domingo, 27 de abril de 2008

Idioma Español 1er año - La exposición

La exposición oral
La palabra y el pensamiento están íntimamente ligados. Si no somos capaces de expresar nuestras ideas o sentimientos, de conversar y de utilizar las palabras convenientemente para persuadir a los demás, nuestra vida y nuestras relaciones personales estarán muy limitadas.
LA EXPOSICIÓN ORAL INDIVIDUAL
La exposición oral individual es un acto de comunicación a través del cual una persona explica un tema a un auditorio. Esta exposición puede hacerse de forma directa o a través de la lectura de un texto redactado previamente.
Es frecuente este tipo de exposición en clases, conferencias, charlas y discursos.
¿Para qué sirve?
Este tipo de exposición se utiliza para compartir con los oyentes unos conocimientos o experiencias que pueden serles útiles para sus estudios, profesión o vida privada.
¿Cómo se prepara?
En toda exposición debe haber:
• documentación sobre el tema que se vaya a tratar, basada en la consulta de libros, periódicos, revistas, conversaciones, experiencias, etc.;
• organización y análisis de la información extraída;
• planificación de lo que se va a decir y de los materiales que se van a utilizar en la exposición;
• un esquema y una redacción adecuados.
Antes de componer el texto, será bueno reflexionar sobre la finalidad de la exposición, el espacio donde tendrá lugar esta y la clase de público que la escuchará.
El discurso debe ser fluido y claro, por lo que es necesario que el orador domine el uso de la palabra.
Si el discurso es leído, se habrá estructurado previamente en párrafos breves, separados entre sí. Cada párrafo contendrá una idea, cuyas palabras clave se habrán subrayado.
Estructura
El discurso debe tener tres partes:
• una presentación, que ha de ser breve, concisa, amena y sugerente, es decir, que provoque el interés del que escucha;
• el cuerpo de la exposición, en el que se explican con claridad estas ideas; primero, las principales, luego, las secundarias, evitando salirse del tema con divagaciones. La exposición puede ir complementada con materiales o recursos que la hagan más atractiva: anécdotas, ejemplos, transparencias, etc.
• una conclusión o final, síntesis o resumen de lo dicho.
En ocasiones, a la exposición le sigue un coloquio, en el que se da al público la posibilidad de intervenir.
LA EXPOSICIÓN ORAL COLECTIVA
En la exposición oral colectiva intervienen varias personas que expresan su opinión sobre un tema convenido previamente, mostrando en conjunto una gran diversidad de pareceres. En ocasiones la finalidad que se persigue es simplemente mostrar al oyente varios criterios o razonamientos en contraste; pero en otras lo que se pretende es que, a partir de estas diferencias, se establezca una discusión o controversia entre las personas reunidas.
En este tipo de exposiciones es frecuente la presencia de un moderador que presenta a las personas que van a intervenir, pregunta, dirige, reconduce la situación cuando se salen del tema tratado, favorece la intervención, por igual, de todos los reunidos y el respeto y la cordialidad entre ellos.
Se incluyen dentro de la exposición oral colectiva: la mesa redonda, la puesta en común sobre algún tema y el debate.
CARACTERÍSTICAS DEL BUEN ORADOR
Aunque la exposición oral puede hacerse a través de la lectura, es preferible que se haga de forma directa, mirando al público, para poder observar sus reacciones.
El orador ha de lograr superar la timidez; controlar los nervios y sus gestos; hacer una exposición pausada, ni muy rápida ni excesivamente lenta; modular la voz, dándole el volumen y el tono adecuados; articular correctamente los sonidos, dar la entonación precisa a las frases, hacer las pausas necesarias, evitar muletillas y repeticiones...
La conjunción y la interjección
La mayoría de las frases que decimos contiene alguna conjunción, y las interjecciones son casi imprescindibles en el lenguaje hablado. Sin embargo, a veces, pasan casi inadvertidas y muy a menudo no les concedemos la importancia, que, como cualquier otro tipo de palabras, tienen. Con las conjunciones relacionamos palabras, sintagmas u oraciones. Con las interjecciones expresamos sentimientos de asombro, sorpresa, miedo, dolor, etc.
LAS CONJUNCIONES
1. Forma
Son palabras invariables, que, dependiendo de su forma, pueden ser de dos tipos:
• Simples: ni, mas.
• Compuestas. Se forman por la unión de dos palabras: aunque (aun + que), sino (si + no), o bien pueden ser locuciones conjuntivas, grupos de palabras que han perdido su significado primitivo y se han convertido en nexos: a pesar de, así es que, etc.
2. Función
Las conjunciones enlazan y relacionan palabras, sintagmas u oraciones.
3. Significación
Establecen una relación de coordinación o subordinación entre los elementos que enlazan. Cuando las conjunciones unen palabras o sintagmas, la relación suele ser de coordinación (Es aconsejable comer fruta y verdura todos los días); si unen oraciones, puede ser de coordinación (Cuando llegue a casa, haremos la compra o limpiaremos la casa) o de subordinación (El profesor esperó para que pudieran hablar con él).
4. Clasificación
Coordinantes. Los elementos que unen son de la misma categoría (palabras, sintagmas, frases) y tienen sentido independiente: Me gusta tomar el sol en la playa, pero prefiero bañarme en la piscina.
Subordinantes. Relacionan una oración con una palabra u otra oración, indicando que depende de ella y la complementa: Te perdonó a pesar de que estaba muy enfadado.

Copulativas: suman o enlazan elementos.
y, e (cuando la palabra siguiente comienza por i o hi), ni.

Disyuntivas: introducen una oposición o diferencia entre dos cosas entre las que tenemos que elegir.
o, u (cuando la palabra que le sigue empieza por o).

Distributivas: relacionan reiterativamente dos términos que se dan como opciones.
ya ... ya, bien ... bien

Adversativas: conectan oraciones entre las que se expresa una oposición o contrariedad.
mas, pero, aunque, sino

Explicativas: introducen una aclaración a lo dicho anteriormente.
es decir, o sea, a saber, esto es

Completivas: introducen oraciones sustantivas.
que

Causales: preceden a oraciones en las que se explica algo.
porque, ya que, puesto que, supuesto que, pues, como, etc.

Consecutivas: introducen oraciones que expresan una consecuencia.
luego, conque, pues, por consiguiente, así pues, así que, etc.

Finales: anteceden a oraciones que explican para qué el sujeto realiza algo.
para que, a fin de que, con el fin de que, a que, que, con vistas a que, etc.

Condicionales: introducen una condición para que se cumpla lo expuesto en la oración principal.
si, con tal de que, siempre que, en el caso de que, a menos que, a condición de que, etc.

Concesivas: preceden a oraciones que presentan una objeción u obstáculo a lo expresado en la oración principal, sin impedir su realización.
aunque, a pesar de que, aun cuando, si bien, bien que, etc.

De lugar: introducen oraciones que implican una noción espacial.
donde, adonde

Temporales: preceden a oraciones que expresan tiempo.
cuando, mientras, antes (de) que, después de que, etc.

Modales: introducen oraciones que explican el modo en que se realiza la oración principal.
como, según, de modo que, tal y como, etc..

Comparativas: conectan elementos entre los que se establece una relación de superioridad, igualdad o inferioridad.
más ... que, mayor ... que, mejor ... que, tanto ... cuanto, tan(to) .. .como, así ... como, menos ... que, menor ... que, peor ... que.

LA INTERJECCIÓN
1. Forma
Son palabras invariables que, por su significado, por las ideas que expresan, aparecen entre signos de exclamación.
Pueden ser de tres tipos:
• Propias. Palabras que siempre se usan como interjecciones: ¡Ah!, ¡Ay!
• Impropias. Palabras o frases que utilizamos a veces como exclamaciones, pero que normalmente no lo son: ¡Alto!, ¡Demonios!, ¡Hombre!, ¡Naranjas de la China!, ¡Qué remedio!
• Onomatopeyas. Palabras que imitan distintos sonidos: ¡Pum!, ¡Miau!, ¡Chas!
En ocasiones, una interjección puede usarse repetida para recalcar una idea, como ¡Ja, ja, ja!, que expresa risa, burla o incredulidad.
2. Función
Las interjecciones funcionan como oraciones independientes.
3. Significación
Con ellas expresamos emociones o sentimientos, de alegría, dolor, sorpresa, enojo, deseo, repugnancia, cansancio, etc., o imitamos ruidos: ¡Ajá!, ¡Digo!, ¡Maldición!, ¡Ojalá!, ¡Puaf!, ¡Uf! ¡Zas!, ¡Zasca, ¡Uaaah!, ¡Cloc!; intentamos llamar la atención de los demás: ¡Psss...!; aplaudimos o incitamos a alguien para que haga algo: ¡Bravo!, ¡Olé!, ¡Chitón!, ¡Aire!, ¡Ánimo!, ¡Aúpa!; saludamos a alguien o nos despedimos: ¡Hola!, ¡Adiós!, ¡Chao!

Idioma Español 1er año - El sustantivo

El nombre
Al nacer nos ponen un nombre con el que nos identificamos y al que respondemos cuando nos llaman. Las cosas existen para nosotros porque las podemos nombrar. El nombre o sustantivo sirve para referirnos a las personas, a los animales y a las cosas.
LA FORMA DEL NOMBRE
Un nombre o sustantivo está formado por:
• un lexema o raíz, que indica su significado;
• unos morfemas obligatorios: de género (masculino o femenino) y número (singular o plural);
• unos morfemas optativos: prefijos y sufijos.

EL GÉNERO DEL NOMBRE
El género es una marca gramatical que señala si el nombre es masculino o femenino. Delante de un sustantivo masculino pueden aparecer los artículos el y los; delante de un sustantivo femenino, la y las. En los seres animados el género suele coincidir con el sexo de estos.
Para indicar el género del nombre usamos:
Una terminación para el masculino y otra diferente para el femenino:
• -o/-a: gato-gata, chico-chica.
• -e/-a: infante-infanta, monje-monja.
• -ø/-a: colegial-colegiala, león-leona.
Terminaciones especiales para el femenino:
• -esa: conde-condesa, príncipe-princesa.
• -isa: sacerdote-sacerdotisa, profeta-profetisa.
• -ina: gallo-gallina, rey-reina.
• -triz: actor-actriz, emperador-emperatriz.
Palabras distintas o heterónimos: papá-mamá, hombre-mujer, caballo-yegua.
Sin embargo, a veces la oposición -o/-a no indica género, sino que:
• Diferencia significados: cochero-cochera, gramático-gramática.
• Distingue el tamaño o la forma: cuchillo-cuchilla, anillo-anilla, río-ría.
• Establece una diferencia entre el árbol y su fruto: manzano-manzana, ciruelo-ciruela.
Casos especiales
Un sustantivo puede terminar en -o y no ser masculino: mano, foto, moto, o terminar en -a y no ser femenino: patriarca, papa.
Existen sustantivos que son masculinos o femeninos por etimología, dependiendo de su origen, o por tradición. Así, son masculinos los nombres de los días de la semana, los meses, los colores, los ríos, los lagos, los mares y los océanos, y son femeninos los de las letras, las ciencias o las islas: el martes, el Atlántico; las matemáticas, las Caimán. Estos son otros ejemplos: sabor, aceite, purgante, frutal; pandilla, tribu, amabilidad, timidez.
Algunos sustantivos tienen la misma forma para los dos géneros, por lo que tenemos que diferenciarlos:
• Añadiendo el artículo el o la: astronauta, mártir, conserje.
• Empleando, junto al sustantivo, la palabra macho, para el masculino, o hembra, para el femenino, en los nombres epicenos (nombres que, con un solo género gramatical, designan seres de ambos sexos): jilguero, pulga.
Se dice que un nombre es ambiguo cuando se emplea como masculino o como femenino, y, por lo tanto, podemos elegir entre ambas formas: el mar-la mar, el interrogante-la interrogante, el calor-la calor.
Existen sustantivos cuyo significado es diferente dependiendo del artículo que lleven delante: el cólera-la cólera.
Por último, hay que hacer referencia a los nombres colectivos, que son aquellos que, en singular, se refieren a un grupo de cosas, animales o personas: el rebaño, la arboleda, el populacho.
EL NÚMERO DEL NOMBRE
El sustantivo presenta dos números: el singular y el plural.
Utilizamos el singular para referimos a un solo ser o cosa: cachorro, tortuga, tortilla, y el plural, para nombrar a varios: delfines, libros, zapatos.
Los nombres o sustantivos que van precedidos por los artículos el o la son singulares; los que llevan delante los o las son plurales.
Para indicar el número plural de un nombre:
• Añadimos una -s si el singular termina en vocal: lapicero-lapiceros, sofá-sofás, carne-carnes, capó-capós, menú-menús.
• Añadimos la terminación -es si el singular termina en consonante: pañal-pañales, balcón-balcones.
Pero hay algunas excepciones:
• Los sustantivos que en singular terminan en -í o -ú hacen el plural añadiendo -es: jabalí-jabalíes, rubí-rubíes, bantú-bantúes.
• Los sustantivos terminados en -s o -x en singular, si su acentuación es llana o esdrújula, no cambian de forma en el plural: el martes-los martes, la crisis-las crisis, el dúplex-los dúplex.
• Cuando un sustantivo termina en -y, hace su plural añadiendo -es: ley-leyes, rey-reyes, excepto jersey-jerséis.
Además, hay nombres que solo se utilizan en singular: tez, cenit; o solo en plural: albricias, alicates. Otros se usan indistintamente en singular o plural para referirse a un solo objeto: tijera-tijeras, pantalón-pantalones.
En ocasiones, la -s diferencia significados: el celo-los celos, la víspera-las vísperas.
MORFEMAS OPTATIVOS DEL NOMBRE
Algunos sustantivos pueden llevar distintos afijos que modifican su significado; si aparecen delante del lexema se denominan prefijos: superabuelo, desconfianza, y sufijos, si van detrás: librero, asturiano, niñez.
LA FUNCIÓN DEL NOMBRE
El nombre es el núcleo del sintagma nominal porque es la palabra más importante de éste. Puede ir acompañado de:
• un determinante: la luna, tu cartera, algún caramelo;
• un adjetivo calificativo antepuesto o pospuesto: hermoso día, comida salada;
• otro sustantivo: mi amiga María, el hombre lobo;
• un sintagma nominal o preposicional: Barcelona, la Ciudad Condal; bolso de mano;
• una proposición adjetiva: los patines que me he comprado son pequeños.
El nombre puede realizar cualquier función sintáctica: sujeto, complemento directo, complemento indirecto, atributo, aposición, complemento agente, etc.
LA SIGNIFICACIÓN DEL NOMBRE
El sustantivo sirve para nombrar a seres, ideas o cosas que existen en la realidad o en nuestra imaginación: mariposa, hada, belleza, Dios.
CLASES DE NOMBRES
Según su significado, el sustantivo puede ser:
Común. Nombra seres u objetos de la misma clase o con iguales características: lapicero, botón.
Propio. Indica la individualidad de un ser o una cosa frente a los de su misma especie: Encarna, Guadalquivir. Cuando se refiere a una persona, se llama antropónimo; si se refiere a un lugar geográfico, se denomina topónimo.
Concreto. Designa a aquellos seres o realidades con existencia real o imaginaria: oveja, bruja, robot.
Abstracto. Designa una cualidad, un concepto o un estado que no podemos percibir por los sentidos si no es asociado a personas, animales o cosas: blancura, virtud, libertad.
Individual. Indica un solo ser: pájaro, cerdo, huevo.
Colectivo. Designa a un conjunto de animales o cosas de la misma especie: bandada, piara, docena.
Contable. Nombra seres o cosas que podemos contar: coche, televisión, cartera.
No contable. Nombra realidades que no se pueden contar: aceite, vino, arena.

