Creí que me rompería lo inmenso lo profundo
Con mi pena desnuda sin contacto sin eco
Me tendí en mi prisión de puertas vírgenes
Como un muerto sensato que había sabido morir
Un muerto coronado sólo de su nada
Me tendí sobre las olas absurdas del verano
Absorbido por amor a la ceniza
La soledad me pareció más viva que la sangre
Quería desunir la vida
Quería compartir la muerte con la muerte
Entregar mi corazón vacío a la vida
Borrarlo todo que no hubiera ni vidrio ni vaho
Nada delante nada detrás nada entero
Había eliminado el hielo de las manos juntas
Había eliminado la osamenta invernal
Del voto de vivir que se anula.
Tú viniste y se reanimó el fuego
Cedió la sombra el frío aquí abajo se llenó de estrellas
Y se cubrió la tierra
De tu carne clara y me sentí ligero
Viniste la soledad fue vencida
Tuve una guía sobre la tierra y supe
Dirigirme me sabía sin medida
Adelantaba ganaba tierra y espacio
Iba hacia iba sin fin hacia la luz
La vida tenía un cuerpo la esperanza tendía sus velas
Promisora de miradas confiadas para el alba
De la noche surgía una cascada se sueños
Los rayos de tus brazos entreabrían la niebla
El primer rocío humedecía tu boca
Deslumbrando reposo remplazaba el cansancio
Yo amaba el amor como en mis primeros días
Los campos están labrados las fábricas resplandecen
Y el trigo hace su nido en una enorme marea
Las mieses la vendimia tienen muchos testigos
Nada es singular ni simple
El mar está en los ojos del cielo o de la noche
El bosque da a los árboles seguridad
Y los muros de las casas tienen una piel común
Los caminos siempre se encuentran
Los hombres están hechos para entenderse
Para comprenderse para amarse
Tienen hijos que serán padres de los hombres
Tienen hijos sin fuego ni lugar
Que inventarán de nuevo a los hombres
Y la naturaleza y su patria
La de todos los hombres
La de todos los tiempos
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