El nombre
Al nacer nos ponen un nombre con el que nos identificamos y al que respondemos cuando nos llaman. Las cosas existen para nosotros porque las podemos nombrar. El nombre o sustantivo sirve para referirnos a las personas, a los animales y a las cosas.
LA FORMA DEL NOMBRE
Un nombre o sustantivo está formado por:
• un lexema o raíz, que indica su significado;
• unos morfemas obligatorios: de género (masculino o femenino) y número (singular o plural);
• unos morfemas optativos: prefijos y sufijos.
EL GÉNERO DEL NOMBRE
El género es una marca gramatical que señala si el nombre es masculino o femenino. Delante de un sustantivo masculino pueden aparecer los artículos el y los; delante de un sustantivo femenino, la y las. En los seres animados el género suele coincidir con el sexo de estos.
Para indicar el género del nombre usamos:
Una terminación para el masculino y otra diferente para el femenino:
• -o/-a: gato-gata, chico-chica.
• -e/-a: infante-infanta, monje-monja.
• -ø/-a: colegial-colegiala, león-leona.
Terminaciones especiales para el femenino:
• -esa: conde-condesa, príncipe-princesa.
• -isa: sacerdote-sacerdotisa, profeta-profetisa.
• -ina: gallo-gallina, rey-reina.
• -triz: actor-actriz, emperador-emperatriz.
Palabras distintas o heterónimos: papá-mamá, hombre-mujer, caballo-yegua.
Sin embargo, a veces la oposición -o/-a no indica género, sino que:
• Diferencia significados: cochero-cochera, gramático-gramática.
• Distingue el tamaño o la forma: cuchillo-cuchilla, anillo-anilla, río-ría.
• Establece una diferencia entre el árbol y su fruto: manzano-manzana, ciruelo-ciruela.
Casos especiales
Un sustantivo puede terminar en -o y no ser masculino: mano, foto, moto, o terminar en -a y no ser femenino: patriarca, papa.
Existen sustantivos que son masculinos o femeninos por etimología, dependiendo de su origen, o por tradición. Así, son masculinos los nombres de los días de la semana, los meses, los colores, los ríos, los lagos, los mares y los océanos, y son femeninos los de las letras, las ciencias o las islas: el martes, el Atlántico; las matemáticas, las Caimán. Estos son otros ejemplos: sabor, aceite, purgante, frutal; pandilla, tribu, amabilidad, timidez.
Algunos sustantivos tienen la misma forma para los dos géneros, por lo que tenemos que diferenciarlos:
• Añadiendo el artículo el o la: astronauta, mártir, conserje.
• Empleando, junto al sustantivo, la palabra macho, para el masculino, o hembra, para el femenino, en los nombres epicenos (nombres que, con un solo género gramatical, designan seres de ambos sexos): jilguero, pulga.
Se dice que un nombre es ambiguo cuando se emplea como masculino o como femenino, y, por lo tanto, podemos elegir entre ambas formas: el mar-la mar, el interrogante-la interrogante, el calor-la calor.
Existen sustantivos cuyo significado es diferente dependiendo del artículo que lleven delante: el cólera-la cólera.
Por último, hay que hacer referencia a los nombres colectivos, que son aquellos que, en singular, se refieren a un grupo de cosas, animales o personas: el rebaño, la arboleda, el populacho.
EL NÚMERO DEL NOMBRE
El sustantivo presenta dos números: el singular y el plural.
Utilizamos el singular para referimos a un solo ser o cosa: cachorro, tortuga, tortilla, y el plural, para nombrar a varios: delfines, libros, zapatos.
Los nombres o sustantivos que van precedidos por los artículos el o la son singulares; los que llevan delante los o las son plurales.
Para indicar el número plural de un nombre:
• Añadimos una -s si el singular termina en vocal: lapicero-lapiceros, sofá-sofás, carne-carnes, capó-capós, menú-menús.
• Añadimos la terminación -es si el singular termina en consonante: pañal-pañales, balcón-balcones.
Pero hay algunas excepciones:
• Los sustantivos que en singular terminan en -í o -ú hacen el plural añadiendo -es: jabalí-jabalíes, rubí-rubíes, bantú-bantúes.
• Los sustantivos terminados en -s o -x en singular, si su acentuación es llana o esdrújula, no cambian de forma en el plural: el martes-los martes, la crisis-las crisis, el dúplex-los dúplex.
• Cuando un sustantivo termina en -y, hace su plural añadiendo -es: ley-leyes, rey-reyes, excepto jersey-jerséis.
Además, hay nombres que solo se utilizan en singular: tez, cenit; o solo en plural: albricias, alicates. Otros se usan indistintamente en singular o plural para referirse a un solo objeto: tijera-tijeras, pantalón-pantalones.
En ocasiones, la -s diferencia significados: el celo-los celos, la víspera-las vísperas.
MORFEMAS OPTATIVOS DEL NOMBRE
Algunos sustantivos pueden llevar distintos afijos que modifican su significado; si aparecen delante del lexema se denominan prefijos: superabuelo, desconfianza, y sufijos, si van detrás: librero, asturiano, niñez.
LA FUNCIÓN DEL NOMBRE
El nombre es el núcleo del sintagma nominal porque es la palabra más importante de éste. Puede ir acompañado de:
• un determinante: la luna, tu cartera, algún caramelo;
• un adjetivo calificativo antepuesto o pospuesto: hermoso día, comida salada;
• otro sustantivo: mi amiga María, el hombre lobo;
• un sintagma nominal o preposicional: Barcelona, la Ciudad Condal; bolso de mano;
• una proposición adjetiva: los patines que me he comprado son pequeños.
El nombre puede realizar cualquier función sintáctica: sujeto, complemento directo, complemento indirecto, atributo, aposición, complemento agente, etc.
LA SIGNIFICACIÓN DEL NOMBRE
El sustantivo sirve para nombrar a seres, ideas o cosas que existen en la realidad o en nuestra imaginación: mariposa, hada, belleza, Dios.
CLASES DE NOMBRES
Según su significado, el sustantivo puede ser:
Común. Nombra seres u objetos de la misma clase o con iguales características: lapicero, botón.
Propio. Indica la individualidad de un ser o una cosa frente a los de su misma especie: Encarna, Guadalquivir. Cuando se refiere a una persona, se llama antropónimo; si se refiere a un lugar geográfico, se denomina topónimo.
Concreto. Designa a aquellos seres o realidades con existencia real o imaginaria: oveja, bruja, robot.
Abstracto. Designa una cualidad, un concepto o un estado que no podemos percibir por los sentidos si no es asociado a personas, animales o cosas: blancura, virtud, libertad.
Individual. Indica un solo ser: pájaro, cerdo, huevo.
Colectivo. Designa a un conjunto de animales o cosas de la misma especie: bandada, piara, docena.
Contable. Nombra seres o cosas que podemos contar: coche, televisión, cartera.
No contable. Nombra realidades que no se pueden contar: aceite, vino, arena.
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