Idioma Español 1er año - El artículo

El artículo
Cuando un nombre o sustantivo aparece sin determinantes, nos imaginamos algo abstracto, que solo existe en nuestra mente (libro); pero cuando encontramos ese mismo nombre acompañado por un antecedente, como puede ser un artículo, se convierte en algo concreto y cercano a nosotros (el libro).
FORMA DEL ARTÍCULO
Los artículos pueden ser determinados o indeterminados. Los primeros se utilizan cuando el sustantivo al que acompañan nos es conocido (la deportista); el segundo, cuando nos es desconocido (una deportista). Partiendo de esta clasificación, el artículo presenta las siguientes formas:

masculino femenino neutro
singular el la lo
plural los las

FUNCIÓN DEL ARTÍCULO
El artículo es un determinante que acompaña a un sustantivo, informando por anticipado de cuál es el género y el número de éste: el balón, la canasta, los espectadores, las amigas.
Si va delante de otras palabras que no sean sustantivos, hace que estas funcionen igual que si lo fueran; es decir, las sustantiva. Amarillo e infeliz, por ejemplo, son dos adjetivos, y sí es un adverbio; pero si les ponemos delante un artículo, se convierten en nombres o sustantivos: el amarillo, la infeliz; le dio el sí.
Cuando el artículo el lleva delante las preposiciones a o de, se contraen y dan lugar a los artículos contractos al o del. Estos siempre forman parte de un sintagma preposicional: mañana saldremos al campo; la puerta del colegio está cerrada. Al hacer un análisis sintáctico, cada uno de los elementos que componen un artículo contracto se debe analizar por separado: la preposición es un enlace; y el artículo, un determinante.
SIGNIFICACIÓN DEL ARTÍCULO
El artículo no tiene por sí mismo ningún significado.
Como ya hemos dicho, utilizamos el artículo determinado cuando el sustantivo al que acompaña nos es conocido: el colegio, la plaza, los columpios, las mochilas.
El artículo indeterminado lo usamos cuando el sustantivo nos es desconocido: unas gafas, un país. En ocasiones su significado es idéntico al de un determinante indefinido o numeral: deme un periódico, no dos.
Algunas observaciones sobre el artículo
El artículo es necesario cuando el sustantivo va en singular; sin embargo, podemos prescindir de él si el sustantivo es plural: decimos leí un libro y no *leí libro, pero tan correcto es decir: leí libros como decir: leí unos libros.
Cuando la palabra que sigue al artículo es un sustantivo femenino, en singular, que comienza por a o ha tónicas, es decir, acentuadas, la forma del artículo que hemos de poner es el o un: el agua está fría; un hada le dio con su varita mágica. Pero si entre el artículo y el sustantivo ponemos un adjetivo, o utilizamos el sustantivo en plural, la forma que hemos de elegir es la femenina: la fría agua; unas hadas.
En español no se considera elegante, sino vulgar, utilizar el artículo delante de un nombre propio de persona: Pepa, Juana; pero no *la Pepa ni *la Juana.
Si el nombre propio está formado por el artículo el seguido de un sustantivo, como El Mundo, El Cairo, etc., y debemos poner delante las preposiciones a o de, estas no se unen al artículo para formar el contracto: la noticia la he tomado de El Mundo; en verano voy a El Cairo.

Idioma Español 1er año - Las preposiciones

LAS PREPOSICIONES
1. Forma
Las preposiciones son palabras invariables, como los adverbios.
Se presenta en dos formas:
• Simple: (consulta el cuadro que aparece al final de este artículo).
• Compuesta: las locuciones preposicionales o grupos de palabras formados por la combinación de un adverbio y una preposición:


a favor de
a través de
acerca de
con respecto a
con rumbo a
de acuerdo con
delante de
en contra de
enfrente de
en lugar de
en vez de
por delante de, etc.
Las preposiciones cabe y so no se utilizan en la actualidad; la primera la sustituimos por junto a; la segunda la empleamos solo en expresiones como so pena de, so pretexto de.
A veces las preposiciones aparecen agrupadas: de entre, de por, desde por, hasta con, hasta por, hasta en, hasta sin, para con, por bajo de, etc. (desde por la mañana; hasta sin manos). Sin embargo, la agrupación a por es considerada por la Academia como incorrecta.
2. Función
Las preposiciones son nexos o enlaces subordinantes que sirven para relacionar una palabra o un sintagma con otra palabra, a la que complementa: barra de metal, café con leche.
Cuando la preposición precede a un sintagma nominal, forma un sintagma preposicional: vuelvo a mi ciudad.
3. Significación
Las preposiciones ayudan a establecer relaciones de lugar, tiempo, posición, causa, procedencia, etc.: estoy en Sevilla; trabajo por la mañana.

A, ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, durante, en, entre, hacia, hasta, mediante, para, por, según, sin, so, sobre, tras.

Idioma Español 1er año - El adverbio

EL ADVERBIO
1. Forma
El adverbio es una parte invariable de la oración; es decir, mantiene la misma forma independientemente de la palabra a la que acompañe.
Se presenta en dos formas:
• Simple: si está compuesto solo por un lexema (hoy).
• Compuesta: si está formado por derivación, sufijación o es una locución adverbial (alegremente; de vez en cuando).
Solo unos pocos adverbios admiten un morfema diminutivo (-ito, -illo): tempranito, poquillo, o superlativo (-ísimo): muchísimo, tardísimo.
Algunos se apocopan: tanto y cuanto pierden su última sílaba si van delante de un adjetivo o un adverbio (tan enfermo, cuan largo era), y mucho se convierte en muy (muy importante); igualmente, cuando dos adverbios terminados en -mente van juntos, el primero pierde esta terminación: lisa y llanamente.
Las locuciones o frases adverbiales son grupos de palabras cuyos elementos no podemos separar porque equivalen a adverbios y funcionan como tales:


a buen seguro
a ciencia cierta
a duras penas
a escondidas
a la chita callando
a las claras
a pie juntillas
de cabo a cabo
de cuando en cuando
de memoria
de repente
en balde
hoy por hoy
poco a poco
según y como, etc.
2. Función
El adverbio puede complementar a:
• un verbo: ve despacio;
• un adjetivo: es demasiado lento;
• otro adverbio: canta muy bien.
3. Significación
Los adverbios precisan o determinan de forma clara la significación del verbo, adjetivo o adverbio al que complementan. Pueden expresar lugar, tiempo, cantidad, modo, afirmación, negación y duda.
Los adverbios de lugar y tiempo son deícticos, señalan proximidad o lejanía con respecto a un espacio o a un tiempo (aquí / allí; antes / después).

De lugar
aquí, allí, ahí, acá, allá, cerca, lejos, delante, detrás, abajo, arriba, fuera, dentro, enfrente, donde, adonde, alrededor de, etc.

De tiempo
anteayer, ayer, hoy, mañana, antes, ahora, después, luego, mientras, cuando, pronto, ya, entonces, recién, siempre, etc.

De cantidad
muy, mucho, poco, algo, bastante, demasiado, harto, además, nada, más, menos, tanto, tan, cuanto, cuan, apenas, casi, etc.

De modo
bien, mal, deprisa, despacio, mejor, peor, adrede, aposta, así, como, según, conforme, duro y muchos terminados en -mente.

De afirmación
sí, cierto, ciertamente, efectivamente, afirmativamente, sin duda, verdaderamente, también, claro, etc.

De negación
no, nunca, jamás, tampoco, absolutamente, apenas, etc.

De duda
acaso, quizá, quizás, tal vez, a lo mejor, probablemente, igual, etc.
El adjetivo
El adjetivo puede ir delante o detrás del sustantivo, pero siempre expresa una cualidad de éste, concordando con él en género y número.
FORMA DEL ADJETIVO
El adjetivo está formado por:
• un lexema o raíz, que indica el significado de la palabra: buen-o-s;
• un morfema gramatical de género (masculino o femenino): buen-o-s;
• un morfema gramatical de número (singular o plural): buen-o-s;
• a veces, un morfema derivativo (prefijo o sufijo): buen-azo.
Estos son algunos de los sufijos que admite el adjetivo: aumentativos (dulzón), diminutivos (feíto), despectivos (listorro, pillastre), de gentilicios (alavés, mendocina, tinerfeño), de posibilidad (prorrogable), etc.
Muchos adjetivos se han formado a partir de sustantivos o de verbos: calizo (cal), quejica (queja), ahorrativo (ahorrar).

EL GÉNERO Y EL NÚMERO DEL ADJETIVO
Género
El adjetivo adopta el género del sustantivo al que acompaña (gata blanca).
El género se indica mediante la oposición de morfemas:
• o/a: barato, barata; salado, salada.
• Ø/a: agresor, agresora; comprador, compradora.
Algunos adjetivos son invariables, lo que significa que una sola forma sirve para los dos géneros: cuaderno verde, hierba verde; bombero audaz, muchacha audaz.
Número
Los adjetivos forman su plural añadiendo:
• -s, si el singular termina en vocal: amigables, pequeños.
• -es, si el singular finaliza en consonante: juveniles, retadores.
La concordancia del adjetivo con el sustantivo
Como ya sabes, el sustantivo y el adjetivo que lo acompaña tienen que concordar en género y número: casa alta, viaje corto. Pero hay casos particulares de concordancia a los que hay que prestar especial atención. Son los siguientes:
Cuando el adjetivo complementa a dos o más sustantivos singulares del mismo género, debe tomar la forma masculina o femenina en plural: mi libro y tu cuaderno son pequeños; las simpáticas Ana y Mercedes.
Pero si un sustantivo es masculino y el otro femenino, la concordancia debe hacerse en masculino plural: ¿Has visto la falda y el jersey nuevos?
LOS GRADOS DEL ADJETIVO
La cualidad de algunos adjetivos admite grados, es decir, el adjetivo puede presentar las cualidades de un sustantivo con distintas intensidades:
Grado positivo. Presenta la cualidad en un término medio, sin cuantificarla: El cuadro es bonito.
Grado comparativo. Establece una relación entre la cualidad de dos sustantivos, mediante la colocación de un adverbio delante del adjetivo (más, menos, tan), en correlación con una conjunción comparativa (que, como):
• de igualdad: tan grande como;
• de superioridad: más alto que;
• de inferioridad: menos pesado que.
Grado superlativo. Muestra la cualidad en su grado más alto:
• de forma absoluta, sin compararlo con nada, mediante el sufijo -ísimo, un prefijo (re-, requete-, super-, sobre-) o un adverbio + un adjetivo: buenísimo, requetelisto, extremadamente limpio, muy risueño;
• de forma relativa, en relación con otros: Jacinta es la más inteligente de la clase.
Algunos comparativos y superlativos irregulares
Algunos adjetivos hacen el comparativo y el superlativo con palabras cultas procedentes del latín, y ciertos superlativos cultos alternan con otros populares: antiquísimo - muy antiguo, misérrimo - muy mísero, paupérrimo – pobrísimo.

