La poesía del Dolce Stil Novo:
Vinculados estrechamente a la concepción de amor cortés tal como lo cantaban los trovadores provenzales, procurando reaccionar contra las convenciones y la frialdad de las composiciones de la escuela siciliana, los poetas del Dolce Stil profundizan en los conceptos heredados de esta tradición lírica hasta el punto de elaborar una verdadera filosofía del amor que toma forma en creaciones reveladoras de un gran dominio técnico y una exquisita sensibilidad.
Los integrantes de esta nueva escuela son: Guido Guinizelli, Guido Cavalcanti, Cino da Pistoia y el mismo Dante Alighieri. Se pueden sumar a ellos las figuras de Lapo Gianni, Dino Frescobaldi y Gianni Alfani. Si bien conocer estos nombres puede resultar importante, creo que nada sustituye al texto, a la voz de los poetas, y por ello me propongo ejemplificar cada aspecto del pensamiento stilnovista con poemas o fragmentos de ellos.
No puedo eludir el comenzar citando a Guinizelli, admirado por Dante, que lo califica de sabio en la "Vita Nova", y a quien se considera como fundador del Dolce Stil.
Naturaleza y origen del amor
El amor se refugia siempre en el corazón gentil
Como el pajarillo en la verdura de la selva,
Natura no hizo primero Amor y luego al corazón gentil,
Ni primero el corazón gentil y luego el Amor;
Así como tan pronto hizo el sol
Enseguida el esplendor de la luz fue luciente,
Pero no primero que el sol;
Y Amor se asienta en gentileza,
Tan propiamente
Como el calor en la llama del fuego. (...)
Este fragmento del poema fija uno de los conceptos más importantes de esta escuela lírica: correspondencia entre amor y corazón gentil. Esta gentileza espiritual no debe entenderse como nobleza de sangre o producto de la herencia sino como la posesión de las cualidades imprescindibles para sentir amor. Existen juntos el uno y el otro, (corazón gentil y amor) y por tanto su unión es indisoluble y va mucho más allá de la voluntad o cualquier otro poder. Esta "obligatoriedad" del sentimiento amoroso será la que lleve a Francesca a decir en el Canto V de la Divina Comedia: "El amor, que se apodera pronto de los corazones gentiles, hizo que este se prendase de la hermosa figura que me fue arrebatada del modo que obliga a amar, me infundió por este una pasión tan viva, que, como ves, aún no me ha abandonado".
La figura de la dama, idealizada ya por la lírica trovadoresca, llega en el Dolce Stil a su punto culminante y su belleza física y espiritual es el estímulo para hacer vibrar lo más noble del corazón del amante, el mismo poeta, que encuentra, a través de ella el camino a la perfección y a la verdad.
Pero ser víctima de "Amor" significa el ingreso a un mundo extraño, casi sobrenatural, y si es un signo de distinción de espíritu poder sentir de esta forma, también es una condena, un terrible dolor que se vincula con la muerte.
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