domingo, 13 de abril de 2008

Literatura 5to - Los evangelios

Los Evangelios:


Significado de la palabra "Evangelio": esta palabra es de origen griego; es una voz compuesta de "eu" (bueno o buena) y "aggelos" (mensaje) con la significación de "buen mensaje" o "buena noticia". En la época homérica se empleaba para designar a la propina que recibía el mensajero de buenas noticias, como se lee en el Canto XIV de la Odisea. Posteriormente la palabra pasó a designar al mensaje y no al mensajero y con esta acepción fue usada por los Setenta para su traducción de las Escrituras al griego y empleada así en un texto de Isaías: "...para dar buenas noticias (evangelio) me ha enviado".

En un primer momento, la voz "evangelio" designó el Mensaje del Reino de Dios o Reino de los Cielos, y fue trasmitida oralmente por Jesús.

En la misión que confía a sus discípulos está igualmente la de trasmitir en igual forma el mensaje: "Y al ir, predicad diciendo: "Está cerca el Reino de los Cielos" (Mateo 10, 7). Pero en la prédica oral de los apóstoles el mensaje se amplió en el sentido de anunciar la llegada del Mesías, por lo que la "buena nueva" predicada no sólo contuvo la noticia de la proximidad temporal del Reino, sino la de la aparición del Mesías ya anunciado por los Profetas primero y por Juan después, quien decía: "Arrepentíos, porque el Reino de los Cielos está muy próximo" (Mateo 3, 2) agregando: "...el que viene detrás de mí es más poderoso que yo" (Mateo 3, 11).

Cuando todo este material de la prédica oral de los apóstoles fue fijado por la escritura, a los escritos se les denominó "Evangelio", en singular, o sea, la "buena nueva" o "buen mensaje"; pero en estos textos se había recogido, no solamente la palabra, sino los hechos de Jesús, constituyendo una biografía del Mesías.

En la época de los Apóstoles y con referencia a la conservación escrita del Mensaje, la voz "Evangelio" se aplica a la totalidad de los textos biográficos y doctrinales que incluyen, desde luego, el Mensaje primitivo.

Contenido del Evangelio: de acuerdo con lo que hemos dicho, los textos del evangelio contienen los siguientes elementos:

a) El evangelio propiamente dicho, o sea el mensaje de Jesús con relación al Reino de los cielos;
b) Toda la doctrina que rodea al Mensaje y que alude a la conducta social y religiosa del hombre;
c) La nueva concepción teológica; y
d) La biografía de Jesús.

Por esta razón resulta casi imposible clasificar a estas obras de acuerdo con su contenido, pues se hallan a mitad de camino entre la historia y la filosofía, entre la moral y la metafísica, constituyendo una nueva forma literaria aunque la preocupación formal no fue fundamental en sus autores.

Las versiones del Evangelio: del Evangelio conservamos cuatro versiones llamadas "canónicas" es decir, aceptadas por la Iglesia como la palabra de Dios, considerándola literatura "revelada", de acuerdo con el concepto de "canon" que sirvió para conservar los libros del Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento aparecen incluidas en el orden siguiente: según San Mateo, según San Marcos, según San Lucas y según San Juan, aunque no sea este el orden histórico de composición. La voz "según" agregada al título significa que cada autor da una versión personal y que adoptó un criterio personal al emprender la tarea de ordenar y conservar la historia de los hechos y las palabras de Jesús.

Por otra parte, podemos reconocer tres momentos en la historia del Evangelio:

a) El llamado "Evangelio histórico", es decir, el mensaje o buena nueva de la llegada del Mesías, hecha realidad en Cristo, quien proclamó el mensaje del Reino de los Cielos;
b) El "Evangelio oral", predicado por los apóstoles, especialmente por Pedro, que fue adaptado a los diferentes mundos en los que fue proclamado;
c) El "Evangelio escrito", que conservó esta característica.

De estas versiones cuatro fueron canonizadas; pero existen otras versiones del Evangelio que han sido designadas como "apócrifas", es decir, de acuerdo con el significado dado por los hebreos a esta palabra griega, "sospechosas" o, simplemente "no verdaderas".

