
• De carácter científico, técnico o humanístico: descripción de animales, plantas, elementos químicos, definiciones de palabras, etc.
• Informativos o publicitarios: manuales de uso de ciertos productos, en los que se señala cómo son, cómo funcionan y se manejan; folletos turísticos que describen lugares, sus gentes, costumbres; etc.
• Literarios, como las novelas, para describir a los personajes y los ambientes en los que se sitúa la acción.
CARACTERÍSTICAS DE LAS DESCRIPCIONES
En toda descripción pueden distinguirse los siguientes aspectos:
• un tema, que es lo que se describe;
• los elementos o partes que lo constituyen y las características más destacadas que lo definen (forma, tamaño, color, rasgos físicos o psíquicos, etc.);
• los recursos expresivos que utiliza el narrador en ella.
La descripción tiende a ser concisa, clara y objetiva en los textos técnicos, científicos y humanísticos, completada en ocasiones con gráficos o imágenes; en los propagandísticos y literarios suele ser subjetiva, pues es habitual que influyan emociones o valoraciones personales.
TIPOS DE DESCRIPCIONES
Descripciones de personas
El retrato es la forma más habitual de describir a una persona. En él se mezclan las características físicas, psicológicas y morales del personaje.
Si solo se describen los rasgos físicos y la vestimenta de la persona, se habla de prosopografía; por el contrario, la etopeya se ocupa únicamente de las cualidades psicológicas y morales: carácter, forma de ser y de actuar, personalidad...
Por último, hay que mencionar la caricatura, en la que se dibujan las peculiaridades de la persona, mediante rasgos muy exagerados, con una finalidad humorística.
Descripciones de lugares
El interés puede centrarse en el lugar mismo o en su importancia como marco en el que se desarrolla una acción.
Tanto si se describe un paisaje amplio, como una ciudad, o si se trata de un interior, es importante observar el orden elegido por el autor para realizar la descripción: el tipo de planos (desde uno general, que abarca muchas cosas, a un primerísimo plano, que centra su atención en pequeños detalles), si se ordenan los datos de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo...
Descripciones de objetos
Se describen las formas, los colores, los pequeños detalles o matices, las texturas...
RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LA DESCRIPCIÓN
La descripción se caracteriza principalmente por la utilización de sustantivos y adjetivos calificativos, antepuestos o pospuestos al nombre, que el autor elige con precisión: grandes ojos azules.
Escasean los verbos, son copulativos o apenas presentan acción o movimiento. Casi siempre están conjugados en pretérito imperfecto de indicativo: era simpática; estaba siempre enfadado.
Son frecuentes los símiles o comparaciones (astuto como un zorro, frío como el hielo), las metáforas (era un lince para los negocios), las imágenes sensoriales (amarillo chillón), las personificaciones (el ordenador solía estar cansado), etc.
¿CÓMO SE HACE UNA DESCRIPCIÓN?
Para conseguir realizar una buena descripción, es necesario seguir estos pasos:
• Observar detenidamente aquello que queremos describir, a través de los cinco sentidos, para anotar todos los detalles, las características, las cualidades...
• Seleccionar solo aquello que sea significativo para el tipo de texto descriptivo que queramos hacer: técnico, científico, literario...
• Clasificar y ordenar los datos elegidos de forma coherente.
• Utilizar, al hacer la redacción, los recursos estilísticos descritos anteriormente.
Cuando describimos a alguien, explicamos cómo es físicamente, la ropa que lleva, los rasgos significativos de su personalidad, lo que le gusta o desagrada...; es decir, todo lo que forma parte de su forma de ser y su apariencia.
¿QUÉ ES UNA DESCRIPCIÓN?
Una descripción es el dibujo, hecho con palabras, de personas, animales, lugares u objetos, mediante la exposición de sus características, cualidades, usos, etc., a fin de que otros puedan crear una imagen mental de ellos. La descripción también es la explicación minuciosa de sentimientos y sensaciones, o de los procesos o procedimientos para hacer algo.
¿DÓNDE Y CUÁNDO UTILIZAMOS LAS DESCRIPCIONES?
En nuestra vida cotidiana, usamos constantemente las descripciones para explicar cómo es lo que nos rodea, nuestros sentimientos o ilusiones, los procesos para hacer algo, como llegar a un sitio, preparar una tarta...