EL APÓCOPE DEL ADJETIVO
Los adjetivos bueno, malo, grande se apocopan (pierden su vocal final) delante de un sustantivo masculino singular: buen amigo, mal final, gran día; santo no se apocopa siempre: san Pedro, pero no *san Tomás, sino santo Tomás.
FUNCIÓN DEL ADJETIVO
Cuando el adjetivo acompaña a un sustantivo, tanto si va antepuesto (delante) como si va pospuesto (detrás), lo complementa, funcionando como un adyacente: bonito libro, leche caliente.
Si no acompaña a ningún sustantivo, forma un sintagma adjetivo independiente, del que es el núcleo: es muy listo; es fácil de imitar.
SIGNIFICACIÓN DEL ADJETIVO
El adjetivo expresa cualidad, acción, efecto, estado, etc., del nombre al que acompaña.
Distinguimos entre:
• Adjetivo especificativo. Delimita el contenido del sustantivo, aportando una información necesaria: muchacha encantadora, fiesta musical.
• Adjetivo explicativo. Expresa una cualidad que asociamos con el sustantivo; se podría prescindir de él porque su función es solo expresiva. Suele ir antepuesto al sustantivo: negro carbón, florido mayo.
En ocasiones, a repetición de un adjetivo puede tener un valor expresivo: Pedro está loco, loco.
LA POSICIÓN DEL ADJETIVO
En general, el adjetivo puede aparecer antepuesto o pospuesto al sustantivo, sin que varíe mucho el significado. Sin embargo, esto no se cumple con unos pocos adjetivos como pobre, grande, simple, etc., cuya posición respecto al sustantivo modifica considerablemente su significado: un pobre hombre / un hombre pobre.
Reglas de acentuación
Existen dos tipos de acentos. Uno es el acento prosódico, que, en la lengua oral, es la mayor intensidad con la que pronunciamos la sílaba tónica de una palabra. El otro tipo es el acento ortográfico o tilde, el signo que, en la lengua escrita, colocamos sobre la sílaba tónica para destacarla frente a las átonas. Pero la tilde, como ya sabes, solo se pone cuando lo requieren las reglas de acentuación. ¿Las repasamos?
REGLAS GENERALES
Seguro que recuerdas que las palabras, dependiendo del lugar que ocupe su sílaba tónica, pueden ser: agudas (última sílaba); llanas (penúltima sílaba); esdrújulas (antepenúltima sílaba), y sobresdrújulas (la sílaba anterior a la antepenúltima). Partiendo de esta clasificación, se establecen las reglas generales de acentuación. Así, se pone tilde en los siguientes casos:
• Palabras agudas que terminen en vocal, en n o en s: mamá, tobogán, compás.
• Palabras llanas que terminen en consonante que no sea n ni s: trébol, lápiz, azúcar.
• Todas las palabras esdrújulas y sobresdrújulas: máscara, ídolo; cuéntamelo, plantándosenos.
CASOS PARTICULARES DE ACENTUACIÓN
1. Diptongos, triptongos e hiatos:
Los diptongos acentuados y los triptongos siguen las reglas generales de acentuación. La tilde se pone sobre la vocal abierta (a, e, o): función, rodapié; despreciáis, vaciéis.
Las palabras con hiato también siguen las reglas generales de acentuación: hé-ro-e, hi-a-to, a-é-re-o, pi-ar, des-tru-ir, va-ho; ahora bien, cuando en un hiato de vocal débil (u, i) y vocal fuerte (a, e, o) el acento recaiga sobre la débil, esta llevará tilde siempre, para indicar que no hay diptongo: rí-o, pú-a, Za-ca-rí-as, a-ún, e-go-ís-ta.
2. Monosílabos:
Las palabras de una sola sílaba, como me, ti, fue, fui, vi, vio, di, dio..., no llevan tilde, excepto en aquellos casos en que este signo ortográfico indique una diferencia de significado (tilde diacrítica): Mi consola es para mí exclusivamente.
3. Adverbios terminados en -mente:
Las palabras terminadas en -mente son adverbios que se han formado a partir de un adjetivo. Llevan tilde si la llevaba el adjetivo del que procedan: fríamente, irónicamente, telefónicamente.
4. Formas verbales con pronombres enclíticos:
Las formas verbales a las que se añaden uno o dos pronombres al final siguen las normas generales: piénseselo, comiéndonoslo.
5. Letras mayúsculas:
Aunque escribamos una inicial o una palabra en mayúscula, hemos de poner tilde igualmente cuando así lo exijan las reglas de acentuación: Óscar, CÁDIZ, BERLÍN.
LA TILDE DIACRÍTICA
La tilde diacrítica diferencia el significado de las palabras que coinciden en su forma. Se utiliza en los siguientes casos:
1. Solo (adjetivo o adverbio) se escribe sin tilde, excepto en caso de posible ambigüedad o confusión, en que el adverbio deberá llevarla:


Voy solo por la mañana (adjetivo: ‘sin compañía’).
Voy sólo por la mañana (adverbio: ‘solamente’).
2. Aun lleva tilde cuando equivale a ‘todavía’; y no la lleva cuando significa ‘hasta, también, incluso’:

Aún es de día; pero aun así, no tengo suficiente luz.
3. Los demostrativos (adjetivos y pronombres) se escriben sin tilde. Solamente cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse como adjetivo o como pronombre, llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal:

Esta mañana cambiará de parecer (determinante que acompaña a mañana).
Ésta mañana cambiará de parecer (pronombre, sujeto de la oración).
Los pronombres demostrativos neutros singulares (esto, eso, aquello) nunca llevan tilde, pues en español no hay adjetivos demostrativos neutros con los que puedan confundirse: Toma esto para ti / Toma *esto libro para ti.
4. Los pronombres interrogativos y exclamativos llevan tilde siempre:


¿Cómo dices?
No sé quiénes vienen.
¡Cuánto grita mi madre!
Ya me han dicho adónde vas de vacaciones.
Lo importante no es el qué, sino el cómo.
Estos pronombres no deben confundirse con conjunciones que coinciden en la forma, pero no en el significado:


Como lo pienso, lo digo.
¿Que venís a comer mañana?
¿Me avisará cuando llegue mi tren?
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
¡Todo cuanto sé lo aprendí de los libros!

Monosílabos: tilde diacrítica

el (artículo determinado): él (pronombre personal):
El reloj dio las doce. El jefe es él.
tu (determinante posesivo): tú (pronombre personal):
Tu hermano vino ayer. Y tú no estabas.
mi (determinante posesivo): mí (pronombre personal):
Encontré mi libro. Mi hijo se parece a mí.
te (pronombre personal): té (nombre):
Te quiero. Quiero té.
se (pronombre personal): sé (del verbo saber o del verbo ser):
Se lo llevó ayer. Sé la respuesta: sé tú mismo.
mas (conjunción adversativa): más (adverbio de cantidad):
La vi, mas no la conocí. Dame más pan.
si (conjunción o nombre: 'nota musical'): sí (pronombre personal o adverbio):
Si quieres, lo hago. No da más de sí.
Esa nota es un si bemol. ¿Le has dicho que sí?
de (preposición): dé (del verbo dar):
Es de algodón. Quiero que me dé mi paraguas.

Idioma Español 1er año - La pronunciación

Pronunciación
¿Te has preguntado alguna vez por qué, a pesar de hablar el mismo idioma, un argentino no pronuncia igual que un español ni que un mexicano? Para pronunciar correctamente necesitamos aprender a articular los fonemas bien; pero estos no se articulan siempre igual, pues depende de la persona que los pronuncie y de la posición que ocupen en la cadena hablada.
La ortología es el arte de pronunciar correctamente los sonidos del idioma y, por extensión, de hablar con propiedad, utilizando las palabras adecuadas.
¿QUÉ NORMAS DEBEMOS SEGUIR SI QUEREMOS PRONUNCIAR BIEN?
El sistema fonológico español no ofrece excesivas dificultades en cuanto a su articulación. No obstante, conviene recordar algunas peculiaridades de los fonemas y ciertos errores que hemos de evitar:
/b/
Se representa con tres letras, b, v y, excepcionalmente, w.
Cuando el fonema /b/ ocupa el final de una sílaba, es incorrecto cambiarlo por /p/: /abdómen/, no */apdómen/.
Los grupos abs, obs, ubs, en la lengua oral, tienden a perder la b, pero esta se mantiene en la escrita por influencia culta: abstracto, obstáculo, subscripción.
/z/
Es representado por las letras c (ante e, i) o z (ante a, o, u). En gran parte de Andalucía, Canarias y casi toda Hispanoamérica, este fonema se pronuncia como /s/: /kabesáso/ (cabezazo), /sársa/ (zarza), /ejersísio/ (ejercicio). Es lo que se conoce como seseo.
/ch/
Aunque en la escritura está compuesto por dos letras, este fonema tiene un único sonido y como tal lo hemos de pronunciar: chochez, achicharrar, cuchichear.
/d/
En las terminaciones -ado de los participios, en España, a veces se suprime el fonema /d/, en el lenguaje coloquial: */termináo/ por terminado, y, en el vulgar, en las de los participios en -ido: */partío/ por partido. Estos usos son incorrectos: en un lenguaje cuidado, la d debe pronunciarse siempre.
Tampoco es admisible el cambio del fonema /d/ por /z/ o /t/ que hacen algunos al decir, por ejemplo, */virtúz/ o */virtút/ por virtud; ni por el fonema /r/ cuando debemos utilizar la forma imperativa y no la del infinitivo: */bailár/ por bailad o */komér/ por comed.
/g/
Es el que escribimos con las letras g (ante a, o, u): gato, goma, gusano; gu (+ e, i): albergue, guinda, guitarra; g (+ consonante): gladiolo, esgrima; o como final de sílaba: diagnóstico, ignorante.
Cuando el fonema /g/ va seguido de u + e, i y la u ha de tener sonido, es obligatorio el uso de la diéresis (¨): cigüeña, vergüenza, pingüino.
/j/
Es el fonema que gráficamente escribimos como g (+ e, i) o j: agenda, colegio, espejo, granjero, juguete.
/k/
Representamos este fonema como c (+ a, o, u), c (+ consonante), k y qu (+ e, i). Cuando la letra c va delante de una consonante, es incorrecto pronunciarla como /z/, hemos de hacerlo como /k/: inspector (/inspektór/), acné, inyección.
/ll/
Es un único sonido representado con dos letras: caballo, lluvia, muelle. En muchas zonas de España e Hispanoamérica se pronuncia como /y/; es lo que se llama yeísmo: /muráya/ (muralla); /obíyo/ (ovillo).
/p/
Las palabras que empiezan por ps-, en la lengua hablada, suelen perder el fonema /p/, aunque se mantiene en la escrita: psicólogo, psiquiatra, psicópata.
Igualmente tiende a debilitarse en la lengua oral el fonema /p/ en el grupo -pt- de palabras como septiembre, séptimo, etc.
Algunos convierten /p/ final de sílaba en /z/, en palabras como reptil (*/reztíl/), adopción, egipcio; es incorrecto.
/rr/
Es el sonido vibrante múltiple que aparece a principio de palabra: racimo (/rrazímo/), reja; entre vocales: parra, torre; y tras las consonantes l, n, s: alrededor, enredar, desratizar.
/s/
En algunas partes de Andalucía el fonema /s/ se pronuncia como /z/: /azezíno/ (asesino); es lo que se llama ceceo.
/t/
La t al final de sílaba a veces se pronuncia incorrectamente como /z/: */fúzbol/ por fútbol; */ézniko/ por étnico.

Idioma Español 1er año - Literatura 3er año - El verso y la rima

El verso y la rima
¿Te gusta la poesía? Seguro que en más de una ocasión has recitado algún poema; ¿te has fijado en su estructura?: está escrito en verso y no en prosa. Cada una de las líneas que compone un poema se llama verso. Éste no aparece aislado, sino agrupado con otros para formar estrofas o poemas. La métrica es la que se ocupa del estudio del verso, de la estrofa y del poema.
¿QUÉ ES UN VERSO?
Un verso es una palabra o agrupación de palabras que tienen un ritmo especial y se encuentran delimitadas con pausas.