¿Por qué fueron elegidas estas cuatro versiones, si todas tienen el mismo contenido específico? La explicación debe buscarse en el hecho de que cada una de ellas está dirigida a un mundo diferente y el autor, de acuerdo con su personalidad y su comprensión de los hechos, se propuso una meta distinta. Esto significa que las versiones escritas siguieron el mismo criterio del "Evangelio oral": presentar al Mesías y su mensaje de acuerdo con las características, la cultura y aún las necesidades de cada lugar a donde era llevada la palabra de Jesús. La selección de estas cuatro y su canonización obedecería entonces al hecho de que, entre las cuatro, se domina todo el cuadro de la prédica en los pueblos del Mediterráneo y serían, en última instancia, complementarias y no excluyentes, dando una visión total del tema.

Esta pluralidad o diversidad en la presentación y explicación del Mensaje, etc., no excluye que se puedan reconocer líneas comunes a los cuatro autores, aparte de que todos ellos manejaron casi los mismos materiales. De una manera general los cuatro se han propuesto textos que tienen las siguientes características:

a) Son textos didácticos, en cuanto están destinados a difundir el conocimiento de la palabra de Jesús y de sus hechos;
b) Son textos dogmáticos, porque en ellos se establecen las verdades esenciales de la nueva religión, como el origen divino de Jesús, su unidad con el Padre, la resurrección de la carne y la inmortalidad del alma, etc;
c) Son textos proselitistas, por cuanto cada uno de los textos contiene una permanente exhortación a la conversión, constituyendo una verdadera catequesis que, por medio de la palabra y los hechos (Mateo 5, 16) busca ampliar el marco geográfico y humano del naciente Cristianismo.

Por otra parte, como lo expresa Lucas, las versiones buscan "componer un relato de los hechos que ocurrieron entre nosotros, tal como nos lo han trasmitido aquellos que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la Palabra" (Lucas 1, 1), pero tampoco contienen la totalidad de los mismos, de acuerdo con el testimonio de Juan: "Obró, además, Jesús en presencia de sus discípulos, otros muchos milagros que no han sido escritos en este libro" (Juan 20, 31). Esto significa que cada autor seleccionó hachos y palabras de Jesús y sólo aquellos que servían a la causa que se había propuesto.

Fechas de composición de las versiones: todos los testimonios de la antigüedad establecen que el primer texto escrito del Evangelio fue el de Mateo en su versión hebrea (el Mateo arameo) antes del año 62, mientras la fecha de la traducción al griego sería anterior al año 70.

La crítica no católica cree que la versión de Marcos fue la primera en escribirse y que fue empleado como fuente de Mateo y de Lucas; para la crítica católica se establece una fecha mínima en el año 53 y una máxima en el año 63, siempre anterior al de Lucas.

Este período de diez años concuerda, por otra parte, con los hechos conocidos de la vida del apóstol, que habría compuesto su versión en Roma.

Compuesto antes del Libro de los Hechos de los Apóstoles, el Evangelio según San Lucas tiene como fecha probable el año 63, señalándose como fecha extrema el año 70, aunque esta sin mayor fundamento.

En cuanto a la versión de Juan habría sido compuesta hacia fines del siglo I, entre los años 95 y 98, en la vejez del apóstol.


Fuentes de las versiones del Evangelio: las similitudes y las pequeñas diferencias que existen entre las tres primeras versiones (Mateo, Marcos, Lucas) la presencia en ellas de pasajes exclusivos de cada evangelista, la existencia de pasajes comunes sólo a dos de ellos, las discrepancias menores en cuanto a cronología u orden de los episodios, a las circunstancias de los mismos y a los personajes que participaron, etc., han planteado el problema de las fuentes manejadas por los distintos autores. Estas similitudes se hacen más flagrantes en los tres primeros, lo que ha llevado a dividir las cuatro versiones en dos grupos:

a) Versiones sinópticas (Mateo, Marcos, Lucas); y
b) Versión no sinóptica (Juan).

Sinóptico significa que, confrontadas las cuatro versiones, se aprecian de un solo golpe de vista (synoptikós) sus similitudes y diferencias.