Tambien se emplean muy habitualmente en distintos tipos de textos:
• De carácter científico, técnico o humanístico: descripción de animales, plantas, elementos químicos, definiciones de palabras, etc.
• Informativos o publicitarios: manuales de uso de ciertos productos, en los que se señala cómo son, cómo funcionan y se manejan; folletos turísticos que describen lugares, sus gentes, costumbres; etc.
• Literarios, como las novelas, para describir a los personajes y los ambientes en los que se sitúa la acción.
CARACTERÍSTICAS DE LAS DESCRIPCIONES
En toda descripción pueden distinguirse los siguientes aspectos:
• un tema, que es lo que se describe;
• los elementos o partes que lo constituyen y las características más destacadas que lo definen (forma, tamaño, color, rasgos físicos o psíquicos, etc.);
• los recursos expresivos que utiliza el narrador en ella.
La descripción tiende a ser concisa, clara y objetiva en los textos técnicos, científicos y humanísticos, completada en ocasiones con gráficos o imágenes; en los propagandísticos y literarios suele ser subjetiva, pues es habitual que influyan emociones o valoraciones personales.
TIPOS DE DESCRIPCIONES
Descripciones de personas
El retrato es la forma más habitual de describir a una persona. En él se mezclan las características físicas, psicológicas y morales del personaje.
Si solo se describen los rasgos físicos y la vestimenta de la persona, se habla de prosopografía; por el contrario, la etopeya se ocupa únicamente de las cualidades psicológicas y morales: carácter, forma de ser y de actuar, personalidad...
Por último, hay que mencionar la caricatura, en la que se dibujan las peculiaridades de la persona, mediante rasgos muy exagerados, con una finalidad humorística.
Descripciones de lugares
El interés puede centrarse en el lugar mismo o en su importancia como marco en el que se desarrolla una acción.
Tanto si se describe un paisaje amplio, como una ciudad, o si se trata de un interior, es importante observar el orden elegido por el autor para realizar la descripción: el tipo de planos (desde uno general, que abarca muchas cosas, a un primerísimo plano, que centra su atención en pequeños detalles), si se ordenan los datos de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo...
Descripciones de objetos
Se describen las formas, los colores, los pequeños detalles o matices, las texturas...
RECURSOS ESTILÍSTICOS DE LA DESCRIPCIÓN
La descripción se caracteriza principalmente por la utilización de sustantivos y adjetivos calificativos, antepuestos o pospuestos al nombre, que el autor elige con precisión: grandes ojos azules.
Escasean los verbos, son copulativos o apenas presentan acción o movimiento. Casi siempre están conjugados en pretérito imperfecto de indicativo: era simpática; estaba siempre enfadado.
Son frecuentes los símiles o comparaciones (astuto como un zorro, frío como el hielo), las metáforas (era un lince para los negocios), las imágenes sensoriales (amarillo chillón), las personificaciones (el ordenador solía estar cansado), etc.
¿CÓMO SE HACE UNA DESCRIPCIÓN?
Para conseguir realizar una buena descripción, es necesario seguir estos pasos:
• Observar detenidamente aquello que queremos describir, a través de los cinco sentidos, para anotar todos los detalles, las características, las cualidades...
• Seleccionar solo aquello que sea significativo para el tipo de texto descriptivo que queramos hacer: técnico, científico, literario...
• Clasificar y ordenar los datos elegidos de forma coherente.
• Utilizar, al hacer la redacción, los recursos estilísticos descritos anteriormente.
Idioma Español 1er año - El verbo
El verbo
El verbo es la parte más importante de la oración; sin él, esta no puede existir. Todas las demás palabras que utilizas al decir o escribir una frase complementan al verbo o dicen algo de él.
FORMA DEL VERBO
Los verbos presentan varias formas:
• Formas simples. Constan de una sola palabra: cantaba, correrán.
• Formas compuestas. Constan de dos o más palabras (tiempos compuestos, formas pasivas y perífrasis verbales): habrá cantado, ha sido felicitado.
• Formas personales. Son las que se pueden conjugar: duerme, recortamos.
• Formas no personales. Son las que no se pueden conjugar: pensar, riendo.