Branquias quisiera tener,
porque me quiero casar.
Mi novia vive en el mar
y nunca la puedo ver.
(Rafael Alberti)
Este ritmo que caracteriza al verso se consigue gracias a:
• los acentos: el de la última palabra del verso o el que recae en determinadas sílabas.
• las pausas o silencios: al final del verso, la estrofa o el poema;
• el número de sílabas de los versos;
• la rima.
¿CÓMO SE MIDE UN VERSO?
Para medir un verso hay que sumar las sílabas de las palabras que lo componen, pero teniendo en cuenta las reglas que se detallan en el cuadro que aparece al final de este apartado. Observa el siguiente ejemplo, de Gustavo Adolfo Bécquer:
A-so-ma-ba a-sus-o-jos-u-na-lá-gri-ma, (sinalefa y última palabra esdrújula: 12 - 1 = 11 sílabas)
y a-mi-la-bio u-na-fra-se-de-per-dón; (sinalefas y última palabra aguda: 10 + 1 = 11 sílabas)
ha-bló el-or-gu-llo y-se en-ju-gó-su-llan-to, (sinalefas y última palabra llana: 11 sílabas)
y-la-fra-se en-mis-la-bios-ex-pi-ró (sinalefa y última palabra aguda: 10 + 1 = 11 sílabas)

Métrica

La última palabra del verso

Si es aguda, añadimos una sílaba más.
Si es grave, mantenemos el mismo número.
Si es esdrújula, restamos una.

La sinalefa

Cuando una palabra finaliza en vocal y la siguiente comienza con otra vocal (aunque le preceda una h), ambas forman una sola sílaba métrica.
Si entre las dos sílabas existe una preposición o una conjunción vocálicas, también se une a las anteriores.

Las licencias poéticas

Sinéresis: se unen en una sola sílaba dos vocales en hiato.
Diéresis: las vocales de un diptongo se separan en dos sílabas distintas.

TIPOS DE VERSOS
Los versos, dependiendo de su extensión, se dividen en dos grupos: de arte menor y de arte mayor.
Versos de arte menor. Son los que tienen menos de ocho sílabas. Según su número de sílabas, pueden ser:
• bisílabos (2)
• trisílabos (3)
• tetrasílabos (4)
• pentasílabos (5)
• hexasílabos (6)
• heptasílabos (7)
• octosílabos (8)
Versos de arte mayor. Son aquellos que tienen nueve o más sílabas. Según su número de sílabas, pueden ser:
• eneasílabos o nonasílabos (9)
• decasílabos (10)
• endecasílabos (11)
• dodecasílabos (12)
• tridecasílabos (13)
• alejandrinos perfectos(14)
• pentadecasílabos o alejandrinos imperfectos(15)
• hexadecasílabos o alejandrinos imperfectos(16)
• alejandrinos imperfectos (+14)
En la lírica española, los versos más frecuentes son el octosílabo, el endecasílabo y el alejandrino.
LA RIMA
La rima es la repetición de cierto número de fonemas o sonidos, a partir de la última vocal acentuada, en dos o más versos. Puede ser consonante o asonante.
Rima consonante o total. Se repiten los fonemas vocálicos y los consonánticos que aparecen detrás de la última vocal tónica:


Daba sustento a un pajarillo un día
Lucinda, y por los hierros del portillo
fuésele de la jaula el pajarillo
al libre viento, en que vivir solía.
(Lope de Vega)
Rima asonante o parcial. A partir de la última vocal acentuada, solo se repiten los fonemas vocálicos:


Mi niña se fue a la mar
a contar olas y chinas,
pero se encontró de pronto
con el río de Sevilla.
(Federico García Lorca)
¿Cómo indicamos el número de sílabas y la rima en los versos?
En ocasiones, habrás visto que, junto a los versos de un poema, aparecen unas cifras y unas letras. Estas hacen referencia al número de sílabas de los versos, que se indica con números arábigos, y a la rima, que se marca con las letras del abecedario: en mayúscula los versos de arte mayor; en minúscula, los de arte menor; y con un guión (-) aquellos que no riman:


Pa-ra-la-li-ber-tad-san-gro,-lu-cho,-per-vi-vo. (13 A)
Pa-ra-la-li-ber-tad-mis-o-jos-y-mis-ma-nos, (13 B)
co-mo un-ár-bol-car-nal,-ge-ne-ro-so y-cau-ti-vo, (14 A)
doy a-los-ci-ru-ja-nos. (6 B)
(Miguel Hernández)



Un-li-món-ti-ré a-ro-dar (7 + 1 = 8 -)
y a-tu-puer-ta-se-pa-ró:(7 + 1 = 8 a)
has-ta-los-li-mo-nes-sa-ben (8 -)
que-nos-que-re-mos-los-dos. (7 + 1 = 8 a)
(Anónimo)

Idioma Español 1er año - Literatura 3er año - El poema

El poema
Cuando leemos un poema, nos atraen por igual su ritmo, su contenido y las imágenes poéticas que en él aparecen. Además, el número de sílabas de los versos, la rima de las estrofas o las reiteraciones o repeticiones de diverso tipo que también podemos encontrar ayudan a crear la magia con que nos envuelve.
EL POEMA
Es un conjunto de versos que el poeta concibe como una unidad rítmica y de contenido. Casi todos los poemas clásicos están formados por estrofas, aunque la lírica moderna prescinde con frecuencia de estas.
LA ESTROFA
Una estrofa es una agrupación de versos que riman entre sí y, generalmente, tienen el mismo número de sílabas.
En su clasificación intervienen distintos factores: el número de versos que la compongan, el número de sílabas de cada uno de ellos y la rima que establecen entre sí.
TIPOS DE ESTROFAS QUE PUEDEN APARECER EN LOS POEMAS
Existen muchas clases de estrofas en poesía española, desde la más sencilla, el pareado, hasta las más complejas y difíciles, como el soneto, el zéjel o la estancia, solo al alcance de los maestros, pasando por la lira, la décima o la octava real.
Al final de esta sección encontrarás un esquema de las estrofas más simples, las de dos, tres y cuatro versos. Recuerda que las letras mayúsculas indican la rima que establecen los versos de arte mayor (más de ocho sílabas); las minúsculas, las de arte menor (ocho sílabas o menos), y si aparece un guión significa que ese verso no rima con ningún otro. Además, ya sabes que el número que aparece junto a estas letras marca las sílabas del verso.

POEMAS NO ESTRÓFICOS
Algunos poemas están formados por un número indeterminado de versos sin agruparse en estrofas, aunque mantengan el mismo número de sílabas y adopten rima.
En la poesía contemporánea, a veces, el poeta renuncia incluso a la igualdad silábica de los versos y a la rima, pero el texto sigue resultando poético por otro tipo de repeticiones léxicas (palabras, giros, modismos), morfosintácticas (estructura de las palabras y las oraciones) y semánticas (significados).
Entre los poemas no estróficos destacan la silva, el romance, el romancillo y la endecha. Otras formas poéticas son el verso libre (sin métrica ni rima) y el verso blanco (sin rima, pero medido por sílabas).

Idioma Español 1er año - El acento y la entonación

El acento y la entonación

Mediante el acento destacamos la sílaba más importante de cada palabra, que, como ya sabes, puede llevar tilde o no, según marquen las reglas de acentuación. Con la entonación ayudamos a nuestro interlocutor a interpretar correctamente nuestro mensaje, que puede variar mucho según el tono que utilicemos.
¿QUÉ ES EL ACENTO?
El acento es la mayor fuerza o intensidad con la que pronunciamos una sílaba en una palabra.
Cuando una palabra está formada por varias sílabas, se destaca una de ellas sobre las demás mediante el acento para indicar su importancia: a-ma-po-la, a-cor-de-ón. La sílaba acentuada recibe el nombre de tónica; las que no tienen acento se llaman átonas.
CLASES DE ACENTOS
Acento prosódico o de intensidad: es la mayor intensidad con la que destacamos la sílaba tónica de las átonas en el habla. En la palabra pa-lo-ma, el acento prosódico recae en la sílaba lo, porque es la que pronunciamos con el tono más elevado y con una duración mayor.
Acento ortográfico o tilde: es la rayita oblicua [´] que se coloca en la escritura sobre la vocal tónica cuando así lo requieren las reglas de acentuación. En bom-bón, el acento ortográfico se pone sobre la vocal de la sílaba bón, ya que así lo mandan las reglas ortográficas.
CLASIFICACIÓN DE PALABRAS SEGÚN EL ACENTO
Las palabras, dependiendo de la sílaba en la que se acentúen, se clasifican en:
• Agudas (en la última sílaba): pa-pá, ca-ra-col, ca-za-dor.
• Llanas (en la penúltima sílaba): he-la-do, bu-zo, bur-bu-ja.
• Esdrújulas (en la antepenúltima sílaba): bú-fa-lo, pó-mu-lo, cás-ca-ra.
• Sobresdrújulas (en la sílaba anterior a la antepenúltima): es-té-ti-ca-men-te, man-dán-do-se-lo, trá-e-te-lo.
OTRAS FUNCIONES DEL ACENTO
El acento también sirve para diferenciar el significado de algunas palabras, como té (bebida) y te (pronombre personal); cálculo (operación matemática), calculo (primera persona del presente de indicativo del verbo calcular) y calculó (tercera persona del pretérito indefinido del verbo calcular).
Además, el acento ayuda al emisor a destacar algo ante su interlocutor, alargando y elevando el tono de la sílaba tónica de alguna palabra: ¡Esto, y no lo que tú dices, es lo importante!
En la poesía, es uno de los elementos básicos de los que se sirve el poeta para crear o acentuar el ritmo.
¿QUÉ ES LA ENTONACIÓN?
La entonación es la línea melódica con que acompañamos en el lenguaje oral a las oraciones.
Para que un grupo de palabras forme una oración, obligatoriamente ha de tener una entonación. En ella influyen tres factores:
• Los grupos fónicos que componen la oración: los sonidos que entonamos con un solo impulso de voz mientras espiramos el aire.
• Las pausas: los silencios más o menos prolongados, que nos permiten inspirar aire para continuar hablando.
• Los tonemas: el final de los grupos fónicos, que pueden ser descendentes, sostenidos o ascendentes.

¿QUÉ FUNCIÓN TIENE LA ENTONACIÓN?
La entonación ayuda al hablante a expresarse, pues le sirve, entre otras cosas, para:
• Delimitar las palabras que pertenecen a un grupo fónico o a una oración: Este libro es de matemáticas.
• Diferenciar significados: Nieva (enunciativa); ¿Nieva? (interrogativa); ¡Nieva! (exclamativa).
• Poner de manifiesto la intención del hablante: en frases como ¡Qué simpático eres!, dependiendo de la entonación que se le dé, se señala una cualidad de la persona… o todo lo contrario, si se adopta un tono irónico al enunciarla.

Idioma Español 1er año - Los morfemas

Morfema

Morfema, signo lingüístico mínimo en que pueden descomponerse las palabras de una lengua. Constituye la unidad mínima del análisis morfológico o gramatical.
Algunos autores lo denominan monema y distinguen dos tipos, lexemas y morfemas, dependiendo de si su significado es léxico o gramatical. En la actualidad se suele utilizar el término morfema para todos ellos.
Los morfemas no pueden descomponerse en otros signos, unidades con significante y significado, pero sí en fonemas, que tienen significante y capacidad de diferenciar significados (cama se distingue de cana por la oposición entre los fonemas /m/ y /n/), pero que no son unidades con significado.
Los morfemas son unidades abstractas con significante, el segmento fonémico o morfo, y significado constante.
Hay que tener en cuenta que por morfo se entiende la serie de fonemas, y no de grafemas. Así, blanquecino y blancuzco presentan un mismo morfo, /blank-/, mientras que pedagogía y pedagogo presentan dos morfos de un mismo morfema, /pedagox-/ y /pedagog-/. Si dos o más morfos fonémicamente diferentes tienen un mismo significado y están en distribución complementaria, es decir, no comparten contextos, se denominan alomorfos de un mismo morfema. Según este criterio, los citados /pedagox-/ y /pedagog-/ son alomorfos, pues uno aparece delante de vocales anteriores, /i/ y /e/, y el otro delante del resto. Sin embargo, hay autores que denominan alomorfo a cualquier variante de un morfema, sin necesidad de que presente una distribución complementaria con otros e incluso si se trata de una variante única. Desde este punto de vista, los morfos /-s/ y /-es/ son alomorfos del morfema de plural; el primero aparece tras vocales y el segundo tras ciertas consonantes y las vocales í o ú, de manera que comparten algunos contextos (bigudís, bigudíes).
En algunos casos, la ausencia de un segmento fonémico para expresar un significado, se interpreta como morfo cero (usualmente expresado morfo Ø). Así, tanto en niño como en niños, aparecen tres morfos: niñ-o-s, con los significados de “niño”, “masculino” y “plural”, y niñ-o-Ø con los de “niño”, “masculino” y “singular”. El objetivo de utilizar esta unidad ficticia es conservar un paralelismo entre morfema y significado. En ocasiones, también se utiliza el morfo Ø como alomorfo del morfema de plural: crisis-Ø, frente a casa-s o mantel-es.