Esto ha llevado a plantear el problema de la dependencia de las versiones entre sí o con otras fuentes. Para la tradición católica, las similitudes se explican en función de que todas las versiones sinópticas dependen de una sola fuente común: el evangelio oral. Las diferencias obedecerían al hecho de que cada autor tuvo fuentes particulares o recuerdos personales.

Para la crítica racionalista el evangelio primero fue el de Marcos, por ser el más breve y por estar su versión incluida enteramente en la de Mateo y en forma parcial en la de Lucas.

La crítica independiente, aunque acepta parcialmente la prioridad de Marcos y la influencia del evangelio oral, presupone la existencia de un texto anterior (hasta hoy no encontrado) al que llama documento Q (inicial de la palabra alemana documento). Habría un documento Q o "proto-evangelio" (primer evangelio) o más de un documento, a los que habrían recurrido los tres evangelistas. Esta hipótesis no descarta que este proto-evangelio sea el Mateo arameo, que fue posteriormente traducido al griego.

La situación actual del problema en la exégesis católica es atribuir la prioridad al Mateo arameo, que podría identificarse con la fuente Q de la crítica independiente; acepta la existencia de otras fuentes propias de cada evangelista, componiéndose el siguiente cuadro explicativo:

a) El Mateo arameo fue la primera versión escrita del Evangelio;
b) Marcos habría seleccionado lo que creyó esencial del Mateo arameo, y por eso su versión es la más breve; y
c) Lucas tomó como base el Mateo arameo, completándolo con otras fuentes (escritas u orales) de acuerdo con su propio testimonio (Lucas 1, 1 - 4).


La lengua de las versiones: para su prédica oral, Jesús empleó la lengua corriente de su tiempo, el arameo, no el hebreo que podríamos denominar clásico, sin que se descarte aun la posibilidad de que pudiera haberlo hecho en el griego difundido por el Mediterráneo, la lengua llamada "koiné". La misma lengua debiron emplear los apóstoles para la catequesis oral y este arameo fue el empleado por Mateo para su versión escrita, tal como surge del testimonio de Papías: "Mateo hizo, en dialecto hebreo, una compilación de las sentencias y las interpretó según su capacidad" (Papías fue Obispo de Hierápolis y su obra fue compuesta hacia el año 125).

En cuanto a las otras versiones, fueron escritas directamente en koiné o griego popular.


Conservación y traducción de las versiones: las versiones fueron conservadas en papiros, el mismo material de escritura en el que fueron escritas, y las copias estuvieron a cargo de escribas profesionales; pero la escasa resistencia del material obligó al posterior uso de pergamino, hecho con piel de oveja adelgazada. Las versiones que se conservan en mayor número están escritas en pergaminos y las más viejas pertenecen al siglo IV.

En cuanto a las primeras traducciones, fueron realizadas en tres lenguas: el latín, el sirio y el copto. De las traducciones latinas señalamos como la más antigua la denominada "Vetus latina" (latina antigua) o "Prevulgata" (anterior a la vulgar) hecha posiblemente ya en el siglo II. A ella le sigue inmediatamente la realizada por San Jerónimo en el siglo IV, denominada "Vulgata" (la vulgar) que fue aceptada en el Concilio de Trento (1551) como la versión oficial de la Iglesia. De ella han salido todas las traducciones realizadas en las distintas lenguas nacionales (alemán, francés, español, etc.).


Fisonomía de las versiones: en su redacción original, estas versiones constituían un texto corrido, es decir, sin división interna. En el siglo XIII se procedió a su división en capítulos, atribuida o bien al Cardenal inglés Langton, Arzobispo de Canterbury, o a Hugo de San Caro, Cardenal español, y aun al monje francés Arlettus. En cuanto a la división en versículos se debe al impresor francés Roberto Estéfano, que vivió a mediados del siglo XVI y publicó su texto versiculado en el año 1551.

En cuanto a los títulos colocados a la cabeza de ciertos pasajes, tampoco es original y han sido colocados para ayudar al lector en la búsqueda de los mismos.

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