Felisberto Hernández (1902-1964), escritor uruguayo.
Fue también un músico notable, y vivió de sus conciertos de piano en Uruguay y Argentina mientras publicaba sus primeros y breves relatos: Fulano de tal (1925), Libro sin tapas (1929), La cara de Ana (1930) y La envenenada (1931). Su dedicación a la literatura se acentuó tras la publicación de la novela Por los tiempos de Clemente Colling (1942), donde evocó su adolescencia y al pianista ciego que fue su maestro de armonía y composición.
Ya en plena madurez escribió dos relatos largos más, dedicados también a la recuperación del pasado y al análisis de los mecanismos de la memoria: El caballo perdido (1943), y Tierras de la memoria, que apareció póstumo en 1965. En su última etapa, cuando el trabajo en una oficina le permitía una dedicación plena a la literatura, prefirió el relato breve y fantástico: sus colecciones Nadie encendía las lámparas (1947) y La casa inundada (1960), así como su novela corta Las hortensias (1949), lo consagraron como un verdadero maestro del género, que renovó con la irrupción de los misterios del inconsciente en la vida cotidiana.
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