CLASIFICACIÓN DE LOS MORFEMAS

Criterio semántico
Según el tipo de significado expresado por los morfemas, estos se dividen en:

Morfemas léxicos o lexemas. Son morfemas con un significado léxico común a otras palabras de la misma familia: /blank-/ en blanco, blanquecino, blanquear, etcétera. Véase Lexema.
Morfemas gramaticales. Dentro de estos, se distingue entre morfemas flexivos y morfemas derivativos.
Los morfemas flexivos, o desinencias, indican categorías gramaticales como género, número, persona, etcétera, y dan lugar a los paradigmas flexivos de las palabras. Las palabras variables de una lengua, en español sustantivos, adjetivos, verbos y algunos determinantes, deben aparecer bajo una determinada forma flexiva para poder formar parte de sintagmas.
Los morfemas derivativos son aquellos que dan lugar a palabras con significados léxicos diferentes de las palabras de las que derivan (morfemas significativos, o derivativos propiamente dichos) o añaden a la palabra base un significado apreciativo (morfemas apreciativos).
Estos son algunos ejemplos de realizaciones de morfemas flexivos:


–o, de género, y –s, de número, en niños.
–ba-, de modo y de tiempo, y –n, de número y persona, en cantaban.
Puede observarse en el ejemplo anterior que la relación entre morfemas y morfos no siempre es una correspondencia unívoca. De hecho, en las lenguas flexivas, es muy frecuente que varios morfemas se fusionen en un único morfo, por lo que estas lenguas se denominan también lenguas fusionantes.
Algunos morfemas derivativos se pueden ver en:


–er- en panadero, morfema que significa “persona que hace o vende”.
-it-, morfema diminutivo en casita.
El significado de una forma flexiva es siempre predecible o regular, mientras que una palabra derivada puede adquirir nuevos significados o especializarse, de modo que incluso puede desaparecer la relación semántica con la base de derivación. Dicha especialización puede tener lugar tanto en derivados léxicos como en derivados apreciativos. Así, instrumento deriva originariamente de instruir y tirita (apósito para heridas) deriva de tira. Sin embargo, en un mismo período histórico pueden convivir la forma lexicalizada con la derivada: Me gusta el beicon cortado en tiritas.

Criterio sintáctico

Según si los morfemas pueden constituir unidades autónomas o no, se clasifican en:

Libres. En español, los adverbios son de este tipo: hoy, nunca, sí, etc. Y también algunos sustantivos y adjetivos formados por un solo morfema: pan, sol, feliz, etcétera.
Trabados. Deben unirse a otros morfemas para constituir palabras o enunciados autónomos. En español, las preposiciones, las conjunciones, los artículos, todos los determinantes, muchos morfemas léxicos y todos los morfemas gramaticales son morfemas trabados, pues no pueden formar enunciados independientes. Se denominan también morfemas ligados o clíticos.
Un mismo morfema puede aparecer como libre o como trabado (mar frente a mar-in-o).

Criterio distribucional

Los morfemas dependientes se clasifican en prefijos, sufijos, interfijos y circunfijos según su posición de adjunción con respecto a la base: delante, detrás, entre base y otro sufijo no flexivo o rodeando a la base.

Idioma Español 1er año - Los fonemas y el alfabeto

Los fonemas y el alfabeto
Para comunicarse con los demás, el ser humano ha creado una serie de sonidos y los ha representado gráficamente como letras, que ha reunido en alfabetos. A, B, C, D…, todos sabemos recitar de memoria el abecedario, y, además, somos capaces de combinar los sonidos, inconscientemente, formando unidades mayores, como sílabas y palabras, que es lo que nos permite establecer la comunicación humana. Pero ¿te has parado a pensar cuál es el origen de esos sonidos que pronuncias y esas grafías que escribes?
¿CÓMO SE PRODUCEN LOS SONIDOS?
Los sonidos se originan en nuestro aparato fonador, siguiendo este proceso: al aspirar, introducimos aire en nuestros pulmones, que el diafragma expulsa hacia los bronquios, la tráquea y la laringe, donde las cuerdas vocales, al tensarse, vibran y originan sonidos. Estos sonidos se modifican en la boca por el movimiento de los labios, la lengua, el velo del paladar y la mandíbula inferior, diferenciándose unos de otros. Es lo que se llama la articulación.
Ahora, prueba a decir el alfabeto, pero delante de un espejo. Fíjate en cómo mueves los labios, la lengua… Después, pronuncia palabras sueltas. Es curioso, ¿verdad?
LOS FONEMAS Y LOS SONIDOS
Los fonemas son las unidades más pequeñas de la lengua. Solo existen en nuestra mente como una imagen acústica o visual que nos permite usarlos o reconocerlos. Cuando los utilizamos, los convertimos en sonidos, que reconocemos a través del oído por su pronunciación, o en grafías, que llegan a nosotros a través de la vista por su representación gráfica (las letras).
Los fonemas del español son veinticuatro:


/a/, /b/, /z/, /ch/, /d/, /e/,
/f/, /g/, /i/, /j/, /k/, /l/,
/ll/, /m/, /n/, /ñ/, /o/, /p/,
/r/, /rr/, /s/, /t/, /u/, /y/.


Aunque no significan nada por sí mismos, estos fonemas diferencian significados, porque combinándolos formamos muchas palabras distintas: bala, cala, gala, mala, pala, rala, sala, tala.
CLASES DE FONEMAS
Vocálicos: al pronunciarlos, el aire no encuentra ningún obstáculo en su salida hacia el exterior. Son cinco: /a/, /e/, /i/, /o/ y /u/.
Consonánticos: en su articulación, ponemos obstáculos al aire para salir por la boca, ya sea con la lengua, los dientes, los labios, etc. Así, para emitir el sonido /p/ unimos los labios, para el sonido /f/ juntamos los dientes superiores con el labio inferior, para el sonido /m/ expulsamos el aire por la nariz, etc.
Los sonidos vocálicos pueden aparecer solos, como palabras independientes (a, o, etc.), o combinados con consonantes para formar sílabas (a-cer-ti-jo). Los sonidos consonánticos han de unirse a los vocálicos para poder pronunciarse y crear sílabas; nunca forman palabras independientes.
EL ALFABETO
El alfabeto es el conjunto de letras o grafías con que se representan los sonidos de una lengua.
El alfabeto español tiene veintisiete letras, que pueden escribirse de dos formas, en minúscula: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z, o en mayúscula: A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y, Z.
Debemos aprenderlo en el orden establecido porque con él se organizan las palabras de los diccionarios, se crean listas, se clasifican ficheros, etc.
El número de letras no coincide con el de los fonemas, ni a cada sonido le corresponde un fonema: de la h, por ejemplo, decimos que es muda, porque no representa ningún fonema, mientras que la x suele corresponder a la suma de dos fonemas: /k+s/ o /g+s/. Una letra puede representar dos fonemas diferentes, y al revés: varias letras diferentes pueden representan un solo fonema.

CIENCIAS QUE ESTUDIAN LOS SONIDOS, LOS FONEMAS Y LAS GRAFÍAS
La fonética se ocupa de la pronunciación y la evolución histórica de los sonidos; la fonología estudia el valor funcional de los fonemas para formar palabras; la ortografía atiende al uso correcto de las letras y los signos de puntuación; y la ortología, a su exacta pronunciación.

Idioma Español - 1er año - La sílaba

La sílaba

Cuando un niño aprende a leer, suele hacerlo silabeando, pronunciando las palabra a golpes de voz: ma-má, pi-ja-ma, me-sa..., sin saber, en realidad, que las está dividiendo en sílabas.
¿QUÉ ES UNA SÍLABA?
Los fonemas (ya sean sonidos o grafías) no suelen presentarse aislados, sino que aparecen agrupados formando unidades superiores. Una de estas unidades es la sílaba.
Una sílaba es el fonema o grupo de fonemas que se pronuncia en un solo golpe de voz.
Puede ser una vocal sola o la combinación de una vocal con una o varias consonantes: a-ma-ne-cer, al-ba-ñil, a-le-gre, bi-ci-cle-ta, ins-crip-ción.
Las sílabas por sí solas carecen de significado: ra, mi, trans, dio, sor; pero con ellas bien unidas y ordenadas, los hablantes podemos formar palabras: ra-dio-trans-mi-sor.
TIPOS DE SÍLABAS
Según su composición, las sílabas pueden ser:
• Abiertas o libres (terminan en vocal): ma-ña-na.
• Cerradas o trabadas (terminan en consonante): cor-tés.
Por el número de vocales que aparecen en ellas, las sílabas se dividen en:
• Simples (tienen una sola vocal): ga-mo.
• Compuestas (tienen dos o tres vocales): cien, miau.
Según las sílabas estén o no acentudas, se distingue entre:
• Tónicas (con acento, pudiendo llevar tilde o no llevarla, según las reglas de acentuación): cis-ne, ár-bol.
• Átonas (sin acento): as-no.
Además, las sílabas pueden tener distinto número de letras, desde solo una: a-tar-de-cer, ¡hasta seis!: a-griéis.
DIPTONGOS, TRIPTONGOS E HIATOS
Se forma un diptongo cuando dos vocales se unen en una sola sílaba. El diptongo puede estar formado por una vocal abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u), o viceversa: cai-mán, de-li-cia, boi-na, jau-la, o bien, por dos vocales cerradas: Luis, ruido. La h intercalada entre dos vocales no significa que no pueda haber diptongo. Unas veces lo habrá: ahi-ja-do, ahu-ma-do, prohi-bir, y otras no: bú-ho, tru-hán.
Si el diptongo está en una sílaba acentuada, el acento recaerá siempre en la vocal abierta: es-táis, pei-ne. En los diptongos formados por vocales cerradas, el acento se sitúa en la segunda: cuí-da-te, je-sui-ta.
La unión de tres vocales en una sola sílaba forma un triptongo. La vocal que ocupa el lugar central y que se pronuncia con mayor intensidad siempre es abierta, las laterales son cerradas: viei-ra, lim-piáis.
Cuando la vocal i de un diptongo o un triptongo aparece al final de palabra se convierte en una y: Rey, buey, con-voy, Pa-ra-guay.
Dos vocales en contacto que pertenecen a sílabas diferentes reciben el nombre de hiato; es decir, hiato es lo contrario de diptongo: hoy es un ejemplo de diptongo; oí es un ejemplo de hiato.
El hiato puede estar formado por una vocal abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u), o viceversa: Ma-rí-a, pi-a-no, Ra-úl; por dos vocales abiertas: pa-se-o, Ja-én; o por dos cerradas: cons-tru-ir.
DIVISIÓN DE PALABRAS
¿Qué normas hemos de seguir cuando hayamos de dividir una palabra al final de un renglón?:
No podemos separar las letras que forman una sílaba: pie-dad.
Las letras dobles (ch, ll, rr) deben mantenerse juntas: chi-cha-rra, ga-lle-ta, te-rre-mo-to.
Dos consonantes iguales juntas (cc, nn) pertenecen a sílabas distintas: re-dac-ción, in-ne-ga-ble.
Los grupos formados por consonante + l o r forman siempre sílaba: cla-ri-ne-te, excepto que esta unión sea producto de la suma de un prefijo + una palabra: sub-ra-yar.
Los diptongos y triptongos no pueden fragmentarse: puer-ta, re-me-diéis; ni los hiatos pueden separarse al final de un renglón, excepto en palabras compuestas: en-tre-ac-to, con-tra-es-pio-na-je.
Las palabras compuestas cuyos componentes tienen existencia independiente, como nosotros, desentonar, pueden separarse como nos-otros o no-so-tros, des-en-to-nar o de-sen-to-nar.
Al final del renglón no puede haber una vocal sola: Ana, ha-da.
Si una palabra tiene una h intercalada, no se pone el guión de separación delante de esta letra, excepto si la h precede a los diptongos ie, ue: inhu-mano o inhuma-no, y no *in- humano; des-hielo.
Las abreviaturas (etc.), las siglas y los acrónimos (ESO) no se dividen nunca.