FORMAS VERBALES SIMPLES
Las formas verbales simples están compuestas por:
• un lexema, que aporta el significado (volamos);
• una vocal temática, que indica si el verbo es de la primera (-a-), de la segunda (-e-) o de la tercera (-i-) conjugación (volamos, tenemos, abrimos);
• desinencias o morfemas gramaticales de tiempo, modo, aspecto, persona y número (volamos);
• a veces, morfemas derivativos (prefijos o sufijos), que aportan un nuevo significado al lexema (sobrevolamos).
Las siguientes son formas verbales simples: presente, pretérito imperfecto, pretérito indefinido, futuro imperfecto y condicional simple.
FORMAS VERBALES COMPUESTAS
Las formas verbales compuestas están formadas por:
• un verbo auxiliar, que presenta las desinencias de tiempo, modo, aspecto, persona y número (hemos volado);
• una forma verbal, en participio, que aporta el significado léxico del verbo (hemos volado).
Las siguientes son formas verbales compuestas: pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, pretérito anterior, futuro perfecto y condicional perfecto.
LAS DESINENCIAS VERBALES
Las desinencias verbales son las terminaciones que se añaden al lexema (o raíz) de un verbo para obtener sus formas. Hay distintos tipos de desinencias, según la información que nos proporcionan:
• Tiempo. Relaciona la acción verbal con el momento en el que esta se realiza: presente (en ese mismo instante: canto), pasado (con anterioridad: cantaba, canté) y futuro (con posterioridad: cantaré).
• Modo. Presenta la actitud o punto de vista del hablante ante la acción verbal:
el indicativo expresa lo real: Marcos sube al autobús;
el subjuntivo, la hipótesis o lo irreal: Quizá vaya al cine;
el imperativo, el mandato: ¡Sal a la calle!
• Aspecto. Indica si el proceso verbal está realizándose o ha concluido. Las formas simples (excepto el pretérito indefinido) y el pretérito perfecto presentan la acción verbal en su proceso de realización, por lo que son imperfectivas: saltaba, saltamos. Las formas verbales compuestas (menos el pretérito perfecto) y el pretérito indefinido presentan la acción verbal finalizada; son perfectivas: salté, habré saltado.
• Persona. Las formas personales presentan tres personas: con la primera aludimos al yo (singular) o al nosotros (plural); con la segunda mencionamos al tú/usted (singular) o al vosotros/ustedes (plural); con la tercera nos referimos a él, ella, ello (singular) o a ellos, ellas (plural).
• Número. Indica si la persona que realiza la acción es una, en cuyo caso es singular: Juego a la pelota; o son varias, plural: Caminamos por el bosque.
• Voz. Expresa la relación entre el sujeto y la acción expresada por el verbo: la voz activa indica que el sujeto ejecuta la acción verbal: Paco trabaja en una oficina; la voz pasiva señala que el sujeto recibe la acción; se forma con el verbo ser + el participio del verbo conjugado: Marta fue felicitada por sus amigos.
LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO
Las formas no personales del verbo son el infinitivo (cantar), el gerundio (cantando) y el participio (cantado). Estas formas no indican tiempo, modo, persona ni número.
Pueden cumplir distintas funciones:
El infinitivo puede ser verbo: Me gusta jugar con mis amigos, o convertirse en sustantivo; en este caso, admite artículo y variación de número: el cantar, los cantares.
El gerundio muestra la acción en su desarrollo (saliendo). A veces admite morfemas diminutivos: andandito.
El participio indica acciones terminadas. Puede aparecer como verbo: Han acertado la respuesta, o como un adjetivo verbal: Tan acertado consejo asombró a todos.
FUNCIÓN DEL VERBO
El verbo es el núcleo del predicado verbal. Concuerda en número y persona con el sujeto: Marcos ve la televisión. Me gusta tu cartera. Mis hermanos y yo íbamos al colegio en bicicleta.
SIGNIFICACIÓN DEL VERBO
En una oración, el verbo expresa la acción que realiza el sujeto, y también indica permanencia o estado.
El verbo es la parte más importante de la oración; sin él, esta no puede existir. Todas las demás palabras que utilizas al decir o escribir una frase complementan al verbo o dicen algo de él.
FORMA DEL VERBO
Los verbos presentan varias formas:
• Formas simples. Constan de una sola palabra: cantaba, correrán.
• Formas compuestas. Constan de dos o más palabras (tiempos compuestos, formas pasivas y perífrasis verbales): habrá cantado, ha sido felicitado.