Idioma Español 1er año - la palabra y su significación

La palabra y su significación
Toda palabra tiene un significante (forma) y un significado (contenido). La semántica estudia el significado de las palabras a través de los siglos hasta llegar a la actualidad. ¿Sabes que hay vocablos que hoy significan algo muy distinto que, por ejemplo, en la edad media? ¿Se te ocurre por qué puede ocurrir esto?
SIGNIFICANTE Y SIGNIFICADO
Cada palabra está compuesta por una serie de fonemas que podemos articular y escribir, es el significante; por ejemplo, perro: /p/ + /e/ + /rr/ + /o/.
En nuestra mente asociamos estos fonemas con un concepto, que es su significado: perro, 'mamífero doméstico de cuatro patas, con gran olfato y muy leal al hombre'.
Cuando percibimos a través de los sentidos una idea o realidad (referente), la relacionamos inmediatamente con su significado, y este, con el significante que le asigna el idioma en el que nos expresamos. Así, si vemos un dálmata, un pequinés o un caniche, los asociamos con el concepto y el significante de perro.
La relación entre el significante y el significado es arbitraria, es decir: no hay nada en /p/ + /e/ + /rr/ + /o/ que obligue a esta serie de fonemas a significar el concepto de ‘perro’; y al revés. La prueba es que /d/ + /o/ + /g/ expresa exactamente el mismo concepto en lengua inglesa. Si los hablantes de español nos pusiéramos de acuerdo en que /p/ + /e/ + /rr/ + /o/ pase a significar otra cosa (por ejemplo, ‘gato’), y en que ‘perro’ se diga de otra forma en español (por ejemplo, /d/ + /o/ + /g/ + /o/), no tardaríamos mucho en acostumbrarnos; y los que menos notarían el cambio serían los perros. El lingüista o estudioso de la lengua Ferdinand de Saussure fue el primero en formular esta ‘arbitrariedad del signo’ al observar que, de hecho, las palabras cambian de significante y de significado, sin que ello altere en nada el objeto.
EL CAMPO SEMÁNTICO
Agrupamos semánticamente las palabras por los rasgos comunes que nos permiten relacionarlas, pero las distinguimos por sus rasgos diferenciales. A estos rasgos los llamamos semas.
Casa, piso, choza, chabola... tienen en común que cobijan a las personas; pero su tamaño, que habite en ellas una o varias familias, su situación, etc., las hace diferentes.
Las palabras que se relacionan entre sí por su significado forman un campo semántico; en el ejemplo anterior, el de la ’vivienda’.
EVOLUCIÓN DE LAS PALABRAS
Las palabras acompañan al hombre y evolucionan con la sociedad que las utiliza.
Si la primera lengua que se habló en el mundo no hubiera variado, todos hablaríamos el mismo idioma y tendríamos el mismo número de palabras para denominar idénticos conceptos. Sin embargo, no ocurre así.
Para nombrar un concepto, una lengua puede tener un solo significante, y otra, cuatro o cinco. Por el contrario, un mismo significante puede tener en un idioma un solo significado, y en otro, varios.
Cuando una sociedad da mucha importancia a algo, lo nombra de muchas maneras, mientras que si no lo considera esencial se conforma con una sola.
¿Por qué cambian de significante o de significado algunas palabras? Estos cambios se pueden producir por motivos diversos; estos son algunos de ellos:
• Por razones históricas: si un objeto o concepto desaparece, su significante puede dejar de usarse o pasar a denominar otro significado nuevo; por ejemplo, el alcohol, en la edad media, era una especie de rímel que dejó de emplearse; hoy es un desinfectante o un componente de algunas bebidas.
• Puede ocurrir que tomemos el significante de una palabra para referirnos al significado de otra al establecer entre ellas una relación; es lo que ocurre cuando decimos de una persona que es un cerdo (en sentido negativo) o que es un cielo (en sentido positivo).
• En ocasiones, evitamos el uso de una palabra, para no herir los sentimientos de alguien o por ser poco adecuada, y la cambiamos por otra u otras: en lugar de sirvienta o criada, utilizamos empleada doméstica; en vez de retrete, preferimos servicio o aseo. Naturalmente, esto solo cambia el significante, no el significado y menos la realidad.
PALABRAS MONOSÉMICAS Y PALABRAS POLISÉMICAS
Una palabra es monosémica si su significante tiene un solo significado:
Junio: sexto mes del año.
Una palabra es polisémica si tiene varios significados relacionados entre sí; por ejemplo, as significa:
• Antigua moneda romana que valía una libra.
• El número uno de los palos de la baraja.
• Punto único señalado en una cara del dado.
• Quien destaca sobremanera en algo.
HOMÓNIMOS, SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS
Dos o más palabras son homónimas cuando, teniendo distinto origen, coinciden por su evolución en su sonido (homófonas) o su escritura (homógrafas), pero significan cosas diferentes:
• Vaca: hembra del toro. Baca: portaequipaje de la parte superior de un coche.
• Carpa: pez. Carpa: gajo de uvas. Carpa: toldo que cubre el circo.
Dos o más palabras son sinónimas si, aun teniendo matices diferentes, significan lo mismo: torero, diestro, espada, lidiador, matador.
Dos palabras son antónimas si tienen significados contrarios, aunque entre ellos pueda haber una gradación: blanco-negro, simpático-antipático.
La carta formal

Por medio de las cartas se transmiten mensajes a personas que no están cerca de nosotros.
Las cartas pueden ser personales cuando se emplea un lenguaje sencillo, natural y afectivo. Las cartas formales se emplean para realizar una variedad de trámites con personas desconocidas o con quienes no se tiene un trato familiar. En ambos casos deben estar escritas con corrección gramatical y sin faltas de ortografía.
Al escribir una carta formal se tiene que utilizar: un lenguaje sencillo y claro, proporcionar bien los datos, ser breve y conciso, concluir sin muchos rodeos, pero en forma cortés.
La estructura de una carta formal es la siguiente:




He aquí otro ejemplo de carta formal:

México, D.F., 8 de mayo de 1998
Asunto : Solicitud de conferencia
Sr. Alejandro Encinas
Secretario del Medio Ambiente
Presente:
Los alumnos de sexto año de la escuela "Gabino Barreda", estamos interesados en conocer e investigar acerca de las medidas que su dependencia realiza para mejorar las condiciones actuales del ambiente. Por lo cual solicitamos a usted una visita y una conferencia en nuestra escuela como parte de la "Semana por el ambiente", que se llevará a cabo del 4 al 18 de junio. Nuestro evento no tiene fines publicitarios ni lucrativos, solamente deseamos difundir las causas del problema y plantear algunas soluciones.
Agradecemos de antemano la atención que le brinde a nuestra solicitud.
Atentamente
Los alumnos de sexto grado de la escuela "Gabino Barreda".

Idioma Español 1er año - Composición y formación de las palabras

Composición y formación de las palabras

El término latino iuvènis evolucionó, a través de los siglos, hasta dar lugar a la palabra española joven. Juventud, jovencita o juvenil son palabras derivadas de ella. ¿Te has preguntado alguna vez cuáles son los procesos que hacen que a partir de una palabra se creen otras? Pues sigue leyendo, porque en este artículo analizaremos los elementos que componen la palabra y los mecanismos para crear nuevos términos.
¿QUÉ ES UNA PALABRA?
La palabra es un conjunto de sonidos articulados, que podemos representar gráficamente con letras, a los que asociamos un significado: árbol, río.
ELEMENTOS QUE COMPONEN UNA PALABRA
La mayor parte de las palabras del español están formadas por un lexema o raíz (buen-os) y unos morfemas (buen-os).
El lexema o raíz nos indica el significado de la palabra y, en ocasiones, su familia léxica. Recuerda: las palabras que tienen la misma raíz y se relacionan en su significado forman parte de la misma familia léxica. Observa la información que nos proporciona el lexema en cada uno de los siguientes ejemplos:
• Leche: 'líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimento de sus crías'. De la misma familia son: leche, lechero, lechera, lechería, lechal.
• Café: 'bebida que se hace con la semilla del cafeto'. De la misma familia: cafeto, cafetal, cafetería, cafetera, cafeína.
Los morfemas se unen al lexema para complementarlo o modificarlo. Observa para qué nos sirven los morfemas:
• Aportan una información gramatical de género (masculino o femenino): leona; de número (singular o plural): cintas; de persona: (primera, segunda o tercera): cantaste; de tiempo (presente, pretérito imperfecto...): salimos, etc.
• Modifican el significado del lexema; en este caso, se denominan prefijos (aparecen delante de este) y sufijos (se colocan detrás): releer, jardinero, acusica.
El número de morfemas es inferior al de los lexemas, pero, combinados, dan lugar a un gran número de palabras.
FORMACIÓN DE LAS PALABRAS
La mayoría de las palabras se han creado a partir de distintos procesos de formación. Los más habituales son los siguientes:
• Por composición: añadiendo un prefijo a una palabra ya existente: prehistoria, deslenguado; o uniendo dos o más lexemas: limpiaparabrisas (limpiar + parar + brisa), vinagre (vino + agrio).
• Por derivación: añadiendo un sufijo a un lexema: becario, lobezno.
• Mediante la creación de siglas: palabra formada con las letras iniciales, usadas como abreviatura, de cada una de las palabras que forman un nombre: ONU (Organización de Naciones Unidas), AVE (Alta Velocidad Española).
• Con acrónimos, palabras formadas por siglas que se refieren a objetos o conceptos como si fueran verdaderas palabras, que se pronuncian silabeando, no deletreando: ovni (objeto volador no identificado), radar (Radio Detection And Ranging).
• Tomando préstamos lingüísticos: palabras de otros idiomas: aeróbic, anorak.
CLASES DE PALABRAS
Atendiendo al proceso de formación, se pueden distinguir distintos tipos de palabras:
• Primitiva. No procede de ninguna otra: toro, casa, lona.
• Derivada. Se ha creado por derivación a partir de una primitiva; de toro: torero, toril, torear, toreo.
• Simple. Tiene un solo lexema: tela, miel.
• Compuesta. Consta de dos o más lexemas: malasangre, sacamantecas.
• Parasintética. Formada por composición y derivación: desarbolado, inaccesible.
PREFIJOS Y SUFIJOS
Los prefijos y los sufijos son unidades léxicas más pequeñas que las palabras, formadas por una serie de sonidos a los que asociamos un significado. Modifican el significado del lexema.
Los prefijos proceden en su mayoría del latín o del griego y anteceden al lexema en la palabra (superpoblado, teledirigido…).
Los sufijos van después del lexema; generalmente proceden también de las lenguas clásicas. A veces, cambian la categoría gramatical de la palabra: aterrizaje (sustantivo) de aterrizar (verbo); suciedad (sustantivo) de sucio (adjetivo).

Idioma español 1er año - Oraciones simples y compuestas

Oraciones simples y compuestas
Seguro que recuerdas lo que es una oración: una palabra o conjunto de palabras con las que expresamos un significado completo. Pero ¿sabes lo que es la sintaxis? Es la ciencia que estudia los componentes que forman los sintagmas y las relaciones que entablan estos entre sí, y, además, también se ocupa del estudio de las oraciones.
ORACIÓN SIMPLE Y ORACIÓN COMPUESTA
Una oración es simple si tiene un único verbo y, por tanto, un solo predicado:
El tranvía recorría las calles de la ciudad.
Una oración es compuesta si tiene dos o más verbos y, en consecuencia, varios predicados. Aunque cada predicado vaya acompañado de su propio sujeto y juntos formen una estructura sintáctica claramente diferenciada llamada proposición, la suma de todas ellas constituye una unidad:
Marta camina [Proposición 1ª], Elsa va en bici [Proposición 2ª] y Ricardo va patinando [Proposición 3ª].
TIPOS DE ORACIONES SIMPLES
Las oraciones simples se pueden clasificar siguiendo dos criterios distintos:
1. Según la actitud del hablante ante los hechos, puesta de manifiesto a través de la entonación, las oraciones pueden ser:
Enunciativas. Dicen algo del sujeto de modo afirmativo: Tu hermano estudia, o negativo: En el cielo no brilla el sol.
Interrogativas. Preguntan por la totalidad o por una parte del enunciado: ¿Te gusta el arroz con leche? ¿Qué has pensado? Generalmente van entre los signos de interrogación, excepto en las oraciones interrogativas indirectas: No sé cómo puedes pelearte así.
Exclamativas. Manifiestan los sentimientos del emisor, alegría, pena, dolor, etc.: ¡Queda tanto por hacer!
Dubitativas. Presentan la duda que expone el hablante o la posibilidad de que algo se realice: Tal vez venga. Quizá lo pueda hacer mejor.
Desiderativas. Muestran el deseo de que se cumpla algo: ¡Ojalá venga mi prima hoy!
Exhortativas. El hablante ordena, sugiere, prohíbe o intenta influir en el oyente: Tráeme un vaso de agua.
2. Según el tipo de predicado, se distinguen los siguientes tipos de oraciones:
Atributivas. El verbo de la oración es copulativo (ser, estar, parecer) y llevan un atributo que concuerda con el sujeto en género y número: Soy fontanero.
Predicativas. Aquellas cuyo verbo no es ser, estar ni parecer. A su vez, se subdividen en:
a) Activas. En estas oraciones, es el sujeto el que realiza la acción verbal. A su vez, pueden ser:
• Transitivas. Tienen complemento directo: Tomo miel.
• Intransitivas. No admiten complemento directo: Buceáis muy bien.
• Reflexivas. La acción que realiza el sujeto recae directamente sobre él mismo: Me lavo las manos.
• Recíprocas. Tienen un sujeto múltiple o plural, y la acción verbal que realiza uno de ellos recae en los demás y, al mismo tiempo, recibe la que realizan los otros: Ellos se ayudan.
• Impersonales. Carecen de sujeto: Se juega bien allí.
b) Pasivas. Llevan generalmente el verbo conjugado en voz pasiva (verbo ser + participio del verbo conjugado), y su sujeto recibe la acción verbal: Ha sido galardonado por el Rey.
TIPOS DE ORACIONES COMPUESTAS
Las oraciones compuestas pueden ser:
Coordinadas. Entre las proposiciones no existe ninguna relación de dependencia. Van unidas mediante conjunciones coordinantes (copulativas, adversativas, disyuntivas, distributivas, explicativas): El autobús efectuó una parada y subió una señora.
Yuxtapuestas. Entre las proposiciones no existe ninguna relación de dependencia ni van unidas mediante nexos: Vine, vi, vencí.
Subordinadas. Una de las proposiciones es la principal, y las demás presentan una relación de dependencia con respecto a esta. Suelen ir introducidas por nexos o conjunciones que indican esta relación. Existen tres tipos:
• Sustantivas. Dentro de la proposición principal, realizan la misma función que un sintagma nominal en la oración simple: Creo que dices la verdad.
• Adjetivas o de relativo. Van introducidas por un relativo y complementan al sustantivo al que se refiere éste, su antecedente: El periódico que he comprado es de Andalucía.
• Adverbiales. Dentro de la oración compuesta, hacen la misma función que un adverbio en una oración simple. Con frecuencia van introducidas por nexos o locuciones conjuntivas: Lo hice como me pareció.

Idioma Español 1er año - Los verbos auxiliares

Los verbos auxiliares
Algunos verbos que en determinados contextos funcionan como tales: Ellos son amigos, en otros, pierden su significado y pasan a ser meros auxiliares del verbo principal, aportando las desinencias verbales (tiempo, modo, aspecto, número y persona): Ellos son obligados a trabajar. Son los llamados verbos auxiliares.
LOS VERBOS AUXILIARES
Son verbos que han perdido su significado total o parcialmente y han pasado a formar parte de las formas compuestas (han comprado) o pasivas (son comprados) de otros verbos.
Son auxiliares haber y ser; y cualquier otro verbo que entre a formar parte, como primer elemento, de una perífrasis verbal (tengo que loglarlo; sigue lloviendo).
Haber y ser
Pueden funcionar como verbos con significado pleno en algunas oraciones: hay tres cartas en la mesa; mi primo es médico; pero en otras se convierten en simples auxiliares, portadores de las desinencias verbales, que nos informan del tiempo (presente, pasado o futuro), del modo (indicativo, subjuntivo o imperativo), del aspecto (perfectivo, imperfectivo...), del número (singular o plural) y de la persona (primera, segunda o tercera).
Con haber formamos los tiempos compuestos de todos los demás verbos: he cantado, había temido, habrá partido, etc.; con ser creamos la pasiva: ha sido amado, soy temido, habrá sido detenido.

Verbo ser, formas personales

INDICATIVO
PRESENTE
Yo soy
Tú eres
Él es
Nosotros somos
Vosotros sois
Ellos son

PRETÉRITO PERFECTO
he sido
has sido
ha sido
hemos sido
habéis sido
han sido

PRETÉRITO IMPERFECTO
Yo era
Tú eras
Él era
Nosotros éramos
Vosotros erais
Ellos eran

PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO
había sido
habías sido
había sido
habíamos sido
habíais sido
habían sido

PRETÉRITO INDEFINIDO
Yo fui
Tú fuiste
Él fue
Nosotros fuimos
Vosotros fuisteis
Ellos fueron

PRETÉRITO ANTERIOR
hube sido
hubiste sido
hubo sido
hubimos sido
hubisteis sido
hubieron sido

FUTURO IMPERFECTO
Yo seré
Tú serás
Él será
Nosotros seremos
Vosotros seréis
Ellos serán

FUTURO PERFECTO
habré sido
habrás sido
habrá sido
habremos sido
habréis sido
habrán sido

CONDICIONAL SIMPLE
Yo sería
Tú serías
Él sería
Nosotros seríamos
Vosotros seríais
Ellos serían

CONDICIONAL COMPUESTO
habría sido
habrías sido
habría sido
habríamos sido
habríais sido
habrían sido

SUBJUNTIVO
PRESENTE
sea
seas
sea
seamos
seáis
sean

PRETÉRITO PERFECTO
haya sido
hayas sido
haya sido
hayamos sido
hayáis sido
hayan sido

PRETÉRITO IMPERFECTO
fuera o fuese
fueras o fueses
fuera o fuese
fuéramos o fuésemos
fuerais o fueseis
fueran o fuesen

PRETÉRITO PLUSCUAMPERFECTO
hubiera o hubiese sido
hubieras o hubieses sido
hubiera o hubiese sido
hubiéramos o hubiésemos sido
hubierais o hubieseis sido
hubieran o hubiesen sido

FUTURO IMPERFECTO
fuere
fueres
fuere
fuéremos
fuereis
fueren

FUTURO PERFECTO
hubiere sido
hubieres sido
hubiere sido
hubiéremos sido
hubiereis sido
hubieren sido

IMPERATIVO
sé tú
[sea él]
[seamos nosotros]
sed vosotros
[sean ellos]

Verbo ser, formas no personales
SIMPLE
INFINITIVO ser
GERUNDIO siendo
PARTICIPIO sido

COMPUESTO
haber sido
habiendo sido

LAS PERÍFRASIS VERBALES
Son formas verbales compuestas, constituidas por un verbo gramaticalizado (que ha perdido su significado) y un infinitivo, un gerundio o un participio. Entre ambas formas verbales puede haber una preposición o una conjunción.
Observa los siguientes ejemplos:


Voy a casa de mi tía: el verbo ir implica moverse de un lugar hacia otro.

Voy a estudiar: el verbo ir ha perdido su significado y, junto con las otras dos palabras, se ha convertido en una sola forma verbal de estudiar, equivalente a estudiaré.
Aquí tienes algunos ejemplos más de perífrasis:

Todos nos echamos a reír.
Pasó a exponer sus razones.
Se pusieron a temblar.
La niña rompió a llorar.
Mi hermana lleva llamándote todo el día.
El profesor quedó satisfecho con el resultado.
Los posesivos
En nuestra vida damos mucha importancia a aquello que nos pertenece o con lo que nos sentimos identificados. Los posesivos indican esta posesión o pertenencia (mi club, nuestro equipo, las suyas). Existen adjetivos posesivos y pronombres posesivos, que guardan una estrecha relación con los pronombres personales.
FORMA
Los posesivos están compuestos por un lexema, que varía según la persona, y unos morfemas gramaticales, que indican género y número. Por ejemplo, el posesivo nuestras está formado por:
• un lexema: nuestr-a-s;
• un morfema gramatical de género: nuestr-a-s;
• un morfema gramatical de número: nuestr-a-s.
Los adjetivos posesivos, cuando van antepuestos al sustantivo, se apocopan, es decir, pierden alguno de sus fonemas finales. En este caso, solo informan de la persona y el número, pero no del género: mi bocadillo, tus galletas, sus manzanas; sin embargo, cuando van pospuestos, mantienen su forma plena e indican la persona, el género y el número: la amiga vuestra, las casas suyas.

FUNCIÓN
Los posesivos acompañan siempre al sustantivo, por lo que su función es la de complementarlo o modificarlo; son determinantes: su jardín, vuestra habitación.
Cuando son pronombres o llevan un artículo antepuesto con el que forman un sintagma, desempeñan las mismas funciones que cualquier sintagma nominal: sujeto, complemento directo, complemento indirecto, etc.: han perdido los vuestros; lo suyo es mejor.


—¿De quién es este cuaderno?
—Mío.
SIGNIFICACIÓN
Los posesivos indican la pertenencia de algo a alguien: a una sola persona o a varias: mi bicicleta, tu ordenador, nuestra mesa, vuestra clase, sus manos.
En ocasiones, los utilizamos para expresar otras ideas: lo que mejor se nos da o es más adecuado para nosotros: nadar es lo mío; para animar a aprovechar una oportunidad que se cree única: esta es la mía; para reprochar o desaprobar las fechorías, malas pasadas, meteduras de pata, etc., de alguien: ya ha hecho otra de las suyas.
Se emplean también en fórmulas de tratamiento: mi teniente, su alteza real.

masculino singular mío tuyo suyo nuestro vuestro suyo
femenino singular mía tuya suya nuestra vuestra suya
masculino plural míos tuyos suyos nuestros vuestros suyos
femenino plural mías tuyas suyas nuestras vuestras suyas

mi, mía
tu, tuya
su, suya
nuestra vuestra
su, suya
mis, míos
tus, tuyos
sus, suyos
nuestros, vuestros
sus, suyos
mis, mías
tus, tuyas
sus, suyas
nuestras, vuestras
sus, suyas

Idioma español 1er año - Los Pronombres numerales

Los numerales
Algunas palabras expresan cantidad u orden de una manera precisa: cinco, quinto... Estas palabras son los numerales, que pueden desempeñar la función de determinantes (adjetivos) o de pronombre. Con los numerales, además de concretar cantidades precisas o un orden determinado, expresamos las particiones iguales que hacemos de una unidad, la cantidad de veces que multiplicamos algo...
FORMA
Dentro de los numerales se distinguen distintos tipos: cardinales, que indican cantidad: ocho; ordinales, que señalan orden: octavo; fraccionarios o partitivos, que expresan las partes de una unidad: octavo, y multiplicativos o múltiplos, que indican el número por el que se multiplica una unidad: óctuplo.
Al final de este apartado se incluye una tabla donde podrás encontrar las formas más usuales de los distintos tipos de numerales, pero previamente te comentamos algunas peculiaridades de estos.
Cardinales
Uno presenta variación de género (masculino o femenino singular): un colegio, una silla; los demás tienen una única forma para el masculino y el femenino, y son plurales: dos tizas, quince datos, treinta y tres años.
Uno y sus compuestos se apocopan (pierden su vocal final) delante de un sustantivo masculino: dame un bolígrafo; compró veintiún cromos.
Ordinales
Los numerales ordinales varían de género y número, y, con frecuencia, llevan un artículo delante: el primero, los octavos.
A partir del duodécimo, los ordinales suelen sustituirse, sobre todo en la lengua oral, por los cardinales: Vivo en la planta 15 (por decimoquinta).
Primero y tercero se apocopan delante de un sustantivo masculino: primer piso; tercer caso.
Fraccionarios o partitivos
Los numerales fraccionarios toman la forma femenina cuando les sigue la palabra ‘parte’: cuarta parte, sexta parte.
Cuando una unidad se divide en más de diez partes, lo indicamos añadiendo a los cardinales los sufijos -avo o -ava: un doceavo, una treceava parte.
Multiplicativos o múltiplos
Algunos numerales multiplicativos presentan dos formas diferentes: medio/mitad, cuádruple/cuádruplo.
A veces son sustituidos por un numeral seguido de la expresión ‘veces más’: dos veces más (en lugar de duplo).

FUNCIÓN
Los adjetivos numerales generalmente complementan a un sustantivo; son determinantes: dos bufandas, primera parada. Pero si les precede un artículo se sustantivan, convirtiéndose en núcleo del sintagma nominal: el cuatro es mi número preferido; quiero el triple.
Los pronombres numerales realizan la misma función que un sustantivo:


—¿Cuántos caramelos quieres?
—Cuatro.
SIGNIFICACIÓN
Los numerales son adjetivos o pronombres que expresan con exactitud una cantidad (cardinales): seis botellas, tres cerillas; el orden que algo o alguien ocupa en una serie (ordinales): el quinto de la clase, quedó segundo en la competición; las partes iguales en las que se divide una unidad (fraccionarios o partitivos): la cuarta parte, un quinto; o el número de veces que se repite una cantidad (multiplicativos o múltiplos): el triple, el quíntuplo.

Los numerales
Cardinales Ordinales Fraccionarios
0 cero
1 un/a 1.º primero o primer
2 dos 2.º segundo 1/2 medio, mitad
3 tres 3.º tercero o tercer 1/3 tercio
4 cuatro 4.º cuarto 1/4 cuarto
5 cinco 5.º quinto 1/5 quinto
6 seis 6.º sexto 1/6 sexto
7 siete 7.º séptimo 1/7 séptimo
8 ocho 8.º octavo 1/8 octavo
9 nueve 9.º noveno 1/9 noveno
10 diez 10.º décimo 1/10 décimo
11 once 11.º undécimo 1/11 onzavo/onceavo
12 doce 12.º duodécimo 1/12 dozavo/doceavo
13 trece 13.º decimotercero 1/13 trezavo/treceavo
14 catorce 14.º decimocuarto 1/14 catorzavo/catorceavo
15 quince 15.º decimoquinto 1/15 quinzavo/quinceavo
16 dieciséis 16.º decimosexto 1/16 dieciseisavo
17 diecisiete 17.º decimoséptimo 1/17 diecisieteavo
18 dieciocho 18.º decimoctavo 1/18 dieciochavo/dieciochoavo
19 diecinueve 19.º decimonoveno 1/19 diecinueveavo
20 veinte 20.º vigésimo 1/20 veintavo/veinteavo
21 veintiuno/a 21.º vigésimo primero 1/21 veintiunavo
22 veintidós 22.º vigésimo segundo ...
23 veintitrés 23.º vigésimo tercero 1/100 céntimo/centavo...
24 veinticuatro 24.º vigésimo cuarto
25 veinticinco 25.º vigésimo quinto
26 veintiséis 26.º vigésimo sexto
27 veintisiete 27.º vigésimo séptimo
28 veintiocho 28.º vigésimo octavo
29 veintinueve 29.º vigésimo noveno
30 treinta 30.º trigésimo
31 treinta y uno/a 31.º trigésimo primero
40 cuarenta 40.º cuadragésimo
50 cincuenta 50.º quincuagésimo
60 sesenta 60.º sexagésimo
70 setenta 70.º septuagésimo
80 ochenta 80.º octogésimo
90 noventa 90.º nonagésimo
100 ciento (cien) 100.º centésimo
101 ciento uno/a 101.º centésimo primero
1 000 mil 1 000.º milésimo
10 000 diez mil 10 000.º diezmilésimo

Idioma Español 1er año - Los pronombres demostrativos

Los demostrativos
Nuestra vida y la misma historia de la humanidad giran en torno a dos ejes: el espacial y el temporal; es decir, todas nuestras acciones suelen depender de dónde estemos y cuándo las realicemos. Con los demostrativos, tomando como referencia un espacio o un momento determinados, hacemos referencia a menudo a la cercanía o lejanía de las cosas que nos interesan o nos rodean.
FORMA
Todos los demostrativos están formados por un lexema y unos morfemas; por ejemplo, estos se compone de:
– un lexema: est-o-s;
– un morfema gramatical de género masculino: est-o-s;
– un morfema gramatical de número: est-o-s.
Cuando el nombre o sustantivo al que acompaña el adjetivo demostrativo es femenino, aunque comience por a o ha tónicas (acentuadas), debemos usar las formas femeninas esta, esa o aquella: esa águila, aquella hada. Recuerda que, por el contrario, los artículos, en el mismo caso, toman la forma masculina: el águila, un hada.
Los demostrativos pueden ser adjetivos (aquellos pueblos están lejos) o pronombres (estas vienen bien). A continuación encontrarás dos cuadros que recogen sus distintas formas. La única diferencia entre ambos es que el pronombre presenta formas neutras (esto, eso, aquello), mientras que el adjetivo carece de ellas, porque no existen en español sustantivos de este género.

FUNCIÓN
Los adjetivos acompañan siempre a un nombre o sustantivo, con el que concuerdan en género y número, al que modifican o actualizan; son determinantes: Aquel libro es el de Encarna.
Los pronombres aparecen en lugar de un sustantivo; por tanto, hacen la misma función que pudiera hacer este (sujeto, complemento directo, complemento indirecto, etc.): Esos son mis amigos.
SIGNIFICACIÓN
Los demostrativos sitúan en el espacio o en el tiempo al sustantivo al que acompañan (determinantes) o al que se refieren (pronombres). Por esto se dice también de ellos que son deícticos (señalan).
Partiendo del lugar en el que se encuentran el emisor y el receptor o del momento en el que se emite el mensaje o de otro momento que se concrete en el texto, los determinantes demostrativos señalan la proximidad o lejanía a la que se encuentra el sustantivo al que acompañan (en el caso de los adjetivos) o al que sustituyen (pronombres):
• este cuaderno (cercano a emisor y receptor);
• ese cuaderno (ni cerca ni lejos de estos);
• aquel cuaderno (lejos de estos);
• este mes (el mismo en el que se están comunicando);
• ese mes (cercano, pero algo más distante);
• aquel mes (remoto, distante).
A veces, si el determinante aparece pospuesto al sustantivo, y en algunos casos, el pronombre, pueden indicar enfado o desprecio: ¿Pero qué dice el chico este...?¡ Mira con lo que viene ahora ésta!, por lo que hemos de evitar este tipo de expresiones si no deseamos menospreciar a la persona o personas a las que nos referimos.

este ese aquel
esta esa aquella
esto eso aquello
estos esos aquellos
estas esas aquellas

Idioma Español 1er año - La oración

La oración
Las palabras se agrupan en sintagmas. Con dos o más sintagmas, relacionados entre sí, formamos oraciones con las cuales nos podemos comunicar con quienes nos rodean.
LA ORACIÓN
La oración es una unidad lingüística formada por una o varias palabras que se agrupan en sintagmas y entablan una relación con el verbo: Marisa ha comprado un paraguas rojo.
El conjunto de todas las palabras que forman una oración ha de transmitir un sentido completo y debe tener una entonación.
La oración no pertenece a otra unidad lingüística superior.
En la lengua oral, la oración está delimitada por pausas; y en la escrita, por un punto.
EL SINTAGMA
El sintagma es una unidad lingüística compuesta por una o varias palabras que, en conjunto, realizan dentro de la oración una determinada función: sujeto, atributo, complemento circunstancial, etc.: el bolso verde, bastante simpático, en la montaña o lejos de la ciudad son sintagmas que podrían formar parte de una oración.
Algunas palabras, como el sustantivo, el pronombre, el adjetivo, el adverbio o el verbo, pueden por sí solas formar un sintagma; por el contrario, otras como la preposición o la conjunción solo sirven para relacionar unidades sintácticas.
CLASES DE SINTAGMAS
Sintagma nominal. Su núcleo es un sustantivo, un pronombre o cualquier palabra que esté sustantivada. El sustantivo puede ir complementado por un determinante, un adjetivo calificativo, un sintagma preposicional, etc.: Eloísa pinta un hermoso cuadro.
Sintagma adjetivo. Su núcleo es un adjetivo, que puede ir complementado por un adverbio o un sintagma preposicional: Jaime es muy astuto.
Sintagma adverbial. Tiene como núcleo un adverbio. Puede estar complementado por otro adverbio o por un sintagma preposicional: Pegué fuerte al balón.
Sintagma preposicional. Está formado por una preposición y un sintagma nominal, adjetivo o adverbial: En el mercado compro fruta.
Sintagma verbal. Su núcleo es un verbo, que puede ir solo o acompañado por otros sintagmas que lo complementen: Juan duerme la siesta.
LOS COMPONENTES BÁSICOS DE LA ORACIÓN
El sujeto y el predicado son los componentes básicos de una oración.
El sujeto es un sintagma nominal, cuyo núcleo concuerda en número y persona con el verbo. Generalmente ejecuta o recibe la acción verbal: Tu amigo me ha dedicado un disco. Mi padre ha sido felicitado por su jefe.
El predicado es un sintagma verbal. Es lo que se dice del sujeto. Cuando el predicado tiene otros sintagmas, complementan generalmente al verbo: Pepe no ha subido nunca a un avión.
Se denominan oraciones bimembres aquellas que tienen sujeto y predicado, que son la mayoría; pero también existen oraciones unimembres, que carecen de alguno de estos elementos.
OTROS TIPOS DE ORACIONES
Oraciones unimembres
Las oraciones unimembres son aquellas a las que les falta uno de sus dos componentes básicos: sujeto o predicado, aunque transmiten un sentido completo: ¡Buenas tardes!
Las interjecciones como ¡bah!, ¡olé!, ¡ay!, etc., con las que expresamos estados de ánimo, impresiones o sentimientos, forman oraciones unimembres.
Oraciones impersonales
Las oraciones impersonales son las que no tienen sujeto porque su verbo no lo admite, como, por ejemplo, los que indican fenómenos atmosféricos, como llover, granizar: llovía copiosamente esta mañana; o el verbo haber conjugado en tercera persona: en la plaza hay un quiosco, etc.
Oraciones bimembres con el sujeto o el verbo elípticos
En ocasiones, una oración puede presentar solo el sujeto o solo el predicado, porque el otro componente de la oración esté omitido o elíptico.
A pesar de ello, estas oraciones son bimembres, ya que el contexto o la situación permiten sobrentender el elemento que falta (sujeto o predicado) sin que se haga necesaria su presencia. Por ejemplo, en la frase Ayer compré un pastel de moras en la tienda de la esquina, el sujeto omitido es yo.

Idioma Español 1er año - La novela

La novela

¿Te gusta leer? Seguro que has leído innumerables cuentos que, según tú crecías, han ido cambiando: se han hecho más complicados, con más personajes que abordaban temas más serios..., hasta que un día te has dado cuenta de que lo que lees ya no es un cuento, sino una auténtica novela. ¿Sabes cuál es la diferencia entre ambos géneros? ¿Quieres conocer la gran variedad de novelas y novelistas que existen? Pues, empezamos...

¿QUÉ ES LA NOVELA?

La novela es un relato extenso, normalmente en prosa, que narra unos hechos que le suceden a unos personajes. Normalmente, se conoce a su autor, que suele escribir con la finalidad de entretener a sus lectores.
Los elementos básicos de una novela son los mismos que los que se encuentran en un cuento: personajes, marco narrativo, acción y narrador; pero entre ambos géneros se pueden distinguir algunas diferencias:
• Los personajes que intervienen en la novela no son tan sencillos o esquemáticos como los del cuento, sino que muestran una mayor complejidad; no solo actúan, además, muestran sentimientos, dudas, miedos, contradicciones... El personaje principal se conoce como protagonista.
• El contexto o marco narrativo, que es el que define el lugar y el tiempo en el que se desarrolla la acción, en una novela tiene una gran importancia, pues se recrea el mundo en el que los hechos se desarrollan de una forma detallada. En ocasiones, un autor puede dedicar varias páginas a describir un lugar o una época concreta.
• La acción, que son los hechos o acontecimientos que viven y rodean a los personajes, son más complejos en la novela que en el cuento. En ocasiones, se intercalan otras historias dentro de la principal o hay varias acciones paralelas. También puede ocurrir que los hechos no se narren en orden cronológico (tal y como se desarrollaron en el tiempo), sino que, a veces, el narrador anticipa sucesos que están por venir o cuenta episodios que ocurrieron anteriormente.
• El narrador que cuenta la historia, en la novela, puede hacerlo desde distintos puntos de vista. El más habitual es el narrador en tercera persona, que relata los hechos como si los viera todos en cualquier momento y conociera todo de sus personajes, incluso sus sentimientos y pensamientos más profundos. También se puede hacer en primera persona, en forma autobiográfica, en la que el narrador es el propio protagonista de la historia. Otro modo es relatar los hechos a través de la correspondencia que se establece entre los personajes, es la conocida como forma epistolar.

LA NOVELA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS

Las primeras novelas surgieron en Grecia y Roma entre los siglos II y III. Sus protagonistas solían ser héroes.
Con la edad media llegan las novelas de caballerías (seguro que te son familiares), en las que el protagonista es un valeroso caballero, que, normalmente por el amor de una bella dama, se enfrenta a grandes peligros, como gigantes, dragones o caballeros malignos.
Se considera que el origen de la novela moderna está en el Lazarillo de Tormes (siglo XVI), principal representante de la novela picaresca. Lázaro es el pícaro que narra en primera persona su desgraciada vida, marcada por el hambre y la falta de amor. El protagonista, como ves, ya no es un héroe, sino más bien todo lo contrario.
Pero, sin duda, el que consolidó lo que se conoce como novela moderna fue Miguel de Cervantes, primero con sus Novelas ejemplares, y posteriormente, ¿sabes con qué obra? Efectivamente, con Don Quijote de la Mancha (1605).
La influencia de esta gran obra ha sido decisiva en los novelistas posteriores, haciendo de la novela el principal género literario desde el siglo XVII hasta nuestros días.
El siglo XIX se considera la época de mayor auge e importancia del género novelesco, con escritores tan relevantes como Stendhal, Balzac y Flaubert, en Francia; Scott y Dickens, en Inglaterra; Dostoievski y Tolstoi, en Rusia; Pérez Galdós, Clarín, Pardo Bazán..., en España, y el argentino José Mármol, el colombiano Jorge Isaacs, el mexicano Altamirano..., en Hispanoamérica.

SUBGÉNEROS DE LA NOVELA

Desde el origen de la novela hasta la actualidad se pueden distinguir múltiples subgéneros o tipos, según el tema que tratan.
Durante la edad media y el renacimiento, las que más auge tenían eran las novelas sentimentales, los libros de caballerías, las pastoriles (cuyos protagonistas son pastores en ambientes bucólicos) y moriscas (historias de amor entre moros y cristianos).
En el siglo XVII se desarrolla, sobre todo, la novela picaresca, y en el XVIII, las de temática pedagógica o política.
En la época de mayor esplendor de la novela, el siglo XIX, a las novelas costumbristas, realistas y naturalistas hay que añadir los subgéneros que en la actualidad tienen mayor desarrollo. Los principales son los siguientes:
• La novela policiaca, que narra la resolución de algún caso policial: crimen, robo, secuestro, desaparición... Es bastante habitual que se dosifique la información o que se presenten pistas o sospechosos falsos para mantener el interés del lector hasta el final. Los relatos policiacos se hicieron realmente populares en 1887, fecha en que se publicó Un estudio en escarlata, la novela de Arthur Conan Doyle en la que se presenta por primera vez el detective más famoso de todos los tiempos, Sherlock Holmes. Ya en el siglo XX, Agatha Christie alcanzó un éxito similar con la serie protagonizada por Hercules Poirot.
• La novela histórica se basa en hechos ocurridos en el pasado. Generalmente, se trata de sucesos y personajes reales a los que se añaden otros inventados. Este tipo de obras tienen la capacidad de trasladar al lector a épocas, lugares y formas de vida muy diferentes de los actuales. Los Episodios nacionales (publicados a partir de 1873), de Benito Pérez Galdós, son un ejemplo de este tipo de narración.
• La novela de ciencia ficción relata sucesos que transcurren en mundos imaginarios dominados por grandes avances técnicos. El gran maestro del género fue sin lugar a dudas el escritor francés Jules Verne, que aborda cuestiones como la geología y la espeleología en Viaje al centro de la tierra (1864), el viaje espacial en De la Tierra a la Luna (1865), y describe las maravillas de las profundidades oceánicas en Veinte mil leguas de viaje submarino (1870).
• La novela de aventuras narra las peripecias de sus personajes para lograr un objetivo concreto. La acción es uno de sus ingredientes principales, y su objetivo principal es entretener a los lectores. Existen muchos ejemplos de este tipo de narraciones, y seguro que tú habrás leído algunas, como La isla del tesoro (1883), del escritor escocés Robert Louis Stevenson.