• Formas personales. Son las que se pueden conjugar: duerme, recortamos.
• Formas no personales. Son las que no se pueden conjugar: pensar, riendo.
FORMAS VERBALES SIMPLES
Las formas verbales simples están compuestas por:
• un lexema, que aporta el significado (volamos);
• una vocal temática, que indica si el verbo es de la primera (-a-), de la segunda (-e-) o de la tercera (-i-) conjugación (volamos, tenemos, abrimos);
• desinencias o morfemas gramaticales de tiempo, modo, aspecto, persona y número (volamos);
• a veces, morfemas derivativos (prefijos o sufijos), que aportan un nuevo significado al lexema (sobrevolamos).
Las siguientes son formas verbales simples: presente, pretérito imperfecto, pretérito indefinido, futuro imperfecto y condicional simple.
FORMAS VERBALES COMPUESTAS
Las formas verbales compuestas están formadas por:
• un verbo auxiliar, que presenta las desinencias de tiempo, modo, aspecto, persona y número (hemos volado);
• una forma verbal, en participio, que aporta el significado léxico del verbo (hemos volado).
Las siguientes son formas verbales compuestas: pretérito perfecto, pretérito pluscuamperfecto, pretérito anterior, futuro perfecto y condicional perfecto.
LAS DESINENCIAS VERBALES
Las desinencias verbales son las terminaciones que se añaden al lexema (o raíz) de un verbo para obtener sus formas. Hay distintos tipos de desinencias, según la información que nos proporcionan:
• Tiempo. Relaciona la acción verbal con el momento en el que esta se realiza: presente (en ese mismo instante: canto), pasado (con anterioridad: cantaba, canté) y futuro (con posterioridad: cantaré).
• Modo. Presenta la actitud o punto de vista del hablante ante la acción verbal:
el indicativo expresa lo real: Marcos sube al autobús;
el subjuntivo, la hipótesis o lo irreal: Quizá vaya al cine;
el imperativo, el mandato: ¡Sal a la calle!
• Aspecto. Indica si el proceso verbal está realizándose o ha concluido. Las formas simples (excepto el pretérito indefinido) y el pretérito perfecto presentan la acción verbal en su proceso de realización, por lo que son imperfectivas: saltaba, saltamos. Las formas verbales compuestas (menos el pretérito perfecto) y el pretérito indefinido presentan la acción verbal finalizada; son perfectivas: salté, habré saltado.
• Persona. Las formas personales presentan tres personas: con la primera aludimos al yo (singular) o al nosotros (plural); con la segunda mencionamos al tú/usted (singular) o al vosotros/ustedes (plural); con la tercera nos referimos a él, ella, ello (singular) o a ellos, ellas (plural).
• Número. Indica si la persona que realiza la acción es una, en cuyo caso es singular: Juego a la pelota; o son varias, plural: Caminamos por el bosque.
• Voz. Expresa la relación entre el sujeto y la acción expresada por el verbo: la voz activa indica que el sujeto ejecuta la acción verbal: Paco trabaja en una oficina; la voz pasiva señala que el sujeto recibe la acción; se forma con el verbo ser + el participio del verbo conjugado: Marta fue felicitada por sus amigos.
LAS FORMAS NO PERSONALES DEL VERBO
Las formas no personales del verbo son el infinitivo (cantar), el gerundio (cantando) y el participio (cantado). Estas formas no indican tiempo, modo, persona ni número.
Pueden cumplir distintas funciones:
El infinitivo puede ser verbo: Me gusta jugar con mis amigos, o convertirse en sustantivo; en este caso, admite artículo y variación de número: el cantar, los cantares.
El gerundio muestra la acción en su desarrollo (saliendo). A veces admite morfemas diminutivos: andandito.
El participio indica acciones terminadas. Puede aparecer como verbo: Han acertado la respuesta, o como un adjetivo verbal: Tan acertado consejo asombró a todos.
FUNCIÓN DEL VERBO
El verbo es el núcleo del predicado verbal. Concuerda en número y persona con el sujeto: Marcos ve la televisión. Me gusta tu cartera. Mis hermanos y yo íbamos al colegio en bicicleta.
SIGNIFICACIÓN DEL VERBO
En una oración, el verbo expresa la acción que realiza el sujeto, y también indica permanencia o